Capítulo 15: Rival

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Dejo que la lluvia moje mi cara como una forma de refrescar mis pensamientos. Hoy fue una noche bastante diferente de lo que esperaba, solo salí a vigilar que todo estuviese bien y lo estaba, no habían vampiros demasiado cerca, tal parece que esos inútiles de los cazadores han comenzado a hacer su maldito trabajo, y ya era hora. Me habría ahorrado muchos problemas si hubiesen mantenido a esos rebeldes en su lugar, fuera de Arcángel, pero no, los muy idiotas dejan que se paseen a sus anchas como si fuese su casa, no logro entender esa mierda, en cualquier época y circunstancia los cazadores no dudarían en rebanar la cabeza de cualquier vampiro que se les cruzara por enfrente, pero ahora actúan como gatitos asustados, como si ya no les importara ¿Qué no eran los fieles defensores de la humanidad?  ¿Cómo es posible que después de tantos siglos hayan olvidado todo eso? Me detengo sobre el barandal de un balcón en un edificio. Tal vez hay algo que estoy pasando por alto, una pieza de este rompecabezas que no logro ver, pero es difícil saber que es con exactitud, los cazadores son muy herméticos con su información y su manera de hacer cosas, no son muy diferentes a los vampiros. Doy un pesado suspiro. Todo esto comienza a carcomerme el cerebro, me molesta no poder tener una respuesta clara a lo que está sucediendo en este lugar, no sé qué puedan estar buscando los Abbader ni porque los cazadores no le ponen un alto, con todo lo sucedido ya no debería de importarles el matar a un sangre pura ¿no?

No tengo el ánimo suficiente para lidiar con todo esto, además no logro sacarme las palabras de aquella niña de mi cabeza.

“Me importas”
“Te extrañé”
“Te quiero”

¿Cómo es capaz de decir esas tonterías? ¿Qué no se da cuenta de todo lo que está pasando? ¿Qué no se da cuenta de todo lo que ha tenido que ver? ¿Qué aun no entiende lo que soy yo? Es demasiado ingenua para su propio bien, es por eso que siempre está en peligro, es demasiado confiada, nadie en su sano juicio se seguiría arriesgando de esa forma, no tiene sentido, después de todo lo que le he hecho ¿Por qué aún se sigue preocupando de esa manera? Esa niña solo me confunde y me hace actuar de manera más estúpida de lo normal, de otra forma aun tendría mí jodido brazo. Hago una mueca. Podría haberla dejado ser devorada por esos Ederian, pero el solo pensarlo me hacía hervir la sangre de la furia. Mierda. Cada día que paso en este sitio siento que pierdo más mi propia cordura, no me debería de preocupar por estas cosas, es solo una humana, una más de entre millones, lo único que la hace destacar un poco es su sangre, debo de dejar de pensar en otras cosas innecesarias y hacer tonterías como el venir aquí, no existían razones para venir a ver como se encontraba… y aun así me pasé toda la noche bajo la lluvia para asegurarme de que esa niña tonta estuviese bien. Joder ¿pero qué mierda es lo que está pasando conmigo?

Doy un salto para salir de donde me encuentro pero rápidamente me veo en la necesidad de detenerme, y lo hago sobre el techo del mismo edifico. Esto parece una jodida mala broma, bajé la guardia por solo unos minutos y pasa esta mierda. Demonios, es difícil percibir que es lo que se está acercando en este momento, la lluvia está haciendo un buen trabajo ocultando cualquier presencia. Me quedo quieto manteniendo mis sentidos alerta hacia lo que sea que me está asechando. Creo que es demasiado pedir tener un solo día en donde no tenga que partirme la cara contra un desconocido, no me quejo de eso, pero ahora no estoy con la mejor disposición para asesinar a alguien, aunque tampoco significa que no lo vaya a hacer y si es necesario.

De acuerdo Castiel, tal parece que las cosas se pondrán mal y raramente no será por tu culpa. Aun así es mejor no desconcentrarse, la última vez que lo hice terminé con un brazo menos y lo sigo lamentando, porque ahora se convertirá en una enorme desventaja si debo pelear. Además, estoy muy seguro de que si llego a armar un escándalo Zephiroth no tardará en venir a entrometerse, y no quiero que mi hermano mayor me cuide el trasero, no necesito esa mierda, me las he arreglado muy bien por mí mismo y puedo seguir asiéndolo sin él. Frunzo el ceño, puedo hacerlo, solo necesito que el bastardo que me está vigilando se acerque lo suficiente a mi radio de ataque, si logro dar un golpe certero será suficiente para ganar esta batalla, pero para eso debo ser precavido y actuar primero, si pierdo mi enfoque, estaré en grandes problemas… lo mismo pasaría si me ataca más de uno a la vez.

Joder, estoy en desventaja sin importar como lo vea.

Una silueta se divisa sobre una de las azoteas cercanas, haciendo que toda mi atención se enfoque en él, aun no puedo decir de quien se trate pero aparentemente su presencia no se muestra hostil, o por lo menos no tiene la característica aura de sed de sangre que los vampiros, pero no fiare de eso, yo más que nadie sabe que la atmosfera y las intenciones de alguien pueden cambiar en cualquier segundo. Esto no me está gustando, no está haciendo ningún movimiento y eso me inquieta, por lo que decido ser yo el que vaya hacia allá y averiguar de qué se trata todo esto. La tormenta pareciera volverse peor a medida que avanzo, las gotas de lluvia azotan con fuerza sobre todo, pero lo ignoro. Cada célula de mi cuerpo se prepara para la acción inmediata de lo que venir. Aun no sé cómo es que he logrado contenerme para no abalanzarme como un animal hambriento hacia aquel extraño, mi deseo de sangre es fuerte y se incrementa a cada segundo, pero mantengo mis instintos suprimidos de alguna forma. Apuño la mano dentro de mi bolsillo, sintiendo como las garras se me clavan en la piel, no puedo evitarlo, es la única manera que tengo de controlarme a mí mismo, con este collar y sin un brazo ya no puedo simplemente atacar como lo hago siempre. Es una mierda, pero es lo que hay.

Me detengo a unos cuantos metros de distancia del otro extremo del edifico, casi al mismo tiempo que la silueta da un salto para aterrizar en el borde de la azotea, ahora, solo es la cortina de lluvia la que nos separa, ya está dentro de mi radio de ataque pero me abstengo de hacerlo. Incluso cuando lo único que puedo pensar es en destruir al bastardo que tengo en frente, no lo hago, no por ahora.

Maldita sea niñita, siempre me pones en las situaciones más difíciles.

La tormenta pasa a segundo plano en comparación a la rabia que comienza a invadirme. Aun así logro mantener una expresión impasible.

—Es algo tarde para que andes haciendo tus rondas de vigilancia, niño cazador.

—Como si tuviese el tiempo para perderlo con esas estupideces.

—¿oh? ¿Entonces estás cuidando que no haga nada malo en tu estúpida ciudad?

—Puedes incendiar este sitio si quieres, no me interesa.

—¿Entonces qué diablos es lo que haces aquí, Benedict? – pregunto de manera impasible.

—Te estoy vigilando a ti, Rozen, cada cosa que haces resulta en demasiados problemas que hay que solucionar.

Jodido cabron.

—Ese es tu problema no el mío – digo avanzando hacia él  — pero si quieres desquitarte por ello, entonces adelante.

—No tengo interés en pelear contra ti.

—¿Acaso tienes miedo?

—No tengo razón para temerle a alguien que es más débil que yo.

Hijo de perra.

—¿Estás seguro de eso?

Sus ojos se entrecierran.

—Juegas demasiado con tu suerte, tratando de demostrar tu fuerza ¿te ha servido de algo todo eso? Eres un sangre pura y mira cómo has terminado, siguen siendo palabras vacías. Esto no es un juego y no importa que arriesgues tu vida, pero no dejaré que arriesgues la de los demás.

—¿No querrás decir que no quieres que esa niña se muera? 

—Todos han de morir a su debido tiempo – dice de manera fría – pero mientras yo permanezca aquí, esa chica vivirá.

—No hagas juramentos que no puedes cumplir.

—Y tú no te metas con quien no puedes derrotar.

Tks, jodido pedazo de mierda.

—Te estás metiendo en terreno peligroso, niño.

En menos de una fracción de segundo lo pierdo de mi campo visual, y para cuando me doy cuenta me encuentro mirando el cielo nublado, con las gotas de lluvia mojando mi cara para luego sentir de lleno mi espalda golpear contra el suelo. Apenas soy consciente de lo sucedido, ni siquiera lo vi venir, fue casi como si desapareciera para luego aparecer presionando mi cuello con su mano y con su rodilla sobre mi brazo, inmovilizándome en algunos cuantos segundos. Este maldito bastardo.

—Entiéndelo de una vez, no eres tan fuerte como crees ser y si piensas que sin ese rosario sería diferente, estás muy equivocado – su mirada se vuelve impasible – puedes que seas un sangre pura, puedes que hayas vivido más que yo, pero eres un idiota cuyo ego está demasiado arriba de tus habilidades, jamás te has esforzado por nada porque has sido bendecido desde tu nacimiento, por eso eres débil y sigues sin poder avanzar, no eres capaz de superarte a ti mismo ¿y aun así piensas que podrás superar alguien más? Patético.

—¿Acaso te has vuelto consejero de vida?

—Tu vida no podría importarme menos – su agarre en mi cuello aumenta – si por mi fuera te hubiese dejado morir desde que pusiste un pie en Arcángel, pero tengo ordenes muy precisas y no voy a desobedecerlas me gusten o no. Considérate afortunado de quien eres hijo, de otra forma te habría rebanado el cuello desde hace mucho.

Dicho eso me suelta y se pone de pie. Joder, nunca antes había sentido tanta furia como la siento en este momento ¿Quién mierda se ha creído para hablar de esa forma?  ¿Qué no puedo vencerlo? Se nota que este imbécil no tiene ni puta idea de lo que soy capaz. Al demonio todo, no voy a dejar que esta mierda se salga con la suya, lo voy a matar, aquí y ahora, ya no me interesa que los malditos cazadores vengan por mí, Benedict no es un humano, así que si lo mato, no tendré ningún problema con el rosario.

Con la sed de sangre a tope, me pongo de pie con solo un objetivo en mente, todo lo demás pasa a segundo plano y el monstruo que reclama una vida grita de manera feroz en mi interior.

—Ya deja las cosas así, Castiel – dice una voz al tiempo que una mano se posa en mi hombro haciendo que recobre la compostura.

—¿Zephiroth? – maldición, ni siquiera percibí su presencia hasta que tocó mi hombro.

—Lamento el inconveniente – le dice a Benedict que permanece a unos metros de distancia – mi hermano es un idiota la mayor parte del tiempo.

¿Pero qué  mierda? ¡Yo no fui el que empezó esto; pero estoy más que dispuesto a terminarlo! 

—Está bien – dice como si nada dándose la media vuelta para comenzar a alejarse, pero se detiene por un segundo – Vermillion regresó y sé muy decidido a recuperar lo que le pertenece… pensé que debías saberlo, Zephiroth – añade para luego perderse en la noche.

Hay un momento de silencio, en donde solo la lluvia es la que resuena entre nosotros ¡¿Pero qué mierda es lo que acaba de pasar?! Ese mocoso de mierda, le arrancaré las putas piernas cuando me lo vuelva a topar. Me llevo la mano al cuello, joder, eso dolió, incluso pude oír como algo ahí se rompió. Me llevan los mil demonios del infierno.

—¿Qué rayos haces tú aquí? – pregunto dándole la espalada a Zephiroth y comenzando a caminar — ¿ahora me vas a vigilar todo el tiempo?

—Esperaba no tener que hacerlo cuando me enviaron aquí, pero me cuesta simplemente mirar cuando te estás dando una paliza.

—¡Esa no fue una paliza! 

—Desde mi punto de vista sí lo fue.

—Ahg, deja de joderme.

—Si él no te mató ahora es porque no quiso hacerlo, lo sabes ¿verdad?

—Bajé la guardia, eso es todo.

—Te habría matado incluso si no llevaras el rosario puesto – me detengo y miro a Zephiroth por sobre mi hombro – la diferencia de poder entre ustedes dos es muy marcada, no puedes vencerlo, Castiel – hace una pausa – tú sigues exactamente igual a la última vez que te vi.

—Deja de fastidiar tú también.

—Puedes odiarme todo lo que quieras, pero eso no cambiará el hecho de tu nivel en comparación, estás dejando pasar una gran oportunidad con el rosario de los lamentos y no te das cuenta.

—¡¿Qué puede tener de bueno llevar esta mierda?! – digo cabreado.

—Ya deberías de saberlo a estas alturas, pero supongo que vas a tardar más en entenderlo.

Pasa por mi lado y me revuelve el cabello de manera molesta. Ahg, detesto que me siga tratando como un crío.

—Zephiroth.

—¿Dime?

—¿Quién es Vermillion y por qué tú y el idiota parecen conocerlo?

Se queda en silencio y levanta su rostro hacia la lluvia, como si estuviese poniendo en orden sus pensamientos, cosa que me resulta demasiado extraño viniendo de él, como si aquel nombre hubiese movido alguna cosa en su interior.

—Vermillion… es sinónimos de que vendrán muchas muertes – da un suspiro – no esperaba volver a oír ese nombre, tal parece que el infierno quiere desatarse en la tierra.


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Sí, me faltó un capítulo, pero word se cerró y no guardó el progreso >:'v así que lo subiré mas tarde uwu

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2020 ⏰

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