Muñeco de alambre, un día te aburriste de ese costurero en el que vivías y decidiste irte, recorrer el mundo y dejar tantos días iguales que se hacían plomo en tu indeleble corazón de ilo y algodón. Entonces te fuiste una madrugada ,sin avisar,sin levantar sospechas, te fuiste sin mirar atrás. Diste una última mirada a aquel costurero ,a tus viejas amigas agujas y amigos alfileres y saltaste callendo sobre un viejo reloj. Haciendo equilibrio sobre las manecillas llegaste a una pequeña,vieja y oxidada ventana donde con los restos de un viejo diario hiciste un barco y saltaste a ese lago. Se perdió tu silueta entre la niebla de aquel infinito lago ,así como se perdió tu recuerdo en el tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Mirando los pasillos de la sociedad
PuisiUna mirada poética de realidades contadas desde un mundo con palabras paralelas.