Duxo es un chico extrovertido que suele salir a menudo a fiestas donde se bebe demasiado alcohol, en una de esas fiestas bebe a tal punto de perder la razón y ser un completo "pendejo"; al día siguiente no recordaría nada de la noche anterior, se levantaría de la cama con una resaca de la mierda, se ducharía, tomaría una aspirina y seguiría con su día con normalidad.
Uno de esos días de relajación sobre el alcohol y las fiestas, la puerta sonó, Duxo imaginaba que sería uno de sus amigos que lo invitaría a una fiesta esa misma noche; pero al abrir la puerta...
— Felipe, hoy no quiero tomar, solo quiero relajar... —. Pero al abrir la puerta no había nada, solo una canasta, la levantó, pesaba algo, por un momento imaginaba que sería comida o alguna otra cosa, entró a su casa con canasta en mano y cerrando la puerta detrás; dejó la canasta sobre la mesa, su mascota se acercó a esta, comenzando a olfatearla, luego ladró sin control alguno — ¡Shh! —. Calló a aquel perro y de la nada comenzó a oír un lloriqueo como sí de un bebé se tratase, Duxo descubrió cuidadosamente la canasta esperando a que no fuera más que una broma de sus amigos pero no lo fue, era una bebé real y una nota pegada debajo de la cobija que cubría a la bebé— "Hazte cargo de ella, yo no la quiero" —. Decía aquella nota, Duxo no sabía quien putas le había dejado a esa nena y si se estaba equivocando de persona pero... Duxo sabía que no era así, que de seguro había sido una de sus tantas locuras cuando estaba borracho. — Bien... lo primero es que debo saber tu nombre, ¿no? —. Le habló a la bebé— ¿María? —. Preguntó, la bebé parecía no agradarle ese nombre —. ¿No?, bueno... ¿Sonía? —. La bebé negó ese nombre.
Y así Duxo se pasó un buen rato diciéndole nombres a la bebé y poco a poco comenzó a cansarse por lo que recargó su cabeza en su mano mientras entrecerraba sus ojos.
— Aah... ¿Jaiden? —. Apoyó su cabeza en la mesa esperando que la bebé también rechazara ese nombre pero a cambio de eso recibió una dulce risita, levantó su rostro y observó a la pequeña riendo—. ¿Te gusta ese nombre?, bien así te llamas. Jaiden— Un gruñido alerto a Duxo, este pensó que era su perro por lo que miró hacía abajo pero no había nadie, aquel gruñido volvió a hacerse presente miró a la pequeña—. ¿Tienes hambre?, bien, ahora debo buscar algo que si puedas comer.
Duxo cargó a la niña, tomó sus llaves y salió de casa en busca de alimento; mentira, se dirigió a casa de la vecina y tocó la puerta, enseguida la dama que habitaba esa casa abrió la puerta.
— Buenos días señorita Abigail, necesito que me haga un favor...
—¡Gracias señorita!, luego le pagaré lo de la leche en polvo—. Dijo acercándose a la puerta de su casa y entrando en ella.
La pequeña dormía pacíficamente en los brazos de Duxo envuelta en una cobija, el mayor caminó hacia su habitación dejando en la cama a la menor para que descansara; salió de aquel cuarto y de inmediato tomó su celular. Marcó un número esperando a que aquella persona respondiera la llamada.
— ¿Hola?
— Que bueno que respondes , necesito que vengas a mi casa.
— ¿Ahora?, no estoy en lima.
— No importa, luego te pagaré lo del transporte.
— Bien, llego en unos días.
— Gracias—. Cortó la llamada recostándose en el sofá—. Esto será el inicio del fin.
Buenass.
Vengo con una historia chida again.
Esta historia trata de un Duxo extrovertido que en una peda embaraza a una chica desconocida, él termina encargándose de aquel fruto de la peda, Duxo llama a alguien para que lo ayude a cuidar a bebé, no será nada fácil, tendrán errores, peleas y un poco de amor uwu.
;; Aclaraciones'-
-La groserías están así para que quedé mamalon :v.
- Como siempre; Actualizaciones más lentas que una tortuga cargando pesas.
- Volví con ganas osiosi.
Ayuden para que tenga presupuesto para hacer una portada :v/.