𝖡𝖾𝗌𝗍 𝖥𝗋𝗂𝖾𝗇𝖽𝗌 ☂ [𝑌𝑜𝑜𝑛𝑙𝑖𝑐𝑒]

▨ Capítulo 3: Pelea y "preciosa"

Las demás clases han sido un tanto... ¿extrañas? Sí, esa puede ser la palabra para describirlas, pues considero que ha sido la primera vez que no me concentro en ellas, y todo por mi querido mejor amigo. Las formas de matarle —no literalmente, claro— han rondado todo el tiempo mi cabeza, junto a las de comentarle por más de quincuagésima vez que, por mucho que haya robado los exámenes, las cosas no van a mejor, y ya no solo por la fatídica nota que voy a sacar, sino porque ahora ha creado un problema más.

Ese chico nunca para quieto y a la misma vez es tan vago que no se mueve ni para ir a por un vaso de agua a pesar de que pueda estar deshidratándose.

Cuando la campana suena creo que soy la primera en recoger mis cosas y salir disparada del aula.

Sin éxito alguno, recorro todos los pasillos hasta el auditorio sin ver a Yoongi, y normal, pues cuando llego a mi destino, él ya está allí, mirando su móvil escondido en sus piernas mientras el director espera al resto de alumnos que queda. Al pasar, el hombre me mira y me da una pequeña reverencia antes de indicarme que tome asiento.

Sin pensármelo dos veces, avanzo sujetando mi mochila fuertemente por el cabreo y me siento al lado de Yoongi, quien da un salto ante mi repentina presencia, bueno, y también porque casi me caigo de la silla al posar mi trasero en ella.

—¿Y a ti qué te ha dado ahora? ¿No que estabas frustrada? —me pregunta, guardando su teléfono en un bolsillo.

—Bueno, pues ahora estoy cabreada —dejo mi mochila en el suelo, justo pegada a mis pies, para después darle toda mi atención a él.

—¿Por?

—Estoy segura de haberte dicho que no robaras los exámenes.

—Y no lo he hecho.

—Sabes que odio que me mientas —le apunto con mi dedo índice.

—Y tú sabes que odio cuando no me crees —bufa y aparta la mirada por unos segundos.

Voy a decirle algo más, pero resulta ser el momento perfecto para que el director comience con su charla, o más bien, interrogatorio. Carraspea un poco antes de comenzar a hablar, y lo hace con una voz intensamente grave.

—Bien, espero que estéis todos los alumnos de esa clase. ¿Falta alguien o estáis todos? —levanta una ceja mientras formula la pregunta.

—Estamos todos, director Park —responde una de mis compañeras que se llama Joy.

—Pues bueno, supongo que, claramente, habéis escuchado mi comunicado esta mañana, así que no me voy a ir con rodeos. ¿Alguien aquí presente ha robado los exámenes o sabe quién lo ha hecho?

Nadie dice absolutamente nada, como era de esperarse. Mi nuca suda, porque, aunque no sepa al cien por cien que Yoongi ha sido el desarrollador de este acto, otra parte no cree del todo sus palabras y tengo esa pequeña obligación de levantar la mano para confesar algo que ni siquiera es verídico totalmente. Muerdo mi labio inferior, sin saber qué hacer.

—No me dejan otra alternativa que ser malo —suspira y agacha la cabeza antes de volver a mirarnos, solo que esta vez con una mirada más fija—. Si el o la responsable no sale mañana, todos tendréis suspenso ese examen, y no, no habrá repetición del control. No tengo nada más para decir, pueden abandonar el centro ya si no tienen nada más que hacer aquí.

—Pero, director... —las réplicas de Joy quedan en el olvido cuando el director sale por la puerta con dirección a la sala de profesores.

—Deberías haber confesado —insisto yo de nuevo con Yoongi, pero el susodicho solo sigue mirando su móvil de nuevo, levantándose velozmente con una cara de cabreo.