La vibra comenzaba a ser incomoda. El chico caminaba con flojera y molestia, como si todo aquello ya le hubiera pasado antes y estuviese harto.
—Deja de mirarme tanto, pareces idiota. —Hablo por fin, robandose mi atención y logrando que abriera los ojos de sorpresa al escuchar la forma en la que fui llamado.
—Lo siento, ¡y no me llames idiota! —Reclamé con molestia. El azabache bufó con burla, haciéndome soltar un gruñido. Continuamos caminando por un rato más largo, ignorando nuestra evidente molestia y desespero al estar uno al lado del otro. Tal vez si estaba en lo correcto y aquel chico solo le hacía la vida imposible a los demás.
Llegamos a la puerta de la dirección y entonces le vi con obviedad, indicándole que entrará a la habitación. Me observo de arriba a bajo como si no entendiera, pero aquella sonrisa burlona le delataba. Era un idiota.
—Vamos, entra.
—¿Entrar? Oh no, creo que te confundes. —Sonrió juguetonamente. Comenzaba a colmarme la paciencia. Rodó los ojos con fastidio al notar mi expresión. —Ahg.. Que aburrido eres. —Terminó diciendo, para posteriormente entrar al cuarto conmigo como vigilante, aquel chico era capaz de espacarse.
—Uh.. —Fue lo único que pude "decir" al notar como la directora se encontraba ausente. Fruncí los labios, el chico raro pareció notarlo.
—Y bueno.. No está, ¿que pretendes que hagamos? —Rodé los ojos ante su evidente tono burlesco.
—Pues.. ¿Quedarnos? —Bufó por milésima vez en la hora, y en lugar de sentarse en una de las sillas para esperar, se dirigió a la puerta con pasos pesados y la abrió, saliendo del lugar. Fruncí tanto el ceño que creí que terminaría envejeciendo antes
Le seguí. —¿A dónde diablos vas?—¿El salón? Simplemente déjame en paz, que te valga mierda. —Alzó su dedo de en medio con evidente tono despectivo y camino en dirección al lugar mencionado.
—Dios.. —Murmure. —Solo porque yo también odio estar ahí contigo te dejaré en paz. —Gruñí más para mi que para él.
Ambos nos encontrábamos en busca del salón, probablemente nos habíamos perdido la mitad de la clase, pero al chico parecía no importarle. De pronto éste abrió los ojos sin ningún tipo de cuidado y me empujó dentro del cuarto de limpieza, haciendo que ambos entraramos, cerró la puerta velozmente pero con cuidado y luego vigilo por la pequeña ventana.
—¿Qué te pasa, mierda? Nos perderemos más de las clases si- —cubrió mi boca en un intento de callarme, señalando también con su dedo que guarda silencio. Volvió a vigilar fugazmente por la ventanilla y suspiro aliviado, dejándose resvalar en la puerta hasta tocar el suelo, le vi confuso. —Ah.. ¿Debería preguntar?
—No, no te debería de importar.
—Pero si tú-
—Fue un acto de reflejo, ahora sal.
—Ambos debemos ir al salón. —Se encogió de hombros y acurrucó su cabeza entre sus piernas. Suspire frustrado en intente de mil formas convencerlo de irnos, pero se negaba. No, no me preocupaba por el en lo absoluto, la razón era que el regaño caería sobre mi si no lo traía de vuelta.
El timbre que daba inicio a la última clase resonó. YoonGi levantó la mirada.
—¿Qué esperas? Vete. —Le miré extrañado. —Apúrate, llegaras tarde.
—Tú también. —Ignoro aquello. Sus ojos al momento de verme estaban rojos, inchados. —¿Estás bien? —Me sentí cohibido ante su aparente malestar, rodó los ojos con desagrado y asintio.
—Sí, solo estoy cansado. Lárgate. —Hice una mueca como respuesta a su comportamiento, no sabía si creer en aquellos tristes, suplicantes y dolidos ojos o creer en su áspera, cortante y grosera actitud. Era todo muy confuso. Me rendí ante su comportamiento y salí del cuarto de limpieza, sintiendo un malestar en el estómago al escuchar leves sozollos detrás de la puerta.
Igual no podía hacer más.
…
—¿Hablaste con él? —Preguntó mi madre después de terminar su cena y levantar los platos vacíos que se encontraban en la mesa.—Sí, pero no nos llevamos muy bien. —Dije algo apenado. Recordé aquel momento que me tenía intrigado y angustiado: el cuarto de limpieza. —En realidad no quiero hablar mucho sobre ello.
—Entiendo. —Respondió casi al instante. —¿Tienes tarea?
—No, pero iré a mi habitación a escribir algunas cosas.
—Vale. Me gusta mucho lo que escribes, por cierto. —Mencionó con una sonrisa, me sentí tímido ante su halago. No era extraño que mi madre lo dijera, solía mostrarle de vez en cuando mis letras y siempre parecían gustarle, claro que no le mostraba todas las composiciones que hacía, había algunas que reflejaban demasiado de mí persona y prefiria mantenerlas solo para aquella persona que decía conocerse y que en realidad no lo hacía: yo. Tenía tanto miedo de todo que, no podía darle a los demás pistas de mí sentir.
Entre a la habitación con la esperanza de encontrara a SeokJin viendo esos videos que tanto le gustaban, mi sorpresa fue que, no lo encontré ni siquiera en la cama.
—¿SeokJin-Hyung? —Un golpe se escucho debajo de la cama seguido de un sonoro "auch". Solté una carcajada y la mirada amenazadora de Jin no tardo en aparecer a la par de su mano sobando su cabeza.
—Uh.. No te rías, Nam. —Lloriqueo. Reí un poco más y me acerque a la cama, dejando mi mochila en ésta.
—¿Por qué estabas ahí?
—Limpiaba.
—¿Limpiabas?
—Mhm. —Afirmo fastidiado, haciendo un puchero y una mueca por el dolor. —Bueno, estaba algo aburrido, entonces decidí limpiar porque no podía hacer nada más.. —Declaró. Negué de inmediato al escuchar eso.
—Pero pudiste haber hecho otra cosa..
—Yo quería limpiar. Estoy para ayudarte; además, no es como que pueda hacer mucho, en realidad. —Fruncí los labios ligeramente, le miraba apenado, ya que todo el desorden había sido limpiado y no por mi, si no por alguien que creía que tenía la responsabilidad, cuando no era así.
—En serio no debiste.. —Suspire con una sonrisa de por medio. —Pero gracias, eres muy amable, SeokJin-Hyung. —El mencionando sonrió y le resto importancia haciendo un gesto con su mano.
—No es nada. —Desvío un poco su mirada por la habitación nuevamente, parecia cansado de aquel trabajo que había hecho anteriormente, y aún así, sonrió como si aquello fuera lo que debía hacer. —¿Pasó algo interesante en tu escuela? —Claro que asentí, Jin se mostró curioso haciendo unas cuantas preguntas más. Quedó aún más curioso cuando le conté sobre aquel incidente.
—... Me pareció muy extraño verlo de esa forma y más porque siempre lo persivi como alguien insensible y grosero.. —Pensé. —Aunque.. No me gusta asegurar que estaba llorando.
—¿Por qué? —Preguntó como un niño curioso, su voz sonando más aguda con cada pregunta, por alguna razón.
—Me dijo que solo estaba cansado, pero no dijo nada sobre llorar..
—Si dices que se ve como un tipo rudo probablemente solamente quiera esconder sus sentimientos. —Mi pecho se presionó, otra vez ese sentimiento tan doloroso se hacia presente: la empatia. Ese que te decía que podías ayudar, que tu sabes lo que se siente; porque yo se lo que se siente ocultar todo rastro de sentimientos.
—Probablemente..
—¿Y si hablas con él?
—Buena idea.
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❝ Delirio ❞ -namjin
FanfictionLa monótona vida de Nam comienza a verse más interesante cuando un hermoso rubio con aires de ángel aparece debajo de su cama. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - •No solo se tratará sobre la relación de Jin y NamJoon, se hará...