One Shots - Idol&____ +18 - Pedidos abiertos.

J.JG - Only Mine +18

Este One Shot contiene: Masoquismo, sadomasoquismo, sumisión y fetiches.
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Comencé a correr por los pasillos de la universidad sintiendo la adrenalina picarme por todo el cuerpo, no puedo creer que estoy corriendo del chico que me gusto toda mi vida.

Suspire y me metí en mi casillero. Cerre la boca y rece por que no me encontrara, podría jurar que me encontraría si eso quisiera ya que para el desde que somos pequeños, siempre le resultó fácil encontrarme.

Cerre mis ojos con completa calma mirando por las rejillas, sintiendo los libros chocar contra mi espalda, doliendome clavame la punta de uno en mi espalda baja. Jadee y grite del susto cuando un fuerte golpe fue dado al casillero.

Cerre mis ojos por el miedo y al abrirlos, tenía los de Jeon frente a los míos, siendo separados por la puerta de acero que estaba frente a mi. Trague saliva sabiendo lo que me esperaba.

— Dios, ____, sal de ahí —mencionó con algo de molestia en su voz—. No te das una idea de las ganas que tengo de dejarte marcas por desobedecerme —susurro ronco, estremeciendo cada parte de mi cuerpo. Lo escuché jadear y abrir mi casillero, sabiendo mi combinación.

Me quejé al sentir su mano sobre la mía y jalarme hasta pegarme a su cuerpo. Eleve mi mirada hasta la suya, viendo su mandíbula tensa y sus ojos fijamente sobre mi.

Sabia perfectamente que estaba enojado conmigo por desobedecer de esa manera y sabia lo que me esperaba en su casa. Pude haberme safado de esto si le hubiera hecho caso a sus claras palabras.

Baje del auto con la mirada baja. Sujete la falda para que no se elevara y camine lentamente hasta la puerta de su casa, observando su mano cerrada con fuerza en las correas de su mochila.

— No puedo creer que me desobedezcas de esa manera —murmuro abriendo la puerta, dejándome pasar a mi primero. Me sentía mal por haberle desobedecido—. Sube a la habitación, yo iré por las sogas —soltó sin mirarme en ningún segundo.

Asenti y comencé a subir escalon por escalon, escuchando a mi subconsciente decirme una y otra vez las palabras:

"— No te hagas la tonta, lo hiciste a propósito, adoras que te golpeé y te deje marcas en todo tu cuerpo."

Sonrei inconscientemente y luego elimine esa sonrisa para pronto entrar a la habitación. Deje mis cosas a un lado y me quite la ropa esperando por mi castigo.

Camine hasta la cama, sintiendo el colchón hundirse debajo de mi al sentarme ligeramente y sin hacer ningún tipo de ruido. Solo se escuchaba mi calmada respiración y mi acelerado corazón.

Me asusté al oír la puerta abrirse con algo de fuerza, mostrándome a Jeongguk con cuerdas en su mano, un cinturón acompañado de una cinta que aseguraría que cubriría mis ojos.

— Ven aquí —susurro con voz ronca, dándole a mi cuerpo la alarma de que se había calmado un poco desde lo que sucedió. Camine hasta el y mantuve mi mirada baja, observando sus manos dejar lo que no iba a utilizar ahora y acomodar las sogas—, tus manos —alce estas, dejando que las atara a cada una de forma en que no pudiera soltarme—. ¿Por qué me desobedeciste?

Senti la adrenalina volver a picar en todo mi cuerpo al oírlo. No podía mencionar palabra alguna, no quería admitir que me la había buscado por mi cuenta.

Me llevo hasta el centro de la habitación y sujeto la soga, dejándola sobre el gancho en el techo. Trague saliva, escuchando como tiraba de la cuerda, haciendo que mis brazos se elevaran y quedara de puntillas, quejandome al tener que estar en esta forma.

— ¿Vas a responder, Choi? —hablo nuevamente. Lo vi de reojo agarrar el cinto, paseando este por mi abdomen y piernas, teniendo mi cuerpo débil a su merced. Gemi al sentir chocar el largo contra mi pierna— Habla.

Titubee y gimotee cosas inentendibles al sentir el cinturon golpear una de mis nalgas. Apreté mis manos y cerré mis ojos con algo de fuerza, disfrutando de esta tortura— N-no se por que lo hice...

— ____ —se acercó, tomando mi mentón para verme fijamente a los ojos—, sabes lo posesivo que soy —gruño acariciando mi mejilla, soltando el cinturón. Llevo sus manos a mis piernas y las dejo en sus caderas, haciendo que no sufriera tanto al estar colgando—. Te vi con Min y quise matarlo, —murmuro, besando mi cuello, activando todos mis nervios, excitandome por completo con solo tener roces— eres mía —mordió mi cuello.

Cerre mis labios, dejando que hiciera de mi lo que quisiera, adoraba que tuviera todo el control sobre mi, adoraba que me dominara.

— Jeongguk-ah —jadee al tener su miembro chocando contra mi feminidad, dejándome lubricada para que me hiciera suya completamente—, hazme tuya, por favor... —rogue. Ya llevaba meses queriendo que me tomara por completo, llevaba meses esperando y ya estaba harta de los roces, dejándome con las ganas y ansias de sentirlo en mi.

Sus manos desabrocharon su pantalón bajandolo lo suficiente para descubrir su miembro. Mire a sus ojos tan profundos y penetrantes, esos ojos que estaban ansiosos tanto como yo lo estaba.

Escuche y noté como tiro de mis bragas rompiendolas, quedando expuesta. Quito la soga del gancho y lleve mis brazos a sus hombros, teniéndolos cansados. Me acerque a sus labios y lo bese con desesperación, adorando lo suaves que eran, disfrutando el dulce sabor que tenian. Cerre mis ojos para sentir el beso con más profundidad, abriendo mis labios y dejando pasar su lengua a mi boca.

— Dios, ____, no debería mimarte —jadeo llevandome a la cama, dejándome debajo de su cuerpo— pero, quiero hacerte mía —dijo llevando su mano a mis piernas, abriendolas un poco más hasta el punto de que sentí la punta de su pene rozar con mi entrada—. Mírame, ____, mírame —abri mis ojos y lo mire con la poca timidez que me quedaba. Apreté su espalda con la escasa fuerza que tenía en mis brazos, doliendo mi entrada al él presionar para entrar—. Voy a ir lento... —acaricio mi cintura y la apretó, entrando mucho más profundo, sacandome lágrimas de dolor. Beso mi rostro sin dejar de ejercer fuerza para entrar hasta que gemi fuertemente por lo mucho que me dolía mi vagina.

Se quedo inmóvil, besando mis labios tiernamente, sacandome una diminuta sonrisa, provocando que el dolor quede en un segundo plano, que ni siquiera lo sienta por la gentileza que tenía.

— ¿Puedo confesarte algo ____? —dijo mirandome con una sonrisa, con esa tierna sonrisa de conejo que tiene— me gustas mucho —antes de que pudiera decir o mencionar alguna palabra, comenzó a moverse, eliminando todo rastro de dolor y remplazandolo con placer.