Aun recordaban la primera vez que se vieron, su primera impresión y como se habían vuelto amigos. El cómo ese amor había nacido de un simple rose, en contra de todos, como una rosa en invierno o fuego en la tormenta. Ambos creyeron estar locos cuando esa chispa comenzó a brillar en ellos, cuando se dieron ese fugaz beso o como se había sentido. Se creían unos dementes.
La primera vez que se profesaron amor, como las mejillas de ambos se tornaban de un carmesí hermoso y el cómo ignoraban el mundo exterior, encerrados en su burbuja de amor infinito. Cuando eran unos niños todo estaba bien, simplemente eran amigos, pero al crecer todo cambió. Ya nada era igual.
–¿Recuerdas la primera vez que te dije que te amaba? – Preguntó Boruto espontáneamente, acariciando los pálidos dedos de Mitsuki con los suyos, viendo como el ocaso caía lentamente sobre la tierra desde la ventana del apartamento de su amado – ¿O cuando estuvimos juntos por primera vez?
Mitsuki le sonrió, dejando un suave beso en su mejilla. Su mirada tan pacifica, eso era lo que había enamorado a Boruto, pero la suave y hermosa risa de Mitsuki fue lo que lo ancló a él. El cómo sus dulces ojitos derrochaban cariño y sentimiento cada que lo miraban o como sus sentimientos eran tan visibles a través de estos, tal cual un cristal.
–¿Cómo olvidarlo? – Respondió con parsimonia, como si nada ni nadie pudiera perturbarlo – Casi te desmayas cuando me lo decías, te veías tan lindo cuando te hiperventilabas.
Boruto bufó, él lo recordaba de una manera muy distinta. Aun recordaba como Mitsuki dejó de hablarle por dos semanas por el simple hecho de decirle esas dos palabras o como cuando lo buscaba este hacia lo imposible para no verlo por la pena. Fue muy difícil para él que el menor volviera a verlo siquiera.
–Por lo menos yo no vomité del miedo cuando me pidieron tener sexo o me asusté tanto que me volví transparente – Las suaves risas de Mitsuki se detuvieron y su ceño fruncido se dirigió hacia Boruto.
–¿A qué te refieres? Tú casi mueres ese día, yo pude haber vomitado, pero tú casi te orinas del miedo – Boruto rio ante el recuerdo, muy contrario a lo que Mitsuki pensaba, al rubio le daba demasiada risa recordar esos días de su adolescencia, cuando aún le daba miedo el monstruo debajo de su cama – Teníamos quince y aun así tú te aterrorizabas al verme desnudo, como si no fuera normal ver a un chico desnudo para ti.
–¿Acaso querías que tomara como normal el estar a nada de desvirgar a mi mejor amigo? – La ironía se marcaba en su voz a cada silaba que decía – Si es así estas muy mal mi querido amigo.
Mitsuki no dijo nada, solo besó a Boruto, quería que el sabor de este se quedara marcado en su boca. Aun recordaba su primer beso, el cómo sus dientes habían chocado o como Boruto era el peor besando, incluso más que él. Había pasado más de seis años al lado de Boruto y no quería que eso terminara, quería estar con él para siempre.
Boruto había sido su único amigo cuando llegó a Konoha, él haba sido el único que no lo había rechazado como su amigo, con él había podido abrir al completo sus emociones sin que lo juzgaran. Boruto era su todo, era su Sol.
–Escapemos – Dijo casi a la nada, tomando por sorpresa a Boruto.
–¿Qué?
–Lo que escuchaste. Escapemos juntos, a un lugar donde nadie nos conozca, donde solo seamos nosotros dos y mil gatos que nos acompañes hasta que muramos de viejos y nos coman los ácaros – Boruto seguía boquiabierto, sin saber que decir. – Podemos irnos sin preocupaciones, Himawari se puede encargar de tú Clan y yo no tengo nada que perder. Vámonos, Boruto.
Los ojos llenos de súplica escudillaron en su alma a la par que la idea se instalaba en su cabeza rubia. Lo pensó, no tenían nada que perder, ambos podían estar juntos sin que nadie los viera, siendo aquellos dos locos adolescentes que tanto querían ser, aquellos que no se sometían ante las reglas de la sociedad. Lo dudo por un segundo, pero toda duda se borró a ver a su hermosa Luna frente a él, siendo su único centro y viéndolo con esos hermosos ojos color miel en forma de súplica. Lo amaba, amaba a su Luna y haría lo que fuera por estar con él.
–Lo siento, si te molestó lo que dije no debes pres...
Boruto lo cayó con hambriento beso, no permitiría que Mitsuki se sintiera mal por su falta de rapidez al hablar. Además de que llevaba tiempo querer comerse su boquita a besos. Se separó de él, pero dejó sus frentes unidas mientras sus respiraciones se mezclaban dejando a Mitsuki ansioso por otro beso de esa magnitud.
–Si dices algo más juro que lo que saldrá de tú boca no serán más que gemidos mientras sientes como dejo toda mi esencia en ti ¿Captas? – Amenazó, pero al instante su mirada se suavizó a la par que suaves palabras salían de su boca – Iría contigo hasta el fin del mundo si así me lo pides, no dudes que me iré contigo a donde tú quieras.
Mitsuki soltó el aire que tenía retenido y dejó salir un profundo suspiro.
–¿Me lo juras? – Mitsuki besó suavemente sus labios antes de que Boruto pudiera contestarle.
–Claro que sí, mi hermosa Luna.
Mitsuki aun recordaba ese día, como en su antiguo departamento su Sol le había hecho esa promesa, y ahora, tres años después, esta se había hecho realidad. Ambos se habían ido sin dejar rastro, Boruto aún le mandaba cartas a su mamá y a su hermanita todos los meses, para por lo menos saber que era de la vida de su familia. Después de todo en dos años se podían hacer muchas cosas.
A pesar del pasar de los años su cariño seguía igual, ambos mantenían esa misma chispa que había nacido después de conocerse. Aun sentían esa horrible necesidad de estar cerca del otro, aun sentían ese inmenso amor. Y más importante aún, todavía sentían ese hermoso Eclipse que se formaba entre ellos al ver al otro. Aun podían sentirlo, ese hermoso Eclipse de amor.
Fin.
ESTÁS LEYENDO
Rayo de Sol y Luna: Eclipse
FanfictionVenimos de dos mundos distintos, pero eso no significa que no podamos ser uno. Donde Mitsuki es la luna y Boruto como el sol intenta salvarlo de su soledad