Página 100: Días 15-30 (IV)

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¡Dios mío!, debo confesar que tengo muchos sentimientos encontrados ahora mismo. Por un lado, estoy triste porque esto ha llegado al final, pero por otro lado me siento feliz por terminarla, ya que me cuesta mucho seguir el hilo de una historia que hace tiempo que no actualizo. Pero sobre todo estoy nerviosa. Sí, muy nerviosa porque no se que opinaran de este final...espero que les guste, ya que he escrito esto con mucho cariño para todos ustedes. Espero sus comentarios, sus opiniones, sus críticas...en fin, todo lo que tengan que decir será recibido con agrado.

Como saben este es un fanfic, Kakasaku para mayores de 18 años, y los personajes y la imagen no me pertenecen.

***

El viento aullaba con fuerza y resonaba en mis oídos. Las ramas de los árboles se agitaban enérgicamente, y de tanto moverse parecían como si se fueran a romper en cualquier momento. Me felicité internamente por mi elección de vestuario. Aquel abrigo negro que tan bien me sentaba, y me hacía ver más esbelta, ahora me protegía del vendaval que se avecinaba. Suspiré pesadamente cuando salí de casa, y mientras caminaba sin ninguna prisa por las calles de Kohona, dudaba todavía entre si ir o no al evento que habían organizado en la academia.

Tenía los nervios a flor de piel, las manos sudorosas, el corazón se me encogía y sentía una opresión en el pecho al pensar que dentro de poco volvería a hasta aquel lugar donde pasé los mejores momentos de mi niñez y mi adolescencia, donde viví tantos momentos únicos y donde lo conocí...

La noche estaba al caer, las luces de las farolas se iban encendiendo una tras otra. Y a pocos metros de donde me encontraba, ya se podía divisar el edificio construido por el primer Hokage muchos años atrás, encargado de albergar y educar a cada generación de ninjas de Konoha.

En la entrada de tan emblemático edificio, varias personas entraban y salían del mismo. Personas que hasta hace poco habían sido mis compañeros y compañeras. Muchos de ellos ahora amigos míos, con los que compartí innumerables misiones.

Respiré profundamente, haciendo que el aire llegara a mis pulmones, y a la vez calmando un poco mis nervios. Necesitaba parecer la misma de siempre, la tranquila y centrada Kunoichi Sakura Haruno, alumna privilegiada de Tsunade-Sama, aunque por dentro sintiera que todo era un caos y estuviera angustiada y confundida.

Con el pelo rubio y liso, su cuerpo perfecto, un abrigo rojo, cruzada de brazos y una mueca de pocos amigos me esperaba Ino en la puerta principal, y a su lado la acompañaban Tenten e Hinata.

—Ya era hora frentuda—me dijo un poco enfadada, mientras señalaba el reloj de su muñeca.

Respondí con una mueca infantil, cosa que no hizo más que acrecentar su enfado, pero no le di tiempo para que me dijera nada más. Tenten e Hinata me saludaron felicitándome por mi vestuario, respondí de la misma forma, haciendo que Hinata se sonrojara, y tartamudeara como siempre, y Tenten se mostrara orgullosa de la ropa que había elegido. Las cuatro nos dirigimos hasta el gimnasio donde iba a ser la celebración. Al principio pensaba que íbamos a ser pocos los asistentes, pero con el pasar de los minutos, más ex alumnos de otros años iban llegando.

Todos llevábamos nuestras mejores galas, saludábamos emocionados unos a los otros, el ambiente era de fiesta, nada tenía que ver con la reunión formal que se suponía que sería. La comida estaba servida a modo de banquete, y muchas sillas para los asistentes adornaban el centro del gran salón.

Naruto vino corriendo a saludarnos, aunque sólo fue una mera excusa para saludar a Hinata y llevársela a algún lugar que solo ellos conocían. Sonreí al ver la complicidad entre ellos, el cariño que se tenían y como poco a poco, aquel niño travieso de antaño, se había convertido en un joven apuesto y decidido.

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