Mi obsesión

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Estuvo pasándolo muy mal un tiempo.
Se obsesionó con un idol de kpop.
Juntó dinero para viajar a Corea a conocerlo y conquistarlo.
Le compró regalos, aprendió coreano y escribió una nota.
Y ahí estaba, dentro de la SM Entertainment, frente a Lee Donghae, quien no se había percatado de su existencia. No todavía.
Se acercó. -Annyeonghaseyo Lee Donghae, -le dijo- perdona por molestar pero vengo de muy lejos sólo a verte y te traigo regalos. ¿Nos podemos tomar una selfie? - Todo esto se lo dijo muy calmada, para no parecer fanática loca como muchas extranjeras. Sí, estaba loca, pero no quería demostrarlo.
Donghae se sorprendió. No sabía cómo reaccionar. La saludó también y aceptó tomarse una selfie con ella. Tomó el teléfono móvil de esta chica y tomó la foto, ya que suponía ella estaba nerviosa e iba a salir muy movida la foto, iba a ser un mal recuerdo. Pero se sorprendió de ver que una ELF internacional fuera tranquila, ya que la mayoría eran apasionadas, les gustaba mucho eso de ellas. Recibió el regalo cuando ella extendió sus manos con este. -Muchas gracias, no debiste molestarte. Ahora me tengo que ir, adiós. -Le dijo él muy rápido. Esperaba ella entendiera. Ella se despidió de lejos y Donghae vio como se ruborizaba un poco antes de darse media vuelta y marcharse. Él también sintió su cara enrojecer y no hacía calor en el lugar.
La verdad es que él había ido a ensayar un rato por lo que no se demoró mucho en desocuparse. Al hacerlo, recordó el regalo de esta fanática y decidió abrirlo. Dentro habían un par de llaveros hechos a mano y una nota en coreano muy simple que decía: "Quiero sexo contigo. Si te interesa Imperial Palace Seoul, habitación 525, clave 1516. Nos vemos, Carla".
Se quedó mudo. ¡No esperaba encontrar una petición tan directa! No le contó a nadie. Arregló sus cosas, se puso un pantalón y una camisa y, sin pensarlo mucho, partió al hotel.
En la recepción ni siquiera le preguntaron donde iba, él sólo subió y buscó la habitación.
Mientras tanto Carla estaba nerviosa. Se estaba arreglando para salir ya que no tenía fe en que llegaría. De repente escuchó las teclas de su habitación. ¿!¡Llegó!? Tuvo que cambiar el plan, canceló la salida al bar rápidamente por ktalk y empezó a desvestirse. Calculó el tiempo en que él entró al lugar y se demoraría en encontrar donde ella se estaba vistiendo para estar con los pechos al aire y demostrarse "sorprendida" de su entrada. Lo que ella no esperaba fue ni siquiera prepararse y sentir las manos de él sobre sus pechos y la respiración de él en su cuello, en su oreja, excitándola completamente. Él la giró y le dio un beso apasionado mientras ella le quitaba la camisa y le bajaba el cierre de los pantalones.
Así fue esa noche. Y las siguientes.
Él nunca pensó en cometer una idiotez pero lo haría. Ella ya había cometido todas las idioteces del mundo así que una más no importaba. Había dejado la obsesión de lado, al menos eso sentía.
Se encontraron en el SM Coex.
Ambos preguntaron al unísono, después de dos semanas de conocerse:
"¿Vivirías conmigo?".
Idiotas ambos. Pero unos idiotas impulsivos que se enamoraron de verdad.

Historias de manzana y canelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora