LA PRIMERA VEZ
Para el jueves por la mañana ya tenía un nuevo casillero. Una nota pegada a la puerta, cortesía de quienes no dejaban de fastidiarme, me pedía disfrutarlo mientras pudiera. Arrugué la nota y guardé mis cosas dentro, confiando en que aquella amenaza no se concretaría. Lo bueno del nuevo casillero, es que estaba junto al de Grey, lo que me daba cierta seguridad. Si iba a encontrarme todas las mañanas con ella, entonces tendría a alguien que me defendiera.
—Veo que ahora somos vecinas —dijo una vez llegó. Lucía radiante, con su cabello rubio despampanante, igual que en los comerciales de belleza. Su rostro fino y rasgos únicos la hacían destacar en el pasillo por sobre las artísticas esculturas. Si de arte se trataba, ella podría haber sido una obra más.
—Así es.
—¿Cómo estás con lo de ayer?
Se refería a la lluvia de piedras sobre el caro coche de la familia Crusoe.
Miré hacia los lados en busca de alguna cabeza gris. No quería que Dhaxton me escuchara, tampoco que alguien supiera que éramos responsables de aquella costosa venganza.
—Bien. Aunque por la noche no pude evitar sentirme mal.
Grey rio mientras sacaba sus cosas y cerraba su casillero.
—¿Sentirte mal? ¿Por qué? —Hice el gesto universal del dinero con mis dedos—. Estoy segura de que arreglarlo no les saldrá caro. Esa familia tiene convenios, socios, amigos ricachones, ¿crees que no pueden hacer un trato y arreglarlo gratis? Hasta podrían darle uno nuevo.
Me encogí de hombros dándole la razón. Sin embargo, seguía con la idea de que haber destruido un auto era excesiva. Poco había podido dormir en la noche, el arrepentimiento cautivo se alejó en mi pecho en forma de dolor y conmoción. Me puse paranoica hasta que logré conciliar el sueño sin percatarme. La venganza era un término que no podía manejar, y que además me era ajeno, por lo que sentirme insegura y culpable por primera vez me pegó de lleno.
—¿Qué ocurre?
Logan llegó a nuestro lado.
—Drey se siente mal por lo de ayer —respondió la rubia en un tono despreocupado y casi burlesco.
—¿Es que tú no sientes ninguna culpa? —le cuestioné con las cejas arrugadas a más no poder.
Grey ladeó su cabeza y entonó sus ojos hacia un punto invisible. Sus labios rojos se unieron en la formación de un puchero aniñado mientras buscaba en ella algún rastro de culpa.
—No —dijo tras meditarlo—. No siento nada de culpa. Creo que hicimos bien. Además, es lo que muchos han querido hacer y pocos se atreven, ¿verdad?
Codeó a Logan para que respondiera.
—Supongo... Pero yo me siento paranoico. ¿Había cámaras? Si aparecemos en ellas estamos jodidos, y yo no vengo de una familia poderosa como para salvarme el trasero —señaló a Grey.
Ella bufó en contraataque y agregó:
—Como si ellos fueran a protegerme. Perdí todos los privilegios familiares cuando me metí a estudiar arte y no negocios como ellos deseaban.
—Eso explica algunas cosas —replicó Logan.
Comenzamos a caminar a nuestra primera clase del jueves.
—¿Cómo cuál?
—Tu afán de ir en contra de las reglas.
Los chicos iniciaron una breve discusión de la que me mantuve apartada. De nuevo las miradas se volvían en mi contra. No se detenían, estaban ahí para seguirme el resto de la semana. Insoportables, hostiles. El ambiente se volvió distorsionado, temible y un camino largo difícil de avanzar. Me aferré a mi collar, caminé con prisa sin apartar mi tacto de la cruz; así me sentía más resguardada, pensar en que no estaba sola me reconfortó. Recordé entonces el versículo que tanto le gustaba a la abuela decir en momentos de inquietud: «Aunque camine en valle de sombra de muerte, no temeré a mal alguno; porque tú estás conmigo: Tu vara y tu cayado me infunden aliento». Respiré algo de tranquilidad.
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LA OPCIÓN CORRECTA EAM#1 | A la venta
Teen Fiction(+16) PRIMERA PARTE YA A LA VENTA EN CHILE E INTERNACIONAL (BUSCALIBRE) «La historia inicia con un muerto. ¿La víctima? Yo. ¿Los culpables? Dhaxton Crusoe y Seth Bellish. ¿La víctima siguiente? Tú.» Audrey Downey ha prometido guardar su castidad ha...