. . .

21.7K 1.5K 475
                                    

—¡Y de un sólo intento!— Aoi se acercó a Nezuko a felicitarla, la ojirosa chocó palmas con la de coletas, triunfantes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Y de un sólo intento!— Aoi se acercó a Nezuko a felicitarla, la ojirosa chocó palmas con la de coletas, triunfantes. —¡Te toca Kanao!— Los ojos azules brillaban resplandecientes, esperaba que Kanao lo haga tan bien como Nezuko.

—¿¡Qué demonios le hizo?! ¡Se está derritiendo!— Exclamó Inosuke agitando los hombros de Zenitsu y arrodillándose, el cuerpo del rubio estaba tan caliente y rojo que la afirmación del jabalí no era tan desacertada. —Esto es un embrujo...— Murmuró el de ojos verdes, viendo a su compañero hipnotizado y con los ojos desorbitados.

Ninguno de los que estaba en el pasillo lo notó, pero en silencio, Tanjirou observaba todo con una sombría aura asesina, al ver como su linda, pura e inocente hermanita se besaba con Zenitsu. Sus ojos irradiaban un destello voraz que tenía la necesidad de golpear al rubio aunque éste no tenga culpa de nada.

—Zenitsu...— Murmuró el pelirrojo, todos voltearon a verlo con un escalofrío.

De repente, un piquete en el hombro de Tanjirou lo hizo voltear a ver, era Kanao, sonriendo. Antes de que pudiese preguntar qué estaba pasando, la chica mariposa golpeó con ambas palmas las mejillas del pelirrojo, haciendo que éste suelte un alarido de dolor, procedió rápido a acercarse a él, chocando su rostro contra el ajeno, uniendo sus labios de una manera brusca y poco romántica.

Pero; seguía siendo un beso. Una de las chicas más hermosas y frívolas del instituto lo estaba besando, justo en ese instante, a él, a Tanjirou, un simplón sin atributos como él se decía a sí mismo de forma humilde.

Se sonrojó de inmediato, los labios de Kanao eran cálidos y con un sabor a fresa proveniente de su brillo labial. Al rato ella se separó, su mirada indiferente cambió rotundamente, se sentía insegura, desprevenida, frágil, odiaba sentirse así.

Kanao salió corriendo con un ligero rubor en sus mejillas.

Tanjirou quedó ahí parado, confundido, avergonzado y adolorido, sintió cómo la sangre bajaba de su nariz por el choque y sus mejillas se entumecían por los golpes. Fue el primer beso más confuso y doloroso que podría tener, pero aún así, fue con Kanao, y eso lo puso feliz.

—Qué...— El pelirrojo quedó anonadado, viendo a la chica corriendo. Inosuke se alarmó, ¿Eso también fue un ataque? Bajó de sus piernas la cabeza de Zenitsu y fue a agitar los hombros de Tanjirou, pero éste no reaccionó.

 Inosuke se alarmó, ¿Eso también fue un ataque? Bajó de sus piernas la cabeza de Zenitsu y fue a agitar los hombros de Tanjirou, pero éste no reaccionó

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Besos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora