unos pelirrojos- y una rubia

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Callejones de Nickeston Street, Londres muggle

Mientras más se adentraban a los callejones, más problemático se volvía la situación, con una seña Evan le dijo a Barty que se quedara esperando con los chicos, aún con magia en un descuido podrían terminar heridos, desde que los muggles crearon esas mierdas de pólvora se volvieron una amenaza, una amenaza que debe ser neutralizada según su criterio.

                Tenían suerte que el mapa de Draco fuera creado por Abraxas, un mago poderoso por lo que no sería tan difícil rastrear su huella mágica y más en un lugar muggle donde no hay protecciones. Al final, acertó en sus sospechas, el mapa estaba al fondo del Callejón, un Prostíbulo… debería ir con cuidado cuando ingresara, primero crearía una barrera mágica para que el Ministerio no detecte el uso de magia continua en el mundo muggle, si usa varios Confundus sin barrera vendrían de inmediato.

                Los guardias lo dejaron pasar luego de verlo, seguro “cumplía los requisitos” para entrar, mejor dicho se veía como una persona rica. Mientras ingresaba algunas mujeres con ropa desgastada y llamativa intentaban colgarse de él, seguro que por su vestimenta sabían de su alto estatus económico y solo querían recibir buena paga… perras…  Las desecho bruscamente y uso su varita de forma discreta y camino hacia la dirección donde residía el mapa, pensar que entro a este maldito lugar solo por un estúpido mapa, pero si no lo recuperaba quedaría como un inservible frente al Lord, solo lo hacía por su ego y honor, y quizá para que el mocoso rubio no llorara…

-Eh pibe, para entrar a este lado tenes que pagar una comisión-se le acerco un hombre gordo con una sonrisa desquiciada siendo acompañado de dos guardias.

-Puedo preguntar qué tiene de diferente este lado, es mi primera vez-dijo Evan casual, actuando como un cliente.

-No sabes… este lugar cuesta más porque los servicios no pasan la edad legal-se carcajeo el hombre-la comisión es por la mantención de los mocosos de ese rincón, para que sepas hoy estarán disponibles nuevos niños, varios cumplieron los 6 años recientemente-Evan intento contener su mueca de disgusto por el lugar, una cosa era un Prostíbulo donde ofrecían putas mayores de edad, pero niños… le daba asco este lugar de pedófilos.

-Ya tiene la comisión-dijo Evan para lanzarle un Confundus a los guardias y al hombre, los mismo pensaban que ya había pagado así que le dejaron avanzar.

 El rastro del mapa se hacía confuso, debía haber otro objeto mágico y mago cerca para que la huella mágica se hiciera débil. Caminaba por un pasillo ancho que tenía varias puertas en sus costados, distintas habitaciones para usar luego de elegir a los mocosos pensaba, miro al final del largo y ancho pasillo el cual tenía una puerta más grande, seguro era donde elegías a que pendejo arruinarle la infancia.

                Su varita vibraba para el final, por suerte aún no había casi ningún cliente por la hora, aún ni siquiera era de noche y no tendría que ver la cara de los malditos pedófilos, el lugar recién estaba abriendo. Abrió la puerta para encontrarse unas malditas jaulas enormes, dos grandes donde dividían a los niños de las niñas y subdivisiones por los rasgos de los niños, no valía lo mismo un niño de ojos claros que uno de ojos marrones, eran más escasos al igual que conseguir niños extranjeros como chinos o japoneses, valían distinto.

-Tiene suerte, le contaron que hoy ingresaremos más de ochenta mocosos distintos, fueron difíciles de conseguir y atrapar, pero cada uno puede ser suyo por esta noche claro que a su debido precio-le dijo el encargado mientras le decía los precios, en general coger a un mocoso valía menos que una puta, por no estar desarrollados y no ser hábiles para complacer al cliente.

                Se acerco a las jaulas, el mapa estaba en alguno de los mocosos… el problema es que sentía como uno de ellos lo llamaba inconscientemente, un niño mago, el no se metería con el Prostíbulo en total los muggles le interesan una mierda, pero un mago, incluso uno nacido de muggle ser un objeto para placer de simples escorias era diferente, se llevaría al mago con él y lo dejaría en un orfanato o algo, para luego quemar el lugar… debía enseñar a los muggles a no meterse con un mago, debía enseñarles su pútrido lugar en la escala evolutiva. La presencia era atrayente en un compartimiento, el de los niños más exóticos, todos rubios o pelirrojos y con ojos claros, vio como un mocoso lo miraba fijamente y le hizo una seña para que se acerque, ese niño tenía magia lo sentía en cada fibra de su ser. El niño asustado de ser elegido avanza con miedo, sabía que desobedecer una orden podía costarle que le fracturaran todo su cuerpo.

El ElegidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora