Cutie Yeonnie Pie 🍓 ꒰ beomjun ꒱

strawberry milk ༉

Cree que probablemente todo comenzó el día que había salido a comprar alcohol con Soobin y ya no quedaban botellas de soju en el aparador. Recuerda como ambos chicos se habían observado tristemente, sus ojos paseando de arriba a abajo los estantes del supermercado en busca de algo similar. Sin embargo, cuando ya iban de salida (sin suerte, por cierto. Probablemente acabarían en otro lugar a seguir buscando), Yeonjun no pudo evitar mirar hacia la zona de lácteos, pues pensaba llevar un poco de helado para su amigo más pequeño, y la vio.

Una cajita rosa pastel, luciendo tan suave y delicada que todo en él se quedó paralizado un segundo. La fresa tiernamente dibujada decoraba el centro atrapó su mirada durante incontables segundos. Sus pies detenidos, sus manos picando por la necesidad de tomar la cajita (y porque el bote de helado estaba muy frío), pero simplemente no hizo nada.

—¿Hyung? —pregunta tímidamente Soobin ante la actitud ausente de su mejor amigo— ¿Todo bien?

Yeonjun sintió su cara arder sin razón alguna. Dios, ¿en serio era capaz de ponerse nervioso tan de la nada?

—Estás rojo, ¿te sientes mal? —Soobin se acerca preocupadamente a tocar su frente con el dorso de la mano, torciendo un poco la cabeza cuando nota que su temperatura está bien.

—Podemos... —comienza Yeonjun en un tartamudeo.

—¿Podemos...? —alienta a continuar el menor.

Está siendo tan difícil, ni siquiera tiene sentido que lo sea, por dios. No es un niño pequeño, ya tiene veinte años. Es lo suficientemente mayor para saber cómo expresar sus sentimientos.

Pero de nuevo, ya tiene veinte años... ¿Será muy raro si—

—Hyung, ¿podemos qué? —pregunta con suavidad su amigo, tomando su hombro y calmándolo un poco.

—¿Podemos llevar... uhm... leche de fresa?

Soobin parpadea unos segundos, su semblante amable nunca dejando su rostro de facciones de conejito.

—¿Quieres leche de fresa?

Yeonjun asiente con timidez, bajando ligeramente la cabeza y jugueteando con sus dedos.

—C-claro. —responde el menor— No tenías por qué preguntarme, hyung, pudiste haberlas tomado. —ríe suavemente antes de tomar varias cajitas y llevarlas todas en sus brazos— Yo pago, vamos.

Cabe destacar que, luego de eso, en vez de ir a buscar soju, lo que hicieron fue correr hasta el apartamento de Soobin y acurrucarse bajo las sábanas a tomar leche de fresa. Soobin acariciando con suavidad el cabello azul oscuro de su hyung hasta que este se quedó dormido en su regazo, la cajita rosa aún en sus manos. Y todo lo que hizo el menor fue quitársela con cuidado de no despertarlo y cubrirlo hasta el cuello con las sábanas blancas.

—Descansa, yeonnie hyung.

Yeonjun estaba tan agradecido de tener un mejor amigo como Soobin.