O C T A V A E R U P C I Ó N: L O S V O L C A N E S

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"¿Sólo así he de irme?

¿Como las flores que perecieron?

¿Nada quedará en mi nombre?

¿Nada de mi fama aquí en la tierra?

¡Al menos flores, al menos cantos!"

-poema azteca, escrito por un emperador (huey tlatoani)

Los ciudadanos buscaron a Iztaccíhuatl y Popocatépetl por semanas. La nieve caía a raudales cuando finalmente los encontraron, en un punto en la montaña. Él estaba sentado en cuclillas, ella, acostada a su lado. No quisieron separarlos. La nieve se siguió acumulando entre temblores de  tierra hasta que, una mañana, se despertaron y vieron dos volcanes en donde ellos habían estado.

Uno, con la silueta de una mujer dormida.

El otro, con la silueta de un hombre sentado.

El rumor se corrió, diciendo que eran Popocatépetl e Iztaccíhuatl, su memoria vivió por los siglos. Citlatépetl murió de culpa, y un cerro ocupó el lugar donde había estado, observando a la pareja desde lejos.

Y de cuando en cuando, el Popocatépetl erupcionaba, recordando al amor de su vida, esperando a la Mujer Dormida.

Lava [La Leyenda de los Volcanes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora