Sanar un Corazón

Es un reto?

El lugar era elegante y con luces tenues, el aroma de la comida exquisito, al charlar Evander levantaba la vista solo un poco mirándolo por debajo de esas gruesas tupidas pestañas y enarcadas cejas.

- He decidido que jamás debemos de compartir el quirófano, simplemente no podría.

Allí estaba de nuevo esa mirada, Evander se enderezó en la silla y cruzo los brazos sobre el pecho, se veía imponente y hermoso.

- ¿Por qué? Pensé que el agradaba.

- Asi es y temo por la salud de mi paciente si usted me mira por debajo de esas cejas y me quedo sin saber que hacer o decir.

Evander sonrió de medio lado negando y rice se sintió como una colegiala enamorada, corriendo por los campos de flores suspirando por un príncipe imaginario.

- Si su juicio se ve nublado por tan poco yo tampoco quiero compartir el quirófano con usted.

- ¿Le parece poco? Me ha mirado asi al menos cuatro veces esta noche y estoy deseando seducirlo.

El griego puso los ojos en blanco, cada vez que Rice sacaba el tema lo rechazaba caballerosamente, alegando que no estaba interesado en los hombres, de haber tenido un límite Rice lo habría cruzado hace mucho.

- Pensé que ya habíamos superado eso, soy hetero.

- Supérelo entonces, que yo no puedo, creo que estoy enamorado.

Algo parecido al miedo cruzo esos ojos, pero pronto fue cubierto con una sonrisa falsa que buscaba restarle importancia a su confesión.

- Es imposible.

- Difiero, es tal vez risible pero no imposible, permítame cortejarlo.

La alegría seguía sin llegar a esos ojos, la duda, la sospecha, la incredulidad, pero no alegría o esperanza.

- No soy una damisela Rice, no puede cortejarme.

No se detendría por palabras banas, no cuando algo desde el fondo de esos ojos le gritaba que lo salvara que por favor lo intentara, que luchara contra un cascaron de miedo.

- Es esto un reto, porque si es asi lo tomo, lo cortejare para ganarme el derecho a seducirlo.

Desilusión, fue eso lo que vio en los ojos de Evander antes de la resolución, esto sería una competencia de tira y afloja, que estaba seguro el griego quería perder.

- ¿Se trata solo de eso verdad, de la seducción? Pues sepa usted que no tiene oportunidad.

Fue un reto, un reto en toda regla que Rice tomaría, toda su vida estaba llena de retos y metas a cumplir, pero esta vez el premio seria ese hombre que lo cautivó desde el primer momento en que cruzaron las miradas.

- No ha dicho que no, entonces es un sí, le aviso Katsaros que estoy desde este momento cortejándolo.

Evander lo miró desde arriba y elevo una ceja, después una sonrisa torcida, estiró la mano hasta  casi tocar la de Rice y tomó la cuenta tendiéndosela.

- Perfecto, tome la cuenta entonces.