DESESPERANZA

1K 115 64
                                    


No quería dormir, su cuerpo estaba exhausto, pero se negaba a cerrar los ojos. Tenía un mal presentimiento igual como aquella mañana cuando vio partir a Tae.

Había pasado una mala noche, no podía respirar y al examinarlo vieron que tenía líquido en los pulmones, le habían hecho una punción y le habían dado nuevos medicamentos. Jimin sabía que cuando empezaban a fallar otros órganos era señal de que estaba cerca del final.

Estaba tan adolorido y tan débil que sentía si se dormía ahora, jamás volvería a despertar, jamás volvería a ver a Tae y no quería partir sin despedirse. Tenía tantas cosas que decirle y el tiempo se le había agotado más rápido de lo que esperaba.

Gino le había estado haciendo compañía esa mañana. Tenía una apelación en tribunales en una hora, pero había querido quedarse con él. Cuando notó lo mal que estaba insistió en llamar a Tae. Inicialmente se había opuesto a que lo hiciera, pero ahora solo estaba esperando desesperadamente a su novio.

Respiró forzadamente, le habían subido el oxigeno y aún le costaba respirar.

—Gino...

—Aquí estoy. —Le dijo acercándose y tomando su mano—. Ten paciencia, Tae debe estar por llegar.

—Cuídalo... cuando me vaya... no lo dejes solo.

—No digas eso Jimin, solo hablas así porque hoy te sientes mal, pero todo va a estar bien. Mañana ya te sentirás mejor, te lo aseguro.

Gino se quedó tomando su mano hasta que Tae apareció en su puerta, lucía preocupado. Su primo se despidió y los dejó solos.

—Tae... —Lo saludo débilmente.

—Hola amor. —Tae se acercó a su cama y tomó su mano antes de besarlo dulcemente— Me dijeron que no pasaste una buena noche.

—Me cuesta respirar. Me alegro que estés aquí, no quería dormir sin verte. —Le confesó con la voz débil.

—Ya estoy aquí cariño.

Jimin miró a Tae, se veía cansado, el pobre se lo pasaba entre el trabajo y el hospital. Y cuando él muriera se quedaría solo.

—Lamento que tuvieras que dejar tu trabajo por mi culpa.

—No debes culparte por todo amor, estresas a tu corazón. Piensa solo en las cosas buenas. Tenemos muchos planes que hacer para cuando salgas del hospital.

Tae siempre le hablaba de las cosas que harían cuando saliera del hospital. Le dijo que lo llevaría a su departamento y lo cuidaría hasta que mejorara, ya tenía planeadas sus próximas vacaciones también, lo llevaría al Caribe y pasarían toda una semana bañándose en el mar y haciendo el amor.

—¿Tienes más planes? —Le preguntó con un hilo de voz. Quería oír más planes, quería soñar con un futuro juntos. Se había aferrado a cada uno de los planes de Tae, pero ahora sentía perder la esperanza, porque sabía que no los podrían hacer realidad.

Iba a morir. Lo sabía como sabía que mañana iba a salir el sol.

—Cientos de planes.

—¿Puedes agregar uno más?

—Lo que quieras.

—Habla con tu papá. No dejes las cosas así, él te ama. Hazlo por mí.

Tae suspiró antes de responder. —Claro que si amor.

—Me encanta cuando me dices amor.

—Eres mi amor. Te amo, siempre te he amado y siempre te amaré.

CORAZÓN DEFECTUOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora