Capítulo 3: Aceptando a su compañero.

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Sehun corrió cada vez más rápido, la necesidad de alejarse del extraño vampiro era igual al deseo de regresar a su lado y entregarse a él, su animal interior gruñía enojado por la terquedad del humano, se negaba a aceptar que un vampiro era su destinado. Él los odiaba por destruir a su familia y llevarse su felicidad, los odiaba por provocarle tanto dolor a su manada y al compañero de su mejor amigo, los odiaba porque les temía.

— Wolfy, cachorro, no seas terco y ven a jugar conmigo. —hablaba Luhan dando pequeños saltitos detrás del cambiaforma.

— Deja de seguirme, ¿por qué no me dejas en paz? —le preguntó el pelinegro cansado de la actitud infantil del vampiro, ¿acaso tenía doble personalidad? Primero intentaba matarlo y ahora quería jugar.

— Ya te lo dije, si te alejas de mí morirás.

— Deja de decir tonterías y muéstrame la salida. Tengo cosas más importantes que hacer como para estar perdiendo el tiempo contigo. —habló Sehun doblando al final de un pasillo para encontrarse con otro igual de largo con demasiadad puertas, comenzaba a sentirse mareado.

— No importa cuánto lo intentes, no puedes escapar, eres mío cachorro. —comentó el castaño y luego agregó. —Bien, dejaré de perseguirte y te indicaré el camino a la salida. Si puedes llegar a la puerta blanca y abrirla podrás marcharte, si no tendrás que quedarte conmigo toda la eternidad.

— No quiero ninguna trampa de por medio, ¿ok? —el vampiro asintió sonriendo. —Es un trato y déjame decirte que cuando salga de aquí jamás volveré a verte así que más te vale irte olvidando de mí.

— Como digas Wolfy, aunque estoy seguro de que para los próximos minutos te encontrarás en mi habitación cumpliendo cada uno de mis caprichos.

— Eso lo veremos, te arrepentirás por subestimarme.

Luhan se llevó uno de sus dedos a la boca y lo cortó con sus filosos colmillos, la sangre que brotó de la herida tomó forma conviertiéndose en un fino hilo rojo que creció y se extendió por todo el pasillo.

— Síguelo y encontrarás la salida.

Sehun comenzó a correr otra vez ya que el hilo de sangre se iba desvaneciendo poco a poco y si se retrasaba perdería el rastro. A medida que avanzaba sentía su cuerpo más pesado, todo comenzaba a darle vueltas y una punzada en su cabeza le hizo caer al suelo. Un terrible dolor se instaló en su pecho y el pelinegro supo que estaba teniendo un ataque al corazón, moriría de un infarto. Su visión comenzó a nublarse y su cuerpo se sacudió violentamente.

El maldito vampiro tenía razón, se había alejado de él y ahora pasaría a la historia como el idiota que no aceptó a su compañero y murió por ello. Jongdae se reiría en su tumba.

De pronto una calidez envolvió todo su ser, el dolor desapareció y fue reemplazado por alivio, el cambiaforma sonrió y se aferró a esa mano que tocaba su mejilla. Muchos recuerdos de cuando era un niño vinieron a su mente, y por un minuto pensó que era su madre quien le estaba abrazando, pero sabía que la mujer estaba muerta por lo que se obligó a despertar de su sueño antes de salir más lastimado.

Estaba de regreso en la habitación.

— ¿Cómo me trajiste tan rápido? Puedo asegurar que estaba bastante lejos de aquí. —dijo Sehun bastante enojado.

— En realidad nunca saliste de la habitación.

— ¡¿Qué?! —la confusión y la furia comenzaron a crecer.

— Todo fue una ilusión, un escenario montado por mí. —explicó el vampiro ajeno al temperamento del cambiaforma. —Te dije que no podías escapar de mí, pero eres bastante terco y no me creíste así que decidí mostrarte lo que puede sucederte si te alejas demasiado. —continuó hablando mientras mojaba un paño con agua fría. —Ahora recuéstate para que pueda cuidarte, por las próximas horas te sentirás mareado y no podrás caminar. Aún debes acostumbrarte a mi habilidad.

Stay With Me [HunHan] OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora