En el año 2017 un virus se propagó por todo el continente latinoamericano, dejando así a la humanidad casi extinta, sólo unos pocos sobrevivientes se verán forzados a luchar con estas criaturas.
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Las luces alumbraban en la cara de Johanna que estaba dormida, tenía una tranquilidad en su rostro como si nunca antes la hubiese tenido. Joshua no paraba de mirarla y simplemente se alegraba del hecho de que esté bien, Tomás miró hacia el retrovisor dónde Elena ayudaba a limpiarle la herida en la cabeza, consiguieron una pequeña casa en el camino dónde decidieron para a descansar, Aarón se encontraba afuera en el patio observando la luz de la luna, las estrellas brillaban aquella noche.
- Ya lleva varios días con la noche así - le interrumpió Aidan en sus pensamientos - ¿En qué piensas? - le preguntó sentándose a su lado.
- Pensando en mí mamá, mi hermana y en el pasado ... - dijo con una pequeña risa.
- Entiendo, todo tenemos un pasado que no sabremos si volverá - respondió Aidan - demos una vuelta - invita al chico poniendose de pie, Aarón levantó la mirada y aceptó.
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El rio sonaba en aquel alejado lugar, Amanda se había quitado su ropa para así refrescarse, el agua estaba fresca a pesar de la noche y el frío que sentían, la chica miró a Mathias que estaba de espaldas para darle un poco de privacidad.
- No pensarás quedarte allí ¿verdad? - le preguntó ella mirándolo. Mathias le tomó de sorpresa la pregunta haciendo que se sonrojara un poco.
- No quiero faltarte el respeto - Responde rascándose la cabeza - entiendo que estamos en el fin del mundo, pero aun existimos los caballeros - dijo sin darse la vuelta.
- Y somos pocas las damas que quedamos con algún caballero ques nos correspondan - le respondió ella, Mathias bajó la mirada y comprendió la invitación, se quitó la ropa y entró al agua acercándose a Amanda, la luz de la luna reflejaba sobre la cristalina agua, Mathias se le dio un beso lleno de ternura el cual ella respondió, se separó un poco observando el cuerpo de Amanda le acarició la cara y ella cerro los ojos.
- Eres perfecta - dijo mirándola, detallando con sus manos la espalda de la chica, sintiendo su tacto y calor de piel - o al menos para mi lo eres - Amanda le calló la boca dandole otro beso, convirtiendo en aquel lugar algo especial para los dos.
