5 words:imperio ; filipinas ; reloj ; normal ; canción
🐢
—mamá.
la espalda de su madre siguió siendo lo único que podía ver. la mujer negándose a hacerle caso.
—mamá.—volvió a intentar.
esta vez su madre comenzó a tararear alguna canción. hyunjin se acercó para palmear el costado de su madre.
—hyunjin, ve a jugar afuera.
la seca respuesta le hizo dar la vuelta, decidido a huir de casa.
hyunjin subió a su habitación y tomando su mochila de ironman, metió en ella su gorra, sus autos de juguete, una pistola de agua y su peluche de dinosaurio.
salió por la puerta principal diciendo adiós a sus once años de vida en esa casa, con la ogra de su madre que jamás le prestaba atención.
—ahora solo necesito buscar una casa... no, ¡un castillo! ¡tendré mi propio imperio! —levantó el puño, orgulloso de ocupar la palabra que aprendió de ver series en la noche cuando debería estar durmiendo. le gustaban mucho los caballeros con armadura, y sus grandes castillos, siempre peleando y matando gente.— mataré a todos los que entren en mis tierras.
emocionado, comenzó a correr, buscando aquí y allá un buen lugar para poner su castillo.
se alejó de su casa, pasó por un puente y de pronto las casas ya no estaban tan juntas una de la otra y eran mucho más grandes que la suya.
—que casa tan grande, es como un edificio.—susurró para sí mismo, aferrando sus manos a los tirantes de su mochila.
sus pasos se detuvieron cuando un dulce olor llegó a su nariz.
—¡galletas!—el inconfundible olor hizo a su estómago rugir.
el olor venía de una gran casa, y hyunjin decidió que nadie se enojaría si tomaba unas cuantas.
dió la vuelta a las grandes casas y solo bastó un salto a una reja blanca para estar dentro del lugar. cuando aterrizó, se topó con muchas cajas. algunas más altas que él, y otras pequeñas.
hyunjin las observó asombrado, olvidando su hambre.
dejó caer su mochila al suelo y comenzó con la operación castillo.
movió las cajas más grandes juntas, frente a la piscina del patio, decidiendo que ese sería el río que protegería su castillo.
dejando unas más pequeñas en la mitad, y las grandes por los costados, hyunjin se encerró a sí mismo con cajas.
—¡es el castillo perfecto! solo necesito armas y quizás un techo-
—¿¡quién eres tú?!
el grito lo asustó al punto en que dió un ligero salto. poniéndose en guardia, hyunjin tomó su dinosaurio de peluche y se acercó a la caja más pequeña por dónde solo su cabeza se veía.
al otro lado de su río, un niño de shorts cafés y una camisa de manga corta lo observaba. ¿qué rayos traía puesto? ¡hacía mucho calor!
—¡no des un paso más! —le advirtió al niño.— ¡éste es mi castillo y soy el rey hyunjin! ¿quién eres tú?
—el dueño de esta casa donde no perteneces.—el tono del niño estaba comenzado a enojar a hyunjin. tenía pensado perdonarle la vida pero al parecer tendría que matarlo por atreverse a irrumpir en sus territorio.— sal de ahí.
