Era una mañana lluviosa y helada. La meteoróloga del noticiero había anunciado fuertes tormentas que azotarían a la ciudad por al menos los próximos tres días. Gavin se arrepentía de no haber comprado una sombrilla cuando la vio a mitad de precio. Salió del edificio y se cubrió la cabeza con la mano hasta llegar al estacionamiento. Maldijo al notar que el techo de su auto estaba lleno de popó de paloma, ¿cómo era posible que escogieron su automóvil para cagar habiendo otros cincuenta más?
Abrió con molestia la puerta del auto y se metió rápido, la sensación de estar mojado le disgustaba. Tal como un gato.
Su auto era bastante ordinario, un modelo viejo, sin esas baratijas de la nueva tecnología. Sin mencionar que apestaba a encerrado y a cigarrillos. Gavin Reed era muy descuidado, de todas maneras, no veía por qué debía mantener reluciente el auto si solo él se subía.
Arrancó. La estación de policía no estaba tan lejos del departamento, pero si era una distancia considerable. Estaba doblando una avenida cuando le llegó a la mente el rostro de Rk900. Meneó la cabeza como si eso le fuese a ayudar a desaparecer el recuerdo, en cambio, se hacía más presente.— Ahora que lo recuerdo... ¿Cómo mierdas supo dónde vivía? Ese maldito... — Gavin apretó el volante y miró con desprecio hacia enfrente. El solo hecho de memorizar que había sido sometido por una máquina lo ponía más que furioso.
Ese día que Rk900 había entrado a su departamento y lo había hecho llorar de coraje, Gavin lo sacó como pudo a empujones y le cerró la puerta en la cara. Lo último que había sabido del androide es que se quedó detrás de la puerta por al menos dos horas y se marchó. Y el detective se había tomado dos días de vacaciones, o sea que después de eso ya no lo había visto ni merodear por ahí.— Esa cosa... ¿por qué mierdas es tan molesta?..
Gavin volvió a doblar la calle, luego siguió muy derecho hasta que vio la estación de policía. Giró su auto para entrar al estacionamiento de policía y un oficial lo detuvo en la puerta, con mal humor mostró su licencia y el oficial le abrió. Gavin buscó un lugar libre, la mayoría ya estaban ocupados. Encontró uno enseguida de un automóvil que conocía. Hank Anderson. Se bajó, aseguró las puertas y trotó hasta la entrada de la estación para no mojarse. Ya estando dentro, lo recibió una oleada de calor y un tenue olor a granos de café. Amaba el olor. Así que aspiró profundo para llenarse los pulmones. El olor le había dado hambre, pues Gavin no solía desayunar. Nunca sabía que comer que no fuese un café por las mañanas.
— ¡Gavin! Llegaste algo tarde. ¿Se te pegaron las sábanas?— dijo la oficial Chen al momento en que caminaba hacia él. Tenía una sonrisa — ¡Le dejé los reportes que me pediste a tu amigo! ¡Nos vemos! — la oficial salió de la estación y desapareció de su vista.
— ...¿Qué dijo? ¿A mi amigo? — Gavin se quedó pensativo intentando descifrar de quién hablaba. Caminó por un pasillo lleno de policías que charlaban sobre varios casos, y algunos otros opinaban del mejor puesto de comida rápida. Chascó la lengua y siguió derecho hasta entrar a una habitación grande con mesas y ordenadores que estaban a un lado de la oficina de Fowler. Miró hacia la silla de Hank, pero aún no había llegado él ni su mascota Connor. Tal vez estaban en alguna otra parte de la estación. Tampoco habían más oficiales. Se giró y vio hacia su silla, que estaba al lado contrario de la de Hank y hasta el fondo. Abrió muy bien los ojos al ver la figura alta y esbelta de Rk900, sentado sobre su silla y usando su computadora. Parecía muy concentrado. Gavin caminó con paso firme hasta él para quitarlo de su asiento y cuando llegó, se puso detrás del androide.
— Quítate. Es mi silla. Quítate.
— Ah. Llegó.
— Quítate de mi silla, estúpido.
— Hay otra del otro lado de la mesa. Siéntese ahí. Estoy ocupado.
— ¿No me escuchaste? Dije que te quites. Lárgate a la mierda — Gavin alzó un poco la voz.
— Y yo dije que se sentara ahí. ¿Quiere que me ponga violento? Deje la bobería.
— ¿Qué dijiste? ¡¿Quieres que yo también me ponga violento, eh?! — Gavin se empezó a tronar los dedos de la mano.
El androide se paró de la silla y se colocó muy cerca del detective, sin importarle si lo estaban viendo. La diferencia de estatura era mucha. Gavin lo miró hacia arriba para demostrar que no se iba a mover de ahí hasta que le diera su silla. Pero Rk900 solo cerró los ojos como suspirando y se relajó.
— Pídamelo bien. Diga "por favor". Sino no lo dejaré sentarse.
Gavin casi se ríe al escucharlo, pero su sonrisa desapareció al notar que el androide iba en serio.
— ¿Qué? ¿Yo pedirte algo a ti y decir eso? ¡Qué cojones! Es mi silla, quítate de en medio y déjame sentarme.
— Diga "por favor". Y me quitaré en cuanto lo diga. Solo debe decirlo. ¿Es un bebé?
— ¡Quítate maldito! — Gavin puso ambos brazos para tratar de moverlo pero fue ridículamente en vano. El androide no se apartó ni un centímetro.
— ¿Quiere callarse? Es usted muy ruidoso. Dígalo. "Por favor" — Rk900 puso su brazo sobre Gavin y con el otro lo envolvió para cargarlo como una princesa y sentarlo en la otra silla.
Todo fue tan rápido que Gavin no pudo ni moverse ni reaccionar.— ¡Idiota! ¡No me vuelvas a cargar así!...¡¿Quién te crees?!— En el rostro del detective apareció un sonrojo. Pero metió la cabeza entre sus manos para cubrirse. Y no volvió a molestar por ese día a Rk900.
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𝖪𝗈𝗂 𝗇𝗈 𝗒𝗈𝗄𝖺𝗇
Fanfiction¿Qué pasaría si la persona destinada a estar a tu lado no es exactamente como esperabas?.. 𝖪𝗈𝗂 𝗇𝗈 𝗒𝗈𝗄𝖺𝗇 Es un término japonés que se refiere a ese sentimiento que tienes cuando conoces a alguien y sabes que te vas a enamorar perdida e i...