[EN PAUSA]
Por años alejándola de todo sexo masculino que se le acercará a (T/N) a la que tanto ha dedicado su tiempo y paciencia, pero ese día, en esa prueba, todo cambio. Aún así hará hasta lo imposible por mantenerlos separados ¿cómo resultará to...
— ¿Cuál es tu sueño de grande (T/N)?— su madre se encontraba peinando su rubia cabellera— ¿Has escogido que hacer cuando crezcas?
— ¡Sii!– aquella niña de aproximadamente seis años respondía con gran emoción mientras sentía las caricias de su madre— ¡Me convertiré en una gran heroina junto a Katsuki! ¡Nos llamaremos el dúo de la muerte!
Su madre con un tic en el ojo solo se limitó a suspirar
— Apuesto a que ese nombre lo escogió Katsuki...
— ¡Si! Mi hermano es muy bueno con los nombres ¿verdad mamá?— pregunto con inocencia.
— Aja.. Claro que si.
Mitsuki era consciente de que (T/N) admiraba y quería a Katsuki de una manera en que sólo ellos entendían, ya que lo mismo pasaba con el rubio explosivo. Y eso le agradaba, agradecía tener la bendición de tener unos hijos que se amaban y protegían mutuamente, después de todos los gemelos siempre nacían con una conexión inexplicable.
Incluso podían sentir cuando el otro se encontraba en problemas.
Como aquel día.
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La rubia se encontraba nuevamente dando vueltas por su habitación mientras que con una mano sostenía aquel pequeño trozo de papel, y con la otra su teléfono, en un claro dilema si marcar o no.
Suspiro mientras se dejaba caer en su cama por décima vez.
— Katsuki me matara si lo hago— mordió con delicadeza su labio inferior—, de igual manera se entrará en algún momento.
Asi que en esos segundos de valentía sólo decidió marcar aquel número telefónico y llamar.
Varios segundos pasaron, y luego de unos tres tonos alguien contestó.
— ¿Hola?.
La rubia trago en seco al escuchar aquella voz del otro lado del teléfono.
— Hola ¿Shindo?
— ¡Vaya pero si es la linda rubia!— a pesar de no poder observarlo podía imaginarse aquella sonrisa que debía tener el pelinegro en ese momento— Pensé que nunca llamarías.
— La verdad estuve a punto de quemar el papel— confesó entre suspiros.
— Me lastima saber eso— bromeó—, pero me alegra que lo reconsideraras.
La chica sonrió tras el comentario, sabía que no debía confiarse de aquel estudiante de la academia Ketsubutsu. Pero no podía negar que le parecía interesante y divertido, y sólo por esa razón decidió arriesgarse a querer conocerlo más.
— ¿Y bien?— continuó divertido— ¿Cuando será la boda?
— ¡Hecho!— comentó animado cómo si hubiera esperado esa respuesta— Entonces nos vemos el sábado a las 5:00pm en el parque de la playa municipal daboga. Luego de esa buena obra de caridad que hicieron en limpiarla—hizo una pequeña pausa, parecía que alguien hablaba con el—, oh lo siento. Es solo que estoy de turno de vigilancia, bueno lo que quiero decir es que es un buen lugar para un picnic y ver el atardecer ¿que te parece?
Nuevamente mordió su labio inferior, los fines de semana era el momento en que Katsuki se encontraba en casa. Sabía que nunca aceptaría que saliera a solas con Shindo, suspiro antes de continuar
— El sábado es..—no logro terminar la oración ya que fue interrumpida por el pelinegro.
— Lo siento— comentó un poco más serio —, unos rufianes creen que pueden hacer de las suyas mientras estoy de guardia. Hablamos luego, espero tu respuesta.
Antes de poder decir algo el chico colgó, mientras que (T/N) solo quedaba observando la pantalla de su celular. Sabía que esa cita iba a ser imposible, y mucho más con Katsuki en casa
— ¿Que hago?— se cuestionó, y mientras más lo hacía más impotencia acumulaba— ¿Nunca podré hacer una mierda como una chica normal?
Sus pensamientos fueron interrumpidos por dos pequeños golpes en la puerta, dejando ver a su padre con una sonrisa esperando la invitación a entrar.
— Papa— sonrió con delicadeza—, pasa..
El castaño se adentro a la habitación tomando asiento a un lado de su hija, sabía que la cita al médico había resultado fallida nuevamente, y sin Katsuki en la casa ella simplemente se encerraba en su habitación a lamentarse y sobrellevar todo sola.
— Se que no soy Katsuki— hizo una pequeña pausa pensándolo bien—, y gracias a Dios que es así— vacilo—. Pero aún así sigo siendo tu padre, y me preocupo de la misma manera que el y tu madre lo hacen (T/N)
— Lo se— comentó cabizbaja—, pero aún así prefiero solo hablar con Katsuki ¿bien?
El padre sólo suspiro levantándose para dirigirse a la puerta, no sin antes parar en seco y observarla por unos segundos.
— Debes entender que Katsuki esta estudiando duro para ser un héroe— volteo nuevamente para seguir su camino—, y debes entender que no todo el tiempo estará para ti aunque así lo quiera.
La ojos rubí sabía perfectamente eso, y jamás sería tan egoísta para evitar que su gemelo cumpliera su sueño de superar a All Might. Es por eso que nunca lo llamaba durante su semana de estudios, a menos que fuera realmente necesario, ellos se entendían perfectamente y sabía que podía contar con él los días libres sin ningún problema.
Aunque no podía negar que la ausencia de su hermano lograba deprimirla algunas veces, pero sabía que estaría mejor así. Y que el estar internado en UA era mucho mejor a que se arriesgara a volver ser secuestrado, algo que no volvería a soportar nuevamente.
Dejó caer su cuerpo en la cama mientras miraba sus manos, recordando el día en que sus peculiaridades aparecieron. Mientras Katsuki explotaba cualquier mínima cosa, y ella derretia cualquier otra mínima cosa. Eran la pesadilla de Mitsuki en aquellos tiempos, no pudo evitar sonreír con nostalgia pues aquellos días eran muy felices.
Era en aquel tiempo donde habían decidido juntos ser héroes, y llegar juntos a la cima.
Su sonrisa se borro después de recordar aquel trágico día, en que su sueño fue echado a la basura. Pero aún así nunca dejó de apoyar a Katsuki para que el cumpliera el sueño de ambos, sólo que sin la compañía de su querida gemela.
— Ahora entiendo el sentimiento de Deku...— murmuró frunciendo el ceño con frustración—, maldición.
