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Sintió un fuerte agarre en su brazo y como lo acorralaban contra una pared, se asustó e intentó liberarse pero Sebastian era mucho mas fuerte que el.

-ay Daniel, ¿pensas que soy estupido?-

-S-sebastian n-no se de q-que me hablas, p-por f-favor no m-me-

-shh- dijo rápidamente el castaño colocando un dedo sobre los labios de Daniel, el rubio se asustó un poco más por el acto y bajó la mirada -¿pensas que no veo como me miras?- agarró su mentón y lo miró fijamente. Seb se acercó un poco y besó el cuello de Daniel, el más bajo se estremeció.

-Seb, por favor- Daniel no iba a negar lo mucho que le gustaba lo que estaba pasando.

-ay Daniel, vamos, aceptá que te gusta- mordió levemente el cuello del más bajo. Sacándole un pequeño gemido, el rubio ya empezaba a seguirle el juego.

Sebastian agarró las muñecas de Daniel y las mantuvo arriba de su cabeza, dejando a Brühl sin escapatoria.
Seb era extremadamente dominante a la hora de tener sexo.

El castaño se adueñó de los labios del otro, un beso tan posesivo y apasionado, que Daniel dejó de pelear, y se entregó por completo al castaño.

Cuando se separaron del beso, Sebastian cargó al otro en su hombro y empezó a caminar hacia la pieza, en todo el camino no dejó de manosear el culo de Dan. Lo dejó caer en la cama, y se tiró arriba suyo y volvió a besarlo.

-Daniel, yo vi, que a veces te gusta hacerte el malo- decía con una voz seductora -¿sabes que le pasa a los chicos malos?- dijo y le saco la remera.

-Sebastian, por favor no me castigues-

-creo que unas nalgadas van a ser suficientes para que te des cuenta que no sos tan rudo como creés- lo dio vuelta y le saco los pantalones, dejándolo en bóxer y admirando el enorme y bien formado culo del rubio

Seb se sacó el cinturón y con el ató las manos del otro.

-Sebastian, perdón, no tendría que haberme comportado así- Seb le sacó la ropa interior

-te voy a castigar igual así que no hace falta que supliques- apenas terminó su oración, levantó su mano y golpeó sin piedad la nalga del rubio, quien soltó un grito de entre placer y dolor.

Y así siguió un largo rato, azotando sin compasión las nalgas del otro chico

Cuando el culo de Daniel ya tenía un tono escarlata Sebastian decidió parar, se sacó la ropa y empezó a penetrar despacio al rubio.

Empezó a dar fuertes embestidas, Daniel gemía del placer que le provocaba Sebastian, definitivamente, la mejor noche de su vida.

Cuando terminaron Daniel se quedó recostado en el desnudo pecho de Sebastian.

-Dani-

-¿sí?-

-¿querés ser mi novio?-

-si Seb, si- el castaño le besó la frente y los dos cayeron en un profundo sueño.

un romance en el elenco (Sebas Stan x Daniel Brühl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora