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Esa mañana una llamada de un número extraño había ingresado al teléfono de Cuahutemoc, con cuidado de no hacer algún movimiento brusco se levantó de su cama para poder atender la llamada.

-Temo, soy Nadia-

La voz de la alfa sonó del otro lado de la línea.

-Hola Nad, ¿Que ocurre? ¿Porqué me llamaste desde este número?- pregunto el Omega con extrañeza.

-Escucha, vamos en camino a Orizaba, necesitamos hablar contigo, Mateo no es quien creíamos que era... lamentablemente el nos vio la cara de pendejos a todos nosotros- la voz de la fémina sonaba intranquila.

-Aqui los estaré esperando- dijo con firmeza para después terminar el enlace.

De forma rápida pero cuidadosa, Temo se dio un ducha y se vistió de forma cómoda, aún así un presentimiento en su pecho lo dejaba intranquilo, sabía que algo malo debía pasar para que la voz de la mujer sonará de esa forma.

-Hasta el jardín se huele tu preocupación- Aristóteles entro a la cocina- ¿Qué ocurrió?- pregunto mostrando preocupación.

-Nadia me acaba de llamar, dice que vienen en camino, no me especificó quienes pero debe ser algo malo lo que está ocurriendo, su voz...en su voz se sentía su nerviosismo y miedo- pronunció.

Ambos se quedaron un momento en silencio, hasta que fueron interrumpidos por el timbre de la casa, el rizado fue el primero en abrir encontrándose con sus amigas y otras tres personas y un niño.

-Tú- Temo miro a Noah de forma dura...pero todo eso cambió cuando vio el terrible estado en el que venía- pasen- dijo haciéndose a un lado.

Una vez en la sala la tensión se podía cortar con un cuchillo, Nadia había salido con todos los niños y adolescentes para darle más privacidad a los adultos.

-Noah tiene muchas cosas que decir- comenzó a hablar Jerry.

-Solo les pedimos que porfavor, no sean muy bruscos, acaba de salir del hospital- Kevin miro al López y al Córcega.

-¿Porqué estabas en el hospital?- Aristóteles preguntó notando varias marcas de agresión en su cuerpo, incluida una reciente, en su cuello hecha por cierto ojiverde hace dos días.

-Mateo Symanski- hablo por primera vez en todo ese rato.




























Cada palabra que salía de los labios de Noah no hacían más que estremecer a Temo y Ari, ver como las espesas lágrimas del pelinegro salían con dolor, furia, arrepentimiento y tristeza era algo que provocaba empatía y pena, ver las heridas provocadas por el alfa de ojos verdes era doloroso, escuchar todo el daño psicológico que recibió por parte de la mujer que le dio la vida era lamentablemente y lo peor fue escuchar como contra las súplicas de Lambiel, Mateo lo había obligado a abortar a una criatura inocente.

-...nada de esto justifica lo que hice, nada de esto justifica que separé a una familia, que aleje a unos inocentes de su padre...ahora lo único que quiero es morir, morir e irme con el bebé que me fue arrebatado...- se abrazo a sí mismo sollozando con fuerza, enterrando sus uñas en sus brazos.

Cuauhtémoc se levantó y tomando el brazo del otro Omega lo colocó de pie, ambos se miraron a los ojos y pasó algo que no imaginaron, solo el golpe seco en la mejilla de Noah resonó en toda la sala.

-¡No seas estúpido diciendo que lo único que quieres es morir! ¡Tienes un hijo que necesita de su padre! - le gritó tomándolo por los hombros para abrazarlo- el dolor ahí va a estar siempre Noah, siempre estará presente, pero por nada del mundo debes dejarte caer... más ahora que tanto tú como yo estamos a punto de enfrentarnos a Mateo, si no lo hará por ti al menos hazlo por tu hijo, por el ser tan hermoso que creció en tu vientre durante nueve meses- le hablo con dulzura acariciando su cabello.

No [Omegaverse}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora