— ¿Alguna idea de porque todos los clanes actúan como unos lunáticos? – pregunto mientras saltamos de techo en techo.
—Eso es algo realmente complicado de explicar – responde sin siquiera mirarme – cada quien tiene sus motivos para actuar, algunos lo hacen por poder, otros para mantener la paz y otros simplemente quieren ver el mundo arder.
—Esos me agradan – murmuro, recibiendo una mirada de desaprobación por parte de Zephiroth.
¡Bah! Que amargado.
—Pero lo cierto es que esto era algo que tarde o temprano iba a pasar, solo era cuestión de que alguien hiciera el primer movimiento, no es más que un efecto dominó.
Me quedo en silencio por un instante, tal parece que las cosas están muy, pero que muy mal, bueno, todos saben que Frederick está en la cima en cuanto a los niveles de poder dentro de los vampiros, pero… eso no significa que sea invencible. Aunque me cuesta mucho imaginármelo perdiendo. Pero, si en el hipotético caso de que los sangre pura de diferentes clanes se unieran para un ataque… incluso alguien como él podría tener problemas con eso. Sacudo la cabeza para apartar el pensamiento ¿pero que son estas ideas absurdas? Eso no va a pasar, porque el único que derrotará a Frederick Rozen, seré yo.
—En pocas palabras estas diciendo que ya no hay forma de detener algo que desde el principio era inevitable.
—Exacto – confirma con un cierto pesar en su voz – los vampiros iniciaremos un nuevo exterminio.
¿Por qué lo dice como si fuese algo malo? solo es la misma historia de siempre ¿Qué no para eso existimos? ¿Para eliminar a las razas que se salen de control? Ese es nuestro único propósito, matar a otros es lo único que le da sentido a nuestra existencia, no tenemos más que eso, no tenemos alma por lo que no podemos aspirar a renacer en otra vida, nuestra existencia se limita a este mundo y a nada más, entonces ¿Qué tiene de malo hacer todo aquello que nos haga sentir vivos? Joder, esta mierda hace que me duela la cabeza. Normalmente no me interesaría lo que los Abbader o cualquier otro clan hicieran, pero, los muy bastardos no dejan de fastidiarme y eso es algo que no puedo pasar por alto. Observo de reojo el lugar donde solía estar mi brazo, haciendo que mi rabia vuelva a despertar. Esos bastardos pagaran esta humillación con sus vidas, eso lo juro.
Doy un salto hacia uno de los postes de luz para darme un gran impulso por los aires, la agradable sensación de estar flotando me relaja brevemente, sintiendo como el viento me abraza en aquellos segundos de libertad. Cierro los ojos dejándome mimar por la sensación, pero rápidamente regreso a la realidad cuando la gravedad comienza hacer de las suyas, atrayéndome rápidamente al concreto.
—Entonces – murmuro cuando mis pies tocan el suelo — ¿de qué lado va a estar Frederick?
—Da igual lo que él haga, el daño será el mismo – Zephiroth deja escapar un suspiro – me pregunto qué pensaría Litchi si estuviese aquí – murmura casi para sí mismo.
— ¿Litchi? – Repito extrañado — ¿El Dios de la primera era?
—Olvídalo, hay que alcanzar a Dante.
Zephiroth está actuando bastante extraño, al menos más extraño de lo que puedo recordar.
— ¿Cómo supiste de que clanes eran los que te atacaron?
Cambio el tema, bueno, no importa por ahora.
—Por los poderes que usaban.
—Ya veo.
—Aunque algunos tenían unas habilidades un tanto… extrañas – hago una mueca – ni siquiera sabía que eran posibles para nosotros.
— ¿Habilidades?
—Eran bastante desagradables, como el tipo que convertía su sangre en veneno y la lanzaba como si fueran agujas, fue un dolor de culo.
—Con que era eso – murmura guardando silencio y sosteniendo su barbilla con el pulgar y el índice – Por casualidad ¿había en ese grupo algún vampiro con cuerpos enormes? Ya sabes, como los humanos cuando hacen mucho ejercicio.
Frunzo el ceño sin saber hacia dónde va esta conversación.
—Sí, también había uno de esos – confirmo un tanto desconfiado — ¿me vas a decir lo que pasa o no?
Zephiroth me observa de reojo y luego se cruza de brazos.
—Los vampiros no deberían ser capaces de cambiar sus cuerpos de esa forma, no tiene sentido hacerlo, nuestra fuerza no se basa en la masa muscular – hace una pausa – pero incluso contra toda lógica, eso tipos son endemoniadamente fuertes, dime algo Castiel, ese tipo ¿uso alguna habilidad además de fuerza física contra ti?
—Mierda, no me acuerdo – dijo sin darme cuenta – pero estoy en un 99% seguro de que solo fue fuerza bruta.
Pero Zephiroth no dice nada al respecto, cualquier cosa que estuviese pensando, simplemente se lo guardó para sí mismo, el muy cabron ¿Qué rayos es lo que estará pensando? Maldita sea, en momentos así me gustaría que mis poderes no estuviesen hechos una mierda, así al menos podría leer su mente y estar al corriente de lo que sucede, aunque ¿eso sería posible? Digo, no estoy seguro de cuanto más habrá mejorado Zephiroth en todos estos años. Desde el principio él fue bastante hábil y seguirle el ritmo nunca fue fácil, pero en ese entonces tenía una idea de contra quien me enfrentaba y debía superar, pero ahora, desconozco que tan grande se habrá vuelto la brecha entre nosotros y eso es algo que me irrita.
— ¿Sucede algo? – la voz de mi hermano mayor interrumpe mis pensamientos.
—No es nada – le respondo cortante.
— ¿Te has vuelto a molestar?
—Eso no te importa – gruño.
—De verdad que aun tienes una actitud bastante infantil, pensé que papá solo me estaba tomando el pelo con eso.
— ¡No menciones a ese imbécil!
Él suspira.
—No seas así, te ofendes e irritas más fácil de lo que esperaba, además – me observa con serenidad – no importa cuanto lo niegues o aborrezcas, eso no cambiará el hecho de que sea hijo de Frederick, llevas su sangre y también su apellido, además…
— ¿Además qué? – le desafío.
—Eres su viva imagen – suelta sin tapujo.
Ok, eso es todo, si ya de por si estaba cabreado, esta fue la gota que terminó rebalsando el vaso.
En un acto impulsivo me abalanzo sobre él, pero antes de que logre dar el segundo paso Zephiroth me detiene en seco. Maldita sea. Sus ojos me observan fijamente de una manera que pareciera reflejar decepción, pero que aun así no dejan de tener aquel aire de superioridad.
—Eres demasiado impulsivo por eso eres predecible ¿no habías pensado en eso? – murmura manteniendo su dedo índice contra mi frente – estas olvidando una de las reglas básicas del combate “no te dejes llevar por tus emociones”
—No necesito que me des clases.
—No te haría mal repasar las bases – ladea su cabeza hacia un lado – pude detenerte con solo un dedo ¿Cuánto crees que me costaría matarte?
Aprieto mi puño, mirándolo fijamente.
— ¿Entonces por qué no lo haces? – desafío.
Él retira su mano lentamente.
—Eres uno de mis adorados hermanos, no existe forma en que yo pueda hacerte tal cosa – de verdad que es alguien molesto, me desagrada que se comporte de esa manera tan calmada y madura – y tengo la esperanza de que tú tampoco lo harías.
—Yo no apostaría por eso si fuera tú – mascullo mirando molesto hacia otro lado – lamento decirte que no compartimos el mismo pensamiento.
—Eso puede ser cierto – sonríe poniendo una mano sobre mi cabeza – pero llegará el día en donde entenderás las palabras que te digo en este momento.
—No me trates como si fuese un niño o un idiota – me quejo.
—Eres un niño – molesta riendo por lo bajo – no importa cuántas veces mates, ni cuanto creas que te has fortalecido o el número de las mujeres con las que has estado, en el fondo solo sigues actuando como un niño caprichoso que desea ser adulto.
Aparto su mano lejos de mí y retrocedo unos pasos. Un extraño sentimiento invade mi mente, pero no logro descifrar de qué se trata, pero es molesto. Observo a Zephiroth, quien mantiene esa expresión serena y llena de seguridad ¿Cómo mierda lo hace? Me pone los nervios de punta, no creo que alguien antes me haya hecho sentir esto, y es jodidamente desagradable. No es solo porque él se haya vuelto más fuerte, hay algo más, pero ¿Qué?
Un desagradable y sonoro chillido a la distancia rompe la tensión entre nosotros. Rápidamente centro mi atención hacia la dirección desde donde proviene. No parece estar muy lejos, pero es extraño, se parece a los gritos que suelen dar los Eredians, aunque este tiene algo distinto ¿Qué es? Puede que haya algo más que esas repugnantes bestias sin razonamiento propio, tal vez uno de esos bastardos rebeldes esté detrás de esto. Aunque toda mi teoría se basa en un “tal vez”. Como sea, quedándome aquí no resolveré nada, por lo que me aventuro por mi propia cuenta para averiguar lo que sucede.
Observo fugazmente el cielo, el cual comienza a oscurecerse ¿A dónde demonios se me fue el tiempo? No recordaba que fuese tan tarde, esto puede que sea malo. Frunzo ligeramente el ceño y continuo con mi camino, aunque ahora debo hacerlo más rápido para evitar que los humanos que hay por la calle me perciban. Sería una cabronada ser visto por uno de ellos. Aunque no pasa mucho para que el aire se impregne de un desagrade olor a sangre. Definitivamente ya estoy cerca, aunque cada paso que doy el hedor es más repugnante y mis ansias aumentan rápidamente, al mismo tiempo que mi deseo de muerte despierta. No sé lo que hay más adelante, pero acabaré con cualquiera que se meta en mi camino, lo necesito, necesito eliminar toda esta frustración que se ha acumulado desde que llegué a Arcángel, incluso si solo es un alivio momentáneo es suficiente para mí. De verdad que deseo acabar con la vida de alguien. El simple pensamiento me hace morder mi labio, hasta el punto de hacerlo sangrar.
Corro por el costado de un edificio hasta llegar a la azotea, y desde allí tengo una vista perfecta hacia un estacionamiento de autobuses. Hay un grupo de Eredians, seis, para ser más preciso, pero lo que más me llama la atención es ver a Dante en medio de ellos, tal parece que lo han rodeado, aunque tampoco es como si él luciera muy preocupado al respecto, es más, luce muy tranquilo con una pose relajada y con las manos en los bolsillos de su pantalón. Supongo que lo puede manejar por su cuenta. Por lo que me abstengo de ir hacia el lugar y solo observo como mi hermano se encarga de esto. Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que vi a Dante luchar. Nuestras peleas no cuentan ya que nunca tornan serias y más bien solo son golpes a lo idiota, por lo que está será una ocasión especial, incluso cuando mi deseo de masacre continua latente no dejaré pasar la oportunidad de ver un espectáculo en vivo, quiero ver de qué es capaz el segundo hijo de la familia Rozen.
—Hay que ver, pero que tipos más molestos – se queja Dante rascándose la nuca. Me pregunto si estará consiente de que los Eredians no comprenden las palabras – Los aplastaré a todos – añade con una sonrisa maliciosa y sedienta de sange.
Dante se mueve a una velocidad más lenta de lo normal entre las criaturas, evadiendo grácilmente todos sus intentos de ataque, su expresión es la de alguien que ha dado por sentada su victoria, por lo que mantiene una sonrisa un tanto arrogante. Y luego me dicen que yo soy engreído. Dejo de lado el pensamiento y me siento en el borde para estar más cómodo. Dante no se está tomando el trabajo de matarlos, para él debe de tratarse de un simple juego de esquivar ataques y provocar a sus enemigos. Tan típico de él. Comienza a saltar sobre ellos, utilizando cada uno de sus ataques como una forma de darse impulso y no tocar el piso. No se ve muy diferente a una pluma que flota en las diferentes brisas. Lo hace ver tan sencillo, es odioso, porque me hace darme cuenta que hay una gran brecha de poder entre los dos.
Rodeo el rosario con mi mano y lo presiono con fuerza.
Si no tuviese esto atado a mi cuello… todo sería diferente.
— ¿Celoso?
—No molestes, Zephiroth.
—Sabes que no eres débil.
— ¿En serio? – No puedo evitar sonar sarcástico – lo que para Dante es un simple juego, para mí es una lucha por mi vida.
—Bueno, esa es una forma de verlo – murmura sentándose a mi lado – en tu situación tienes dos opciones, quejarte y sufrir por el rosario de los lamentos o aprender de tu debilidad.
—Elijo la primera opción – Zephiroth deja caer sus nudillos sobre mi cabeza en un fuerte golpe — ¡AUCH! – Me quejo — ¿y eso por qué fue?
—Deja de ser un idiota por cinco minutos.
—Oblígame – Zephiroth levanta una mano, de inmediato me pongo en defensa – ok, ok, ok, era broma, no te lo tomes en serio.
Mierda, la verdad no quiero meterme en problemas con él, básicamente porque sí me dolió el golpe, creo que una tercera parte de mis neuronas se murieron con eso. Aunque me alegra ver que a Zephiroth le cause gracia mi reacción, el muy cabron.
—Esto… me frustra – murmuro por lo bajo.
—Eso es lógico, estas tan acostumbrado a tu abrumador poder que ahora que no lo tienes no sabes que hacer.
Es una cabronada, pero tiene razón, desde que tengo el rosario de los lamentos nunca me había sentido tan vulnerable, tan acorralado… tan débil. Observo la palma de mi mano y luego la apuño. Desde que tengo memoria siempre he estado por sobre el promedio, incluso entre los demás sangre pura de mi edad yo era el que más destacaba. Para mí, demostrar mi superioridad siempre fue tan sencillo, si alguien se metía en mi camino simplemente lo eliminaba, soy muy consiente de mi nivel en cuanto a poder y sabia la impresión que los demás tenían sobre mí, pero no importaba, nunca me ha importado lo que los demás piensen o digan de mí, si lo hubiese querido los hubiese aplastado con solo levantar una mano, pero ahora la historia es distinta. Es como si le ataras las alas a un ave y la obligaras a caminar el resto de su vida.
—Esta porquería es un fastidio – me quejo señalando el rosario.
—Lo sé, pero te acostumbras con el tiempo – miro a Zephiroth un tanto confundido, él sonríe – solo era un poco mayor que Vincent, pero lo recuerdo como si hubiese sucedido ayer – se ríe de forma irónica – Creo que aquella vez fue la primera vez que realmente saqué de quicio a papá – abro los ojos sorprendido y él me mira de reojo — ¿En serio creías ser el primero en fastidiar a Frederick Rozen?
—La verdad no te imagino causando algún problema – murmuro recobrando la compostura.
— ¿Problemas? – Repite un tanto divertido – lo mío era un poco más allá de problemas, aunque la razón por la cual usé el rosario de los lamentos fue algo diferente a la tuya – creo que mi cerebro deja de funcionar por unos segundos – apuesto a que no te lo esperaba.
— ¡Obvio no!
Él ríe.
—Es lindo que me veas como alguien correcto e intachable, pero la verdad es que no creo que yo sea de ese modo – hace una pausa y observa a Dante – hice bastantes cosas de las cuales no me enorgullezco, lastimé a muchas personas que solo querían lo mejor para mí, básicamente era un completo desastre. Le causé muchos problemas a nuestro padre y estoy seguro de hice sentir mal a madre más de una vez – hace una pausa – e incluso le hice daño a alguien que es muy importante para mí.
No creo que me esté inventando todo esto y si lo está haciendo, es muy bueno, aunque me cuesta un huevo imaginarme a Zephiroth comportándose de esa manera, digo, me cuesta creer que él haya podido hacer como Dante o yo…
—Estas mintiendo – murmuro desviando la mirada.
—Claro que no, estoy siendo completamente sincero contigo, pero si tanto desconfías de mi palabra se lo puedes preguntar a papá o a Dante, estoy seguro de que él o recuerda.
—No es necesario, voy a creerte.
—Eso me hace feliz, aunque creo que solo lo dices para no hablar con papá – hago una mueca de disgusto – estas consiente de que tarde o temprano tendrá que ir donde él ¿verdad?
—Prefiero no preocuparme por eso, cuando llegue el momento veré que hacer – hago una pausa – por ahora prefiero enfocarme en no morir – añado volviendo a mirar a Dante, quien continua jugando con los Eredians – pero… me gustaría saber porque terminaste con el rosario de los lamentos.
Miro a Zephiroth de reojo esperando una respuesta.
—Sobre eso – me sonríe amablemente – es un secreto.
— ¡Eres de lo peor! – me quejo.
—Tal vez lo sea – señala con una tenue risa – pero no te estoy diciendo todas estas cosas para enfadarte, simplemente quiero que veas todo desde un punto diferente.
¿Verlo desde un punto diferente? Como si eso fuese tan fácil, he estado atrapado en este ilógico lugar por más tiempo del que me gustaría, no solo eso, también tengo que soportar las ansias y mi instinto de cazar y beber sangre, este rosario no solo me restringe en cuanto a poder, también me cortará el cuello si llego a matar a un humano, esa es una de las condiciones que Frederick me impuso al momento de amarrarme con esto, como una mala broma, no, más bien es como una maldición que debo cargar. Bajo la mirada hacia la mano que mantengo sobre mi rodilla. No importa lo que haga, no existe forma de que pueda librarme de esto y tampoco tengo idea de lo que Frederick espera conseguir, aunque no creo que sea para que simplemente muera, si quisiera eso lo habría hecho él mismo, además sigo sin comprender porque eligió Arcángel para mí “castigo”. Pero si mal no recuerdo hay algo bastante raro en este lugar y no solo por el hecho de que sea tan custodiada por los cazadores, aquí hay algo que ellos protegen o peor aún… algo que no quieren que salga. Doy un suspiro. Después de todo, Arcángel parece ser mucho más antigua de lo que parece, tanto que es mencionada en los registros de la biblioteca que hay en casa, en la cual no suele haber banalidades relacionadas con humanos.
Joder, esto me intriga.
Miro de reojo a Zephiroth. Tal vez él sepa algo, aunque no estoy muy seguro de que lo vaya a decir si le pregunto. Bueno, no pierdo nada intentándolo.
—Hey, Zephiroth.
— ¿Qué pasa?
— ¿Por qué Arcángel es tan vigilada por los cazadores?
Su expresión cambia por un breve instante, pero no tarda en regresar a la normalidad, al mismo tiempo que desvía su atención al cielo frente a él.
—Es un lugar prohibido para los vampiros… o al menos lo era hace cien años – estoy tentado a decir algo pero Zephiroth continua con su plática – como sabrás los cazadores y los vampiros no tenemos la mejor relación del mundo, su naturaleza es parecida a la nuestra, por lo tanto su instinto los hace eliminar cualquier cosa que los amenace, no es de extrañar que por esa misma razón estemos en constante conflicto, pero – hace una pausa – hace un par de siglos ambas razas llegaron a una especie de acuerdo, un tratado de no agresión, por así decirlo, los cazadores dejarían de atacar a los vampiros y harían la vista gorda en ciertas ocasiones y los vampiros solo matarían para alimentarse.
Me tomo algunos segundos para asimilar toda la información, no me esperaba a que fuese tan fácil sacarle platica.
—Entonces – murmuro – podemos matar a los humanos mientras solo sea por necesidad – doy un suspiro – no me agrada mucho ese acuerdo.
—Me esperaba esa respuesta, ahora entiendes del porque no resultó muy bien que digamos, pero aun así se siguió adelante, Arcángel no es más que la conmemoración de aquel acuerdo – Zephiroth se pone de pie – se fundaron tres ciudades con el mismo nombre y casi al mismo tiempo en diferentes partes del mundo – frunce el ceño ligeramente — es imposible que algo como eso sea una coincidencia, sé que los cazadores están tratando de ocultar algo, algo que los rebeldes quieren conseguir a como dé lugar.
Con que es eso, con razón siempre están vigilando y también explica por qué los Abbader parecen tan interesados por aparecerse, aunque hay algo que sigo sin entender ¿Por qué ahora? No entiendo porque decidieron tardar tanto en hacer su jugada, si no estaban de acuerdo con el trato ¿Por qué no simplemente rechazarlo? Hay demasiadas cosas que no logro comprender, es como tratar de armar un rompecabezas a ciegas. Joder, necesito más respuestas que estas, sé que hay algo en Arcángel, algo que los cazadores protegen y que los vampiros desean ¿Qué puede ser aquel objeto tan preciado? ¿Un tesoro ancestral? No, los vampiros no somos capaces de usar esas cosas, pero no sé qué otra cosa podría ser. Respiro profundamente. Cada vez es más complicado. Aunque ¿desde cuándo los Abbader actúan de esta forma? De todos los clanes ellos siempre han sido de los más tranquilos, incluso con todo el poder por el que son conocidos, aunque… puede que tenga algo que ver con el cambio del líder del clan, tampoco es como si supiera mucho como trabajan las otras familias sangre pura, ya que prácticamente no nos metemos con sus decisiones, pero estoy seguro de que he visto a Frederick molestarse más de una vez cuando se le mencionaba algo respecto a los Abbader, creo que debería de enfocarme un poco más en eso, sobretodo en su líder, el Lord Alexander Abbader.
— ¿Alguna idea de lo que podrían estar buscando?
Zephiroth me mira por un momento.
—Los vampiros siempre buscaremos aquello que nos ayude a mantenernos en la cima, por lo que sea lo que sea que hay en Arcángel, podría apostar de que es algo con un gran poder.
Antes de que podamos seguir con nuestra platica, somos obligados a alejarnos de nuestro sitio de manera casi instantánea cuando uno de los Eredians impacta contra el borde de la azotea, haciendo que los escombros vuelen por el aire, una pequeña nube de polvo se levanta, aunque no creo que el Ederian haga lo mismo, ahora no es más que un montón de carne gris bañada en sangre. Es algo realmente desagradable, es asqueroso que los humanos se conviertan en eso con solo una mordida, los Romanof sin duda pueden lograr cosas muy aterradoras si se lo proponen, tenerlos como enemigos sería una muy mala idea, después todo, pueden crear un ejército entero de criaturas si se lo propusieran. Ignoro el inerte cuerpo y pongo mi atención en Dante, quien se ve bastante contento. Quien diría que acaba de masacrar a seis bestias que le doblan en tamaño.
—Eso estuvo divertido – comenta sonriente entrelazando sus manos detrás de su cabeza – me pregunto si habrán más por ahí.
—Creo haber visto algunos en un precipicio – murmuro – ¿por qué no vas y te tiras de cabeza?
—Como extrañaba tus bromas, mi querido hermanito – me molesta cruzando su brazo por sobre mis hombros – adoro tu sentido del humor.
—No era una broma, lo dije muy en serio, lánzate a un precipicio.
—Pffff, como si eso fuera a matarme.
—No pierdo las esperanzas.
Nos miramos fijamente y de manera seria.
—Dejen de desearse la muerte y trátense como hermanos que se aman – nos regaña Zephiroth.
—Oblíganos – decimos al mismo tiempo de manera desafiante.
Grave error.
En un solo parpadeo, Zephiroth se mueve a nuestras espaldas, donde nos rodea el cuello con sus brazos y nos hace caer a ambos de rodillas, sintiendo una enorme presión que rápidamente se trasforma en dolor. Estoy seguro de que si respiráramos esto se sentiría aun peor. Joder, no logro liberarme, no importa cuánto luche, simplemente no puedo y tal parece que Dante tampoco. Mierda, humillado y doblegado por mi hermano mayor… que mierda de vida.
—He dicho que se amen – repite entre dientes casi de una forma amenazante.
Vale, con esas palabras cualquiera entiende.Hola mis bellezas, espero que les gustara el capítulo de hoy, sacrifiqué algunas horas de sueño por esto, así que denle amor <3 pero no importa dormir poco, porque sé que muchas han estando esperando esta actualización y no quería hacerlas sufrir más
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Bloody Fate: Hermandad
VampireSon criaturas de oscuridad que se alimentan de la sangre humana, ellos no conocen de piedad o el perdón. Bellos seres que ocultan su naturaleza sádica bajo una hipócrita sonrisa. Ellos no aman Ellos engañarán a la primera oportunidad Ellos son la en...