Simon

462 58 7
                                    

Markus había brindado un rayo de esperanza para Jericho. Había hecho tanto por el pueblo que nadie sabía como agradecerle correctamente. Recibía a menudo visitas de androides en grupo que venían desde todas  partes del país que lo buscaban solo para darle las gracias.
Markus se había instalado en un departamento pequeño, cerca del Downtown Detroit. Incluso había comenzado a trabajar de medio tiempo en un museo de artes. Le gustaba tanto ese mundo porque se sentía más cerca de Carl. Él le había dejado un amor genuino por el arte. Lo apreciaba sobremanera. Tanto que se había comprado un lienzo y un par de pinturas que guardaba con recelo sobre una vieja estantería en el balcón.

Markus permanecía quieto, con los ojos bien cerrados y en completo silencio. Pensó en sus emociones. En lo que estaba sintiendo en ese preciso instante. Tenía en la mano el pincel, y con la otra mano agarraba la paleta.
Justo cuando sintió que la inspiración empezaba a brotar, el pitido del timbre lo trajo de vuelta a la realidad.

— ¡Enseguida voy! — gritó Markus desde la azotea, dejando un tanto decepcionado la paleta y el pincel sobre la mesita repleta de pinturas.
Se limpió las manos en el delantal de cocina que traía puesto y caminó apresurado hacia la puerta. Antes de abrirla, se acicaló un poco y la abrió.

— Hola Markus... sé que tal vez esperabas a alguien más... quizá a North... —dijo el androide desviando sus ojos claros del otro.

— Simon... pasa— Markus se movió a un lado y dejó entrar al chico rubio. Se veía tímido, como si en realidad no quisiera pasar — ¿Qué te trae por aquí? ¿Cómo están todos? — el moreno sonrió y le ofreció el sofá de la sala para sentarse, el cual Simon aceptó temeroso.

— Todos están bien, Josh se metió a unas clases de Judo y North juega en un grupo femenil de fútbol... todos están haciendo algo interesante menos yo... — Simon dijo cabizbajo, con las manos entre las piernas — ¿Qué...qué estás haciendo tú, Markus? ¿Te interrumpí?..

Markus negó con la cabeza, pero la verdad es que sí lo había hecho, pero no quería hacerle sentir mal. Se sentó a su lado, y se inclinó hacia adelante.

— No te preocupes por eso Simon, igual no tenía mucha inspiración para pintar. Solo me paro enfrente del lienzo y me quedo ahí. A veces he esperado por horas. Que lamentable, ¿no lo crees? —Markus le dedicó una sonrisa al chico, quién lo escuchaba con atención.

— No...no es lamentable...creo que eres genial, Markus. Eres genial...— Simon bajó de nuevo la mirada. Un tenue rubor azulado apareció sobre sus mejillas.

Markus soltó una risa corta y preguntó— ¿Por qué dices que soy genial? No he hecho nada, Simon.

Pero Simon abrió la boca pero no salió nada. Luego volvió a hacerlo y esta vez si dijo algo, con más ánimo.

— ¡Nos liberaste!... Salvaste Jericho... Eres... grandioso. ¡Yo jamás podría ser así de genial como tú...! ¡Porque yo siempre te he...!—  alzó un poco la voz. Su rostro seguía igual o más azul que antes. Simon abrió los ojos sorprendido de si mismo. Como si hubiese dicho algo malo se cubrió la boca rápidamente. Sin terminar la oración.

Markus no entendió muy bien por qué hizo aquello. Supuso que solo estaba avergonzado de decir lo que pensaba. Colocó su mano sobre la espalda del contrario y lo miró a los ojos. Sus miradas se encontraron por un par de milésimas de segundo. Markus nunca había prestado atención a su rostro, pero ahora que lo tenía cerca se pudo dar cuenta de que era atractivo.

— Simon, sé que me admiras pero, solo hice lo que alguien más iba a hacer...era cuestión de tiempo que quizá alguien más se levantara a luchar, pudo haber sido North — Markus se levantó del sofá, suspirando y esperando que se diera cuenta de que él no era tan genial como pensaba, pero Simon también se paró rápido del sofá, y se quitó la mano de la boca.

— Lo siento Markus... creo que debería irme. Solo quería saber cómo estabas, pero te estoy distrayendo... ¡perdóname!..— Simon giró deprisa y caminó rápido hacia la puerta para desaparecer. Estaba demasiado avergonzado para seguir ahí.

— Espera Simon, no te vayas. ¿Por qué huy...— Markus corrió y alcanzó a tomar del brazo a Simon.
En ese preciso momento, sintió una descarga en todo su cuerpo, su pecho se sintió arder, y en su cabeza pasaban como ráfagas escenas de él mismo. Hablando frente a Jericho, sentado meditando, cuando se conocieron, y un recuerdo de él besándose con North. Al mismo tiempo en que esas imágenes le atiborraraban la cabeza podía escuchar la voz de Simon. Como si pudiera escuchar sus pensamientos.

"Sé mío.  Markus...Markus...Markus...Te amo. Nótame....Mírame... Por favor"

Markus soltó rápido el brazo de Simon sin entender exactamente qué había pasado. Pero Simon lo miró y puso una expresión que no comprendió. Era como tristeza mezclada con vergüenza.

— ¡Soy asqueroso! ¡Perdóname...perdóname! Es asqueroso... lo siento Markus... Por favor ignóralo... ¡No viste eso...!— los ojos de Simón estaban cristalizados. Y su rostro se había vuelto mucho más azul que antes. Salió corriendo y desapareció de su vista.

— ¡Simon espera!..







𝖪𝗈𝗂 𝗇𝗈 𝗒𝗈𝗄𝖺𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora