Luto

1.9K 245 4
                                    


Estaba lloviendo a cantaros, un niño había muerto en el quirófano, era un niño de la calle, que una ambulancia trajo al encontrarlo tirado casi muerto.

- No es culpa, se necesitaba un milagro, nadie lo está culpando.

- Yo lo hago, dudé, dudé un segundo y fue lo que bastó para perderlo.

Era pequeño y delgado, con los dientes podridos y el vientre hinchado, era increíble creer que su corazón estaba latiendo, abrió los ojos un momento para después cerrarlos para siempre.

- Al contrario de lo que las personas piensen de nosotros, no somos dioses, no estamos exentos de un error, pero lo que pasó en ese quirófano, no fue un error, simplemente se tomó una decisión y el camino no fue el esperado.

- Por qué tendría yo el derecho de tomar esa decisión, no era mi derecho, él debería poder decir... yo se lo arrebaté.

Evander estaba sentado en el suelo, con la lluvia mojando todo su cuerpo, Rice no podía saber si lagrimas resbalaban por sus mejillas, pero podía ver el borde rojo de sus ojos y escuchar el dolor en sus palabras.

Rice no tenía hijos, pero Evander los tenia, Evander dijo palabras que Rice no entendía con tanto cariño a ese niño, que al cerrar los ojos este sonreía.

- Lo besaré, lo besaré ahora y usted puede detenerme.

Evander lo empujó un poco y Rice resbaló con la lluvia y terminó arrodillado en el suelo a su lado.

- No es momento para esto, déjeme ahora.

- Es momento, es momento de encontrar el consuelo en quien esté dispuesto a darlo, ahora llueve, esta mojado y frio, triste y arrepentido, que mejor momento para aceptar mi cariño.

- Seré entonces un egoísta, débil y ruin mendigo.

Podía jurar que había lagrimas ya que eran más brillantes que la lluvia, podría jurar que el viento frio pronuncio su nombre.

- No, será un generoso, bondadoso y galante príncipe que me concede la joya preciado de sus labios.

- Basta, no sabe lo que dice, esta tan ciego de lo que considera amor que me ve de una forma que jamás he sido.

Un relámpago atravesó el cielo y una ráfaga de viento enfurecido azoto los cristales haciéndolos temblar.

- Tal vez es lo contrario, tal vez soy yo el único que puede verlo después de todo este tiempo en la oscuridad. sufriendo y escondido de este sentimiento que florece, esta tan aterrado de lastimarme que o se da cuenta que eso lo expía de todo, por favor, tome la expiación en mis labios y deje amarlo como se merece.

- No merezco nada.

Evander se limpia el rostro llevando su cabello hacia atrás haciendo resbalar sus mansos por su pelo y cuello, aprecia una ángel desesperado y herido.

- Y por el simple hecho de pensar eso lo merece todo, tome de mi lo que necesite para ser salvo, que si no es para usted es un remedio para una enfermedad que no sana.

Se rindió, al cerrar los ojos y elevar su rostro al cielo se rindió, la muerte había venido de nuevo a arrebatarle algo de las manos y recordarle que todo es pasajero, que nada en este mundo es eterno y que él Evander Katsaros se ha enfrentado a ella y a perdido de nuevo.

- Luego, en otro lugar y en otro momento, ahora mi corazón necesita regodearse en el luto de algo que ya estaba muerto.


Sanar un CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora