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—¿¡Qué demonios?! ¡Esto es un ataque!— Un ataque

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—¿¡Qué demonios?! ¡Esto es un ataque!— Un ataque... y él era el único soldado que quedaba, volteó a ver a Nezuko y Aoi con una mirada de confusión y asco mezclados.

—¡Hnmm!— Nezuko alentó a Aoi.

—Es mi turno.— Aoi suspiró, remangando su camisa y se acercó decidida a Inosuke, al acercar su cabeza a la de él, éste retrocedió un paso poniéndose en posición de defensa.

—¡Aléjate mujer, no eres rival para Hashibira Inosuke!— Orgulloso, se preparó para el siguiente "ataque" y claro, volvió a evadirla con facilidad.

—¡Quédate quieto un segundo!— Ordenó ella, irritada. Se sintió rechazada, pues Inosuke no aceptaba su beso, aún así, él parecía no entender el concepto de los besos, por ende era comprensible su actuar, ¿No?

—¡Grrrr! ¡Ya dime porqué demonios nos están atacando, o te mataré!— En un instante tomó del suéter amarillo a Aoi, levantándola sin problemas hasta su altura, la agitó para que ella responda.

Era su oportunidad, pensó.

Repitió el procedimiento de sus compañeras, tomó a Inosuke de las mejillas, pero éste de inmediato la bajó y la tomó de las muñecas alejando las manos de su rostro.

—¡Oh, no, no harás esa brujería conmigo!— Presionó con fuerza las muñecas de Aoi para que ésta no haga alguna clase de truco como hicieron Kanao y Nezuko con sus camaradas.

—¡S-suéltame!— Aoi se sintió acorralada, pero lo vio, en ese instante se dio cuenta que no era necesario sujetarlo de las mejillas, esa era sólo una táctica para que él no escape, ahora las manos de Inosuke estaban ocupadas y ella tendría el camino libre.

De golpe arremetió contra el rostro de Inosuke, haciendo que quede perplejo, él había fallado, peor aún, contra una debilucha niña como Aoi, lo habían besado. ¿Perdió?

Bajó la mirada hacia ella, ese contacto nunca lo había experimentado, se sentía raro, ansioso, con llamas recorriendo su cuerpo. Llevó hacia atrás la cabeza para separarse de ella, pero Aoi no cedía, furioso y sin pensar en las consecuencias, le dio una mordida al labio de la chica de coletas, quién de inmediato se separó liberándose y acariciando sus labios.

—¡Me mordiste!— Acusó ella, irradiando ira.

Inosuke bajó la mirada hacia sus manos, le temblaban y su corazón palpitaba demasiado rápido, su respiración se entrecortaba y para colmo, su rostro le ardía como los mil soles.

—Y tú... ¡Me embrujaste!— Rápidamente, el estudiante de uniforme desabotonado tomó del cuello de la camisa a Zenitsu y Tanjirou y los arrastró corriendo de allí, no sin antes decir su última palabra. —¡Bruja!— Porque todo lo que él sentía en ese momento, era simple brujería. ¿No?

—Cielos, en serio me mordió ese salvaje, ¡Es un salvaje! ¡SALVAJE!— Aoi chasqueó la lengua con la mirada enojada. —Vamos al aula del club antes de que acabe el receso, Nezuko.

—¡Hnmm!— Eso fue un sí.

—¡Hnmm!— Eso fue un sí

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