Sabor a fresa.

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Luego de unos momentos, el peli azabache se levantó. Dirigiéndose hasta la puerta.

– Descansa mientras que te recuperas del tobillo –Le ordenó con un tono tibio. Ni tan frío ni tan cálido.

Naraku se fue dejando a Rin un tanto sorprendida, mirando su tobillo vendado.

Han pasado días desde que Rin estaba residiendo en aquella extensa mansión, se habia recuperado de su lesion en el tobillo, y si dio cuenta de muchas cosas.

1. Naraku realmente había perdido la memoria, ya que cada ves que él estaba sólo le preguntaba a sus sirvientes acerca de su pasado.

2. Naraku era extremadamente paciente y sinceramente sonriente y abierto. Al menos con ella.

3. Naraku es guapo. Y la volvían loca aquellos extraños ojos escarlatas.

4. Naraku es el sol y Sesshomaru es la luna. Cada uno en su mundo opuesto.

5. Naraku era con extremidad inteligente. Le daba tantos datos curiosos.

6. Naraku provocaba en ella, una debilidad casi única. Casi como Sesshomaru pero menor.

Todas aquellas cosas eran relacionadas con Naraku, puesto que para la sacerdotiza era como explorar un nuevo mundo lleno de posibilidades. Naraku todavía emitía aquella fuerte aura maligna, que aunque se purificaba con su toque, aún no era suficiente.

Regresando al actual momento, Naraku se encontraba en su habitación encerrado como hacía típicamente. Y Rin quería sembrar algunas flores para llenar aquel espacio vacío lleno de hierbas.

Entonces, la inocente sacerdotiza, fue a buscar las semillas, las cuales le había pedido amablemente a uno de los sirvientes hace 2 días.

– Naraku –Tocó dos veces hasta escuchar "Adelante" y pasó– Naraku, vayamos a plantar una semillas de rosas... ¿Si?

La chica rogaba con una cara de cachorro abandonado, sentándose con delicadeza y elegancia a su lado.

– Rin, estoy cansado... –Dijo nervioso. Con una sonrisa dedicada sólo a ella.

En ambos se hicieron presentes unas cuantas punzadas en sus pechos. Naraku decidió por su parte, ignorarlo. Mientras que Rin decidió hacerle frente a aquello que sólo venía con Sesshomaru. La peli negra tomó el brazo del azabache y lo empujó hacía ella con intención de arrastrarlo, pero en cuerpo era pesado, no le podía mover. Así que aplicó más fuerza, hasta que logró moverle. Pero fue demasiada fuerza aplicada, lo cual conllevó a que el joven demonio, como prefería que se dirigiesen a él, cayera encima de ella. Abriendo, por el golpe, un escote en su kimono, y a él, que se le aflojara un poco su kimono de hombre, dejando en ambos, una vista tentadora y sin muchas reservas para la imaginación. Quedando además, en una posición comprometedoras; él encima de ella acostados en el frío suelo.

– ¿Estás bien? Quité un poco de peso molecular pero creo que fue mucho... –Dijo nervioso, y sonrojado.

– Yo... Yo... –Tartamudeo en respuesta, su cara parecía el color del oji escarlata– Si.

Ambos se sentían cómodos y no se querían mover.

Ambos se sentían nerviosos y querían ir a algo más allá de esa simple posición.

Ambos sentían más. Querían más.

Pero, ¿Quién podía dar la iniciativa?

¿Una sacerdotiza pura de corazón, ó, un híbrido demonio por naturaleza?

La respuesta era simple:

Ninguno.

Ambos reaccionaron, pero no como querían. La sacerdotiza sé cubrió su pecho, mientras el demonio se levantaba y se acomodaba el kimono. Se volteó, quedando de espaldas para no ver sus rostro avergonzados.

– Vete a sembrar tus rosas, Rin –Dijo con una clara paciencia y veía por la ventana. Un paisaje oscuro, tan oscuro como su corazón.

–No tiene sentido si no plantas una conmigo –Respondió firme, parándose.

– Vete –Ordenó. Cosa que la sacerdotiza dejó pasar.

– Claro que me iré –Dijo dando unos pasos adelante–. Contigo.

Dicho esto, la peli negra tomó de la oreja, que era humana. A diferencia de Sesshomaru, quien tenía las orejas como un demonio puro... Cosa que realmente era. Y comenzó a arrastrarle.

El demonio se estaba desesperando. Aquella humana lo volvía loco. Literalmente.

"Maldita Rin" Pensó éste, y quitó con fuerza aquella mano, sosteniendole y levantándose. Él la atrajo a su cuerpo, de forma estrictamente seductora. Tomó con su otra mano desocupada, la cintura de la joven. Y la atrapó con su altura. Puesto que él media 1.90 y ella tan sólo 1.67. La diferencia era notoria, e intimidó a la sacerdotiza.

El demonio se agachó un poco hasta quedar a la altura de labios con labios. Por supuesto, con ella mirándole hacia arriba. Quedando a 8 cm de distancia, un espacio vacío lleno de invisibles palabras. Palabras mudas, que se percibía en el cerrado espacio. Las respiraciones eran agitadas, como si su vida dependiera de ello. Cada toque hacia al demonio hacerse retorcer de todo dolor posible, pero era una perfecta oportunidad. Para besarla y sellar con ello, aquellos sentimientos dejados por Sesshomaru en un pasado.

"Quiero... Cerrar éste espacio" Pensó la joven oji café.

Cada uno sentía la respiración del otro. Y cada milisegundos que pasaba, se hacía más notorio. Puesto que es dos segundos. Naraku unió sus carnosos, rosados, finos y suaves labios con aquellos de la sacerdotiza, aquellos puros labios le dio permiso para seguir, puesto que se movía, a pesar de no saber qué hacer ya que era su primer beso. Naraku era todo un profesional en cuanto besar. Puesto que para llenar en su pasado aquel vacío dejado por la miko Kykio, estuvo con varias mujeres. Pero relaciones que no pasaban más allá de besos y caricias.

"Sabor a fresa" Anotó mentalmente Naraku... Cerrando sus ojos y dejándose llevar por aquel fresco y delicioso sabor.

Espero que les haiga gustado n.n me disculpo con LeveXier uwu ayer la iba a subir pero tuve problemas de conexión TnT

Tu puro corazón me purificó (Naraku x Rin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora