Capítulo 13: Angustia

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—Puta madre, he vuelto a perder.

Después de pasarme todo el día pegado frente a la computadora, termino por aburrirme, más que nada porque ya es la quinta vez que me terminan matando en el maldito juego. Que se jodan, quien quiere pasarse todo el día picando piedras y cultivando plantas. Por lo que antes de terminar de lanzar el aparato por la ventana, decido ponerme de pie y arrastrar mi culo hacia la cocina. Necesito beber algo para calmarme y evitar un colapso nervioso o alguna de esas mierdas. No pensé que quedarme en casa sería tan aburrido, bueno, esa escuela humana también lo es, pero comienzo extrañar tener algo que hacer con el tiempo libre, siento que estoy enloqueciendo en estas cuatro paredes. Nunca en mi existencia pensé decir esto, pero, quiero regresar a la Black Rose.

Lleno un vaso con agua y dejo caer dos de las píldoras blancas y espero a que se disuelvan, tornando el agua en un pálido rojo. Esta mierda no sabe a nada, pero es mejor que morirse de hambre y querer salir a morder a la primera persona que se me cruce por delante, y la verdad quiero evitar hacer algo tan desagradable como eso.

Me dejo caer en el sofá y enciendo la televisión, lo primero que hay es un noticiero. Paso de eso. Por lo que lo dejo en un programa de automóviles, tampoco es como si me interesara, pero no creo que estén dando algo mejor que eso. En momentos como estos es lo que me hace desear poder dormir, al menos así me olvidaría del mundo y mis problemas por un par de horas. Últimamente me he sentido un poco extraño, tal vez sea al hecho de que… ¡ME FALTA EL PUTO BRAZO! Aunque tampoco es como si fuera la primera vez que me pasa algo como esto. Le doy un trago a mi muy insípido pero mejor opción como suplemento de sangre. No existe forma de que me pueda acostumbrar a esta porquería. Hay demasiadas cosas que se están saliendo de mis manos… bueno… más bien dicho de mi mano.

— ¡MALDITA SEA! Debes de estar bromeando.

— ¿Por qué haría algo como eso? Así son las reglas.

— ¡Pues me cago en sus reglas!

Genial, adiós a mi tranquilidad, ya había olvidado que los dos tarados a los que llamo hermanos ahora viven conmigo. Vaya vida de mierda. Apago el televisor y fijo mi atención en los dos idiotas que vienen entrando. Dante es el primero en pasar, viene con los brazos cruzados y para nada contento. Por otro lado Zephiroth está igual de calmado que siempre. Su paciencia es algo que no deja de asombrarme y a la vez de irritarme.

—Estamos en Arcángel, este lugar es donde más cazadores hay, no puedes andar por ahí haciendo lo que se te dé la gana.

— ¡Eso es una porquería!

Dante se deja caer a mi lado sin siquiera mirarme. Wow, sí que parece enojado. Sonrío para mí mismo, ya conozco esa cara de pocos amigos.   

— ¿Debería arriesgarme y preguntar qué pasa? – murmuro bebiendo de mi vaso.

Dante me da una mirada que pareciera decir: “no me jodas”

Vuelvo a contener la risa.

—Puedes preguntárselo al señor “hay que obedecer las reglas” – dice fastidiado.

Miro a Zephiroth, quien suspira resignado con las manos en los bolsillos, mientras camina con tranquilidad hacia el sofá más cercano en donde se sienta.

—Le explicaba a Dante que mientras estemos en Arcángel no podemos herir ni mucho menos matar a un humano, tampoco podemos interferir con el trabajo de los cazadores – deja su bolso a un lado – ya de por si tenemos mala fama por estos lados, no es conveniente armarnos con más problemas de lo necesario.

Dante mira a Zephiroth con ojos de querer matarlo, pero este lo ignora completamente. Tiene sentido, después de todo no hay forma de que Dante le pueda poner un dedo encima. Aunque eso solo hace que la situación se vuelva incomoda y horriblemente silenciosa. Vaya porquería. Le doy otro sorbo a mi muy jugo tratando de no prestarle atención a nada de esto, después de todo no tiene nada que ver conmigo, ya estoy acostumbrado asas asquerosas reglas de Frederick, aunque no me esperaba que también se las aplicara a ellos dos, por lo que de cierta manera me siento complacido que tengan que pasar por lo mismo que yo.

Pero me sigue desagradando la idea de tener que vivir con ellos dos, sinceramente estaba mejor yo solo. Miro el sitio donde debería de estar mi brazo. Aunque tampoco es como si les pudiera hacer frente en esta situación.

—Haces un drama por nada – me burlo.

—Miren quien habla – me responde Dante muy molesto.

—Al menos yo no hice una pataleta por eso.

Bueno, tal vez si hice una pataleta, pero al menos a mí no vio nadie.

—Eso es lo que tú dices.

Mierda, me descubrió.

Nos miramos fijamente a los ojos en una guerra silenciosa.

—Por amor a Gardenia, ustedes deberían aprender a llevarse mejor.

— ¿De qué hablas Zephiroth? – pregunto sin apartar la mirada.

—Nosotros nos llevamos perfectamente bien – añada Dante.

— ¿Qué no lo ves? – decimos al mismo tiempo.

Se escucha un suspiro de resignación por parte de Zephiroth antes de que este se levante y salga de la habitación.

Volteamos la cara cada quien para su lado, ignorando completamente al otro. Joder, lo que me faltaba, ya bastante problemas tengo como para añadir otros dos a la lista. No he convivido con mis dos hermanos mayores hace demasiado tiempo como para que se sienta cómodo  estar otra vez los tres juntos. En lo personal preferiría estar con Vincent y Dimitri, al menos ellos sí me hacen caso cuando les hablo. Con Zephiroth todo resulta muy extraño, no puedo hablarle de la misma forma en que lo hacía antes de que se marchara.

Doy un suspiro y me bebo lo último que le queda al vaso. Joder, esto sabe tan horrible que hasta podría llorar.

—Hey, marica.

— ¿Qué quieres, perra?

Así demostramos nuestro afecto.

— ¿Ese lugar no te parece algo extraño?

Hago una mueca.

—Te acostumbraras a la sensación de ser observado.

— ¿De verdad?

—Nop.

—Sí, eso pensé – Dante hace una pausa – aunque tampoco es tan malo, de la forma en que te quejabas realmente pensé que esto era como un infierno o algo así; bueno, tampoco es un paraíso pero hay que admitir que tiene sus lados buenos.

Arqueo una ceja.

— ¿Lados buenos? – Repito escéptico — ¿cómo cuáles?

—Sangre fresca.

— ¡Ja! Buena suerte con eso – me burlo.

Dante coloca sus manos tras su cabeza y se apoya en el espaldar del sofá de una forma muy holgazana.

—Mientras no mate a ningún humano todo estará bien – no me gusta para donde está yendo esta conversación – así que solo debo morderlos sin matarlos ¿Qué tan difícil puede ser? – Hace una pausa y clava sus ojos en mí – es lo que tú has estado haciendo ¿no?

Una desagradable sensación recorre mi cuerpo, conozco a la perfección esa mirada afilada e inquisitiva. Con que ya se dio cuenta, puede que Dante actué como un completo idiota, pero es alguien a quien no conviene tener de enemigo ¿pero cómo es que se dio cuenta? Y si él lo sabe lo más probable es que Zephiroth también, demonios, esto es algo que no me esperaba ¿Cómo pude ser tan estúpido como para pasarlo por alto? Rompí una de las reglas más importantes: “nunca dejes testigos”. Estoy acostumbrado a mostrarme frente a los humanos pero siempre los asesino antes de que alguno de ellos pueda decir alguna cosa, pero ahora… simplemente lo dejé pasar, no solo hay un humano que sabe lo que soy, le he perdonado la vida en más de una ocasión, debería dejar que simplemente muriera a manos de cualquiera, pero…

Miro el espacio donde debería  de estar mi brazo.

No puedo hacerlo.

Me llevan los diez mil demonios.

Aun así no puedo dejar que Dante descubra que tiene razón en sus tonterías, debo de empujar mi inseguridad hacia un lado y seguir actuando de manera normal.

—Eso suena interesante – murmuro sin prestarle demasiada atención — ¿pero puedes probar tus acusaciones?

¡Joder! Hombre, soy muy bueno para esto

Mantiene una mirada impasible sobre mí, la cual no pinta para nada bien. Él aun es capaz de ver en mis pensamientos, un solo movimiento en falso y toda mi fachada se desmoronara en menos de un segundo. No puedo permitir que él me gane.

—Pues la verdad, mi querido hermanito – hace una larga pausa que me desespera ¡habla de una puta vez, maldita sea!  Odio el suspenso – solo lo dije por decir — ¿es en serio? ¿Tanta mierda para nada? – tú no eres del tipo de vampiros que deja sobrevivientes ¿o sí? – arquea una ceja. 

—Deja de fastidiar con esas tonterías – miro hacia otro lado con molestia.

Bueno, creo que me salvé, al menos por ahora.

—Como sea, tal vez yo deba de intentarlo.

— ¿Y para qué harías algo como eso?

Saca de su mochila una botella con el mismo liquido rojo que yo me acabo de beber.

—Castiel, Castiel, Castiel – murmura negando con la cabeza – si no le clavas los colmillos a alguien jamás recuperaras tu brazo – le da un sorbo a la botella y lo escupe inmediatamente — ¡Mierda, esta cosa es horrible! ¡Prefiero morir de inanición antes que vivir tomando esta porquería!

—Si lo haces estarás muerto en unos días – murmuro – tal vez deberías intentarlo – añado con una sonrisa maliciosa.

—No me jodas ¿Qué tan rápido te debilitas ingiriendo esta porquería? – Pregunta sacudiendo la botella frente a sus ojos – solo llevo un par de días aquí y ya me siento como mierda.

—Bueno, ya te veías como una mierda, ahora ya estás completo.

—Estas muy cerca de que te arranque el otro brazo.

Escucho el reloj del pasillo marcar la media noche mientras yo permanezco de espalda sobre mi cama mirando el techo. Básicamente es lo que siempre hago desde que llegue aquí, simplemente me quedo inmóvil como un cadáver hasta que el sol vuelve a salir, esa es mi miserable vida en el miserable pueblo de Arcángel. Solo quiero que todo sea como antes, estar rodeado de humanos y cazadores a los cuales no puedo matar, pero, por otro lado Dante tiene razón, mi cuerpo no se recuperara bebiendo esa porquería insípida de las píldoras, necesito sangre real si es que quiero tener alguna oportunidad de enfrentar a ese grupo de vampiros. Me giro sobre mi costado.

Este lugar es más complicado de lo que esperaba, pensé que los vampiros estaban prohibidos, pero tal parece que podemos estar aquí con la única condición de no matar a ningún humano, y eso idiotas lo saben, en su último ataque se tomaron la molestia de buscar el lugar más alejado que pudieron, de ese modo nadie los podría ver… y tuvieron razón, nadie de este pueblo se enteró de lo sucedido, pero… ¿Por qué se quedaron en Arcángel? Si tienen a un maestro de sombras de su lado, bien podrían haber buscado un mejor escenario, tengo entendido que los sangre pura Valerius pueden tener un alcance de varios kilómetros, según Frederick, los más hábiles pueden atravesar continentes en solo segundos, por eso es extraño que solo hayan cambiado al borde de la ciudad, es más… todos sus movimientos han sido dentro de Arcángel  ¿Por qué? ¿Acaso quieren llamar la atención de los cazadores? Eso no tiene sentido, tener a un grupo que está más que dispuestos a matarlos tras de ellos es muy poco práctico, por más que lo piense no logro comprender la lógica en todo esto, hasta podría asegurar de que lo hacen a propósito, pero sin entender la razón de eso ¿Qué mierda es lo que estás tramando, Alexander Abbader?

Me vuelvo a quedar para quedar de espalda.

Antes de querer enterarme de lo que planean esos vampiros, primero debería averiguar que hace este pueblo tan especial ¿Qué es realmente Arcángel?

Siento la cama hundirse a mi lado.

—Hola hermoso.

— ¿Puedes dejar de ser puto por cinco minutos? – Miro de reojo a Dante — ¿Qué quieres?

— ¿Qué no puedo venir a fastidiar a mi hermano favorito?

—No.

— ¿Por qué estás tan gruñón? ¿Tu lado simpático estaba en el brazo que te arrancaron? – Lo golpeo – Auch. Que malo eres.

—Ya te lo dije, no soy malo, simplemente te odio – escucho el sonido de mensaje — ¿con quién hablas?

Dante me sonríe de medio lado.

—Con algunas chicas que me dieron sus números de teléfono —  se recuesta a mi lado – los humanos son increíblemente idiotas, solo se dejan guiar por una cara bonita, ven a alguien guapo que les habla bonito y prácticamente te entregan sus bragas – murmura mientras sigue escribiendo – podría aprovechar la ingenuidad de una de ellas usarlas como bocadillos.

—Has lo que quieras, no importa lo que te vaya a pasar si Zephiroth se entera de tus cosas.

—No se tiene porque enterar, será nuestro secreto de hermanos.

—No me metas en tus mierdas.

Se ríe.

—Hey Castiel.

— ¿Qué?

—Tengamos una cita.

— ¡Muérete, puto degenerado! – me aparto de él.

—Jeje. Es divertido molestarte – hace una pausa – pero si yo fuese una chica estoy seguro de que sí saldrías conmigo.

—Si tú fueses una chica preferiría ser gay por el resto de mi existencia, es más, preferiría morir virgen.

—Jajaja, tú tienes de virgen lo que el sol tiene de frio.

—Miren quien lo dice.

—Yo estoy orgulloso de mi putería. 

Doy un suspiro a sabiendas de que esto es un caso perdido.

— ¿Cómo es posible que tú y yo seamos hermanos?

—Porque salimos de los mismos huevos ¿quieres que te expliquen cómo se hacen los bebés?

—Preferiría que te largaras de mi habitación.

—Sé que dices eso, pero en el fondo me amas. 

Me pregunto si en mi condición saltar por la ventana sería suficiente para matarme.

—Claro, te amo tanto que te encerrare un mi sótano, cerraré la puerta con llave y tiraré la llave al mar.

Se ríe por lo bajo.

—Extrañaba decir idioteces contigo.

No puedo evitar sonreír, puede que sea un idiota, pero al menos puedo relajarme con él, incluso si solo es por un momento. Es divertido poder olvidarse de toda esta mierda de los rebeldes y de Arcángel, puedo que tener a Dante cerca no sea tan malo, digo, al menos tengo a alguien que comparte mis idioteces y que me puede cubrir si algo alguna tontería, y siendo sincero, Dante es mucho más problemático que yo, por lo que probablemente Zephiroth centre su atención en él, lo que me dejara un poco más de libertad, o al menos es lo que espero. 

Un codazo de mi hermano me trae de regreso a la realidad.

—Te estoy hablando – se queja.

—No ha de haber sido nada importante – me burlo. Él entrecierra los ojos con cierta molestia – bueno, tampoco es para que quieras matarme por eso ¿Qué era lo que decías?

—Necesito tu teléfono.

—No inventes ¿y para qué?

—Ese es asunto mío.

Estoy a punto de prestarle el teléfono cuando una puntada en mi cabeza me detiene. Mierda, casi lo arruino todo, si se lo hubiese dado a Dante habría sido un completo desastre ¿Cómo es posible que sea tan descuidado? Dije que la eliminaría, pero… aún tengo la fotografía de esa mocosa.

—Olvídalo, quizás que cosas raras quieres hacer – me excuso.

—Eres un hermano terrible.

—Lo sé.

Me vuelve a dar un puñetazo en el costado.

—Da igual, aun soy más fuerte que tú – me cagas – tienes suerte  de que tenga tarea que hacer, de otra forma me encargaría de ti.

— ¿Dante Rozen haciendo tarea? – Me burlo — ¿Quién eres tú y que hiciste con mi hermano?

—Jaja, tampoco es como si a mí me gustaría hacer estas mierdas, pero prefiero humillarme en eso a tener que hacer enojar a su majestad Zephiroth.

Dicho eso se levanta y camina hacia la puerta para finalmente dejarme solo.

Doy un pesado suspiro y observo la pantalla de mi teléfono, mirando por un momento a la pálida pelirroja que decora mi fondo. Incluso sin estar aquí logra encontrar la manera de meterme en problemas.

—No hay duda de que eres una niñita demasiado problemática.

De mala gana levanto mi culo y me pongo de pie para ir hasta el armario y tomar la primera chaqueta que veo. Puedo oír el sonido de la lluvia del otro lado de la ventana, aun no es fuerte, aunque tampoco es como si importara. Aunque aun así cambio mis zapatillas por unas botas de estilo militar y después de luchar con los benditos cordones finalmente camino hacia la ventana. Observo por un segundo al agua caer sobre el paisaje de la ciudad. La verdad salir a mojarme no un idea que me agrade demasiado.

Me coloco la capucha del abrigo y me animo para salir al balcón, sintiendo de inmediato el aroma a tierra mojada y la frescura flotando en el aire. Cierro los ojos y disfruto de la sensación momentánea que me ofrece un ligero sentimiento de libertad, pero rápidamente camino hacia el barandal  en cual me paro y observo hacia las distancia, hacia las miles de luces de la ciudad que resaltan en la oscura noche de lluvia. No es un mal paisaje, pero mi destino está mucho más lejos que esto. Vuelvo a suspirar. Solo iré a echar un vistazo, una vuelta rápida para asegurarme de que esa mocosa esté bien.





Hola mis amores, espero que les haya gustado el capítulo, y si es así pueden darme su apoyo con un comentario o un voto, recuerden que las amo y gracias por seguir esta historia :3

Bloody Fate: HermandadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora