▨ Capítulo 1: "Someday"

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Conforme he pasado a la primera clase esta mañana me he sentido triste al saber que Yoongi no iba a asistir este martes porque está enfermo con dolores de cabeza. Migrañas, me ha dicho su madre. No es la primera vez que las tiene, pero sí la primera en la que no estoy a su lado, por lo que llevo preocupada desde que tuve que dejar el camino desde su puerta a la entrada a su jardín, llegando al que me conduciría hasta el que cada mañana tomamos los dos para ir al instituto. Yo suelo decir que esas migrañas en algún porcentaje pueden ser debido a que se queda hasta altas hora de la madrugada cada vez que quiere y puede para practicar en sus nuevas canciones, porque sí, Yoongi compone. No es cantante, sino rapero, y siempre que me ha mostrado alguna de sus creaciones, me han encantado; solo he podido verlo con una gran sonrisa de lado a lado, sintiéndome orgullosa de tener un amigo como él, que, a pesar de sus errores como los tiene todos, jamás me podré arrepentir de quererle como lo hago. Ser amiga de Yoongi es una bendición en mi vida, lo juro y lo perjuro.

Salgo de la última clase agarrando con fuerza las asas de mi mochila, abrigándome nuevamente todo lo que puedo porque vuelve a llover, preparando después mi querido paraguas cuando llego a la salida, a compás del resto de mis compañeros, uno de ellos Hoseok, quien me abraza con un solo brazo de lado y se despide sacudiendo su mano con efusividad mientras se mete en un coche negro y este se pierde. Muerdo mi labio inferior, intentando avanzar lo más que puedo, sin resbalar con algún charco que no puedo ver. Puede que, después de tanto tiempo, ni siquiera me haya podido acostumbrar al clima de esta pequeña ciudad más parecida a un pueblo viéndolo en cuanto a algunas fachadas de edificios y casas. Da igual, me sigo sintiendo cómoda, tranquila y segura sin vivir en un sitio peligroso, a pesar de que lo hay, pero que no me acerco porque no soy tan sumamente boba como para ponerme en peligro a mí y a los que me rodean. Mi monotonía suele ser algo que me mantiene despierta y en paz, sin preocuparme por las zonas más peligrosas o por cosas externas en las que no me he querido enfocar.

Divisando entre unas cuantas personas que van por delante de mí la casa de Yoongi, acelero mi paso, casi escurriéndome hacia atrás en un momento, pero pudiendo retomar el equilibrio fácilmente, llegando a la puerta y llamando al timbre mientras cierro mi paraguas. Es su madre la que me recibe, con una amplia sonrisa y una indicación en relación a dónde esta su hijo, que es subiendo las escaleras hasta la primera planta, rumbo que me sé de sobra a lo largo de los años. Toco la puerta de su cuarto suavemente con mis nudillos, después de haber dejado todo lo pesado abajo. Oigo su suave voz indicándome que pase, y es lo que hago, asomando primero la cabeza y después pasando por completo cuando veo que está arropado hasta la barbilla, casi la cabeza completa.

—¿El dolor de cabeza provoca frío ahora? —le pregunto burlonamente, sentándome en el borde de la cama, estirando mi mano y destapándolo un poco, pudiendo ver sus preciosos ojos somnolientos y entrecerrados.

—¿Estás loca? Lo que no sé es cómo tú no lo estás con la que está cayendo, boba —habla con sorna, bostezando al rato y envolviéndome rápidamente con sus brazos, tirándonos a ambos en su cama mientras yo no paro de reír y él se queja por su dolor de cabeza.

—No deberías de haberlo hecho, tonto —acaricio su pelo y escabullo mis dedos por él—. Por mucho tiempo que lleves con migrañas, no significa que te hayas acostumbrado y las sepas domar.

—¿Acaso te has comido a mi madre? —bufa y vuelve a taparse, solo que esta vez si consigue hacerlo entero.

—Te va a oír... —regaño, destapándolo nuevamente y acomodándolo en mi hombro.

—Me da igual, la comodidad de tu cuerpo me basta para despistarme y conseguir dormirme otra vez —conforme sus palabras terminan, noto mis mejillas tomar un color rosado por haberme permitido malpensar sus palabras. Sé que no me hace falta mirarme para saber que parezco un tomate, así que, por si a Yoongi se le pasa la idea de abrir los ojos —que raro lo veo–, giro mi cabeza en la dirección opuesta, observando las diversas fotografías que hay en la estantería encima de su escritorio, donde su ordenador está encendido con una foto nuestra de pequeños, en la que yo le embadurno la cara con mi helado de chocolate y el tiene, hablando en plata, cara de culo.

𝖡𝖾𝗌𝗍 𝖥𝗋𝗂𝖾𝗇𝖽𝗌 ☂ [𝑌𝑜𝑜𝑛𝑙𝑖𝑐𝑒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora