ꜱʜɪɴᴅᴏ ʏᴏᴜ • ¡𝑵𝒐 𝒕𝒆 𝒂𝒄𝒆𝒓𝒒𝒖𝒆𝒔!

CAPÍTULO 11

  Tres días habian pasado ya desde su cita con el pelinegro. Desde entonces Katsuki no le quitaba la mirada de encima, era realmente difícil llamar a Shindō y ofrecerle una explicación en forma de disculpas cuando tenía a su gemelo respirandole en la nuca. Así que se le ocurrió una nueva idea, oh sí, casi se podía ver una sonrisa malvada en el rostro de (T/N) ante su plan. Claramente fue algo que el rubio no paso desapercibido pues la actitud de su gemela se había tornado extraña la noche anterior.

Claro que jamás imagino que esa mañana descubriría la razón de su comportamiento.

Luego de despertar y aún un poco somnoliento bajo las escaleras en busca de su desayuno, desde el comienzo parecía extraño que no se había topado con su madre, padre o gemela, pues usualmente ya habría algún gran alboroto ¡Pero vaya sorpresa! Al dirigirse a la sala de estar, siendo atraído por el dulce olor a té, se quedó petrificado ante lo que tenía en frente y por algunos segundos intentó entender...

— ¿Que...— una vena resaltó en su frente— ¿¡Que mierda hacen todos ustedes aqui!?

Su gemela lo observo como si nada he incluso como si ya estaba cansada de esperarlo ¡Vaya cinismo! ¿Es que tan rápido se pegan las malas mañas? Katsuki chasqueo la lengua irritado ante la actitud inocente de su gemela, suspiró intentando calmarse ya que tenía una pequeña idea del porque toda la clase 1-A se encontraba ahí. Joder, como quería mandarlos a volar con una explosión.

Bueno, que carajos debía aceptarlo ¿Que podría ser peor?

— ¡Hola cuñado!

Otra vena de histeria apareció en la frente del rubio, volteo en dirección a aquella voz encontrándose con un Shindō muy sonriente y cómodo entre el resto de sus compañeros. El shock y el sueño no le habían permitido ver al invasor más indeseado en ese momento, pero sabía las razones por la que su hermana hacia eso. A regaña dientes lo aceptaba, después de todo quien causo un gran alboroto la última vez fue el, asi que de cierta manera se lo debía, aún así no le agradaba aquel chico y no dejaría que lo llamara de esa manera, y mucho menos en un tono tan cómodo.

— ¿¡Que dices!? ¡Shine!— ambos gemelos respondieron al unísono. Katsuki claramente disgustado, mientras que su gemela era una mezcla de disgusto y vergüenza.

La mayoría de la clase A se divertían ante las discusiones de los gemelos. Deku por su parte solo sonreía mientras observaba de reojo a la rubia, el recuerdo de cuando eran unos niños y solían salir todos juntos le invadió de repente, sintió nostalgia. Aunque siempre lo molestaron por nacer sin Kosei (T/N) nunca lo discrimino, todo lo contrario; siempre lo alentó.

Desde pequeña ha sido una niña fuerte, un tanto ruda y con un vocabulario poco educado, pero vamos la genética es fuerte. Pero aún así es amable, sincera, buena para tratar con el resto algunas veces, y hacer amigos. Así que el pedido no podía evitar pensar en lo gran heroína que se pudo haber convertido, la admiraba tanto como a Kacchan.

— ¡(T/n)! ¿Que mier–

No pudo terminar la oración debido a un golpe en seco detrás de su cabeza, antes de poder quejarse observo como su madre pasaba por un lado de el como si nada. Katsuki solo suspiró con frustración y a regañadientes aceptó unirse, tomo asiento junto a su hermana y a un lado de su madre. Mientras Masaru se encontraba a un lado de (T/N)

La clase A esperaban confundidos tanta tensión, después de todo pensaron que fueron invitados para pasar un agradable domingo entre amigos. Deku no se encontraba tan tenso, pues se sabía toda la historia. Y Shindō, pues Shindō solo estaba feliz de estar ahí y disfrutar de la compañía de la chica y la molestia de su hermano.

— Yo— (T/n) rompió el silenció con decisión—, quiero contarles la razón por la cual...— bajo la mirada— no puedo salir con total libertad.

— Imaginamos que había otra razón más que Bakugō es sobreprotector— agregó Ochaco con una sonrisa amigable—, solo no te queríamos presionar.

— ¡Si! Después de todo tambien era extrañó que Bakubro nunca hablo de ti...

(T/N) observo asombrada por algunos segundos la confianza que había entre el pelirrojo y su gemelo, después de todo esté solo permitía que Deku y ella le dijesen algún apodó. Inevitablemente sonrió con picardía en dirección a Katsuki, quien acto enseguida volteo el rostro chasqueando la lengua. Su sonrisa paso a ser más delicada volviendo su vista al frente, con la primera mirada que se cruzó fue con la de Shindō, noto como la observaba con una sonrisa despreocupada; como su solo disfrutase el hecho de estar ahí y verla.

Por algunos minutos dudo, y es que el ver a tantas personas en su hogar, pasándola bien, le hacía sentir lo que desde la infancia no sentía. Y de alguna manera no quería volver todo ese ambiente alegre y tranquilo, en uno incómodo y triste.

Pero ya era el momento de
contarlo todo.