《Witch & Wizard》.

《II》

《Una bruja?》.

Luego del nacimiento de la princesa de Brittia habían pasado 4 años.

2 años que los príncipes de obelia sabían la verdad sobre el pasado de su padre, sobre la existencia de su hermano mayor y sobre la existencia de su sobrina.

4 años que el emperador Eibom trataba de realizar un baile o una reunión con la emperatriz de Brittia para que por fin pudiera conocer a su hijo y luego a su nieta.

La pequeña peli rosa dejó sus dibujos de lado y se miro las manos. Había estado dibujando a unas personas desconocidas y un lugar que nunca había visto, su nana habia ido a buscar unos dulces.

-qué.

Sin siquiera terminar se quedó en silencio y luego se levantó de golpe yendo al espejo de su habitación. Se miro fijamente y se sorprendió por lo hermosa que era.

Lo habia recordado, recordó su vida pasada.

Ella murió y renació en ese mundo, inconscientemente estaba mostrando su pasado a través de sus dibujos y eso la ayudó a por fin recordar su vida pasada.

-"asi que soy una princesa...que sorpresa".

Miro sus grandes ojos rojos que por unos momentos brillaron y ella quedó maravillada, eran rubíes.

Parpadeo al sentir que algo similar había visto en su pasado. Pero en dónde?, dónde vio un suceso parecido y quién tenía unos ojos tan brillantes como los de ella?.

-princesa?.

Miro a su nana y parpadeo curiosa.

-nana, layla es bonita?.

-claro que sí princesa, es la niña más hermosa del imperio y será la mujer más hermosa de todas, usted es igual de hermosa que la gran emperatriz.

Le sonrio alegré, la menor le devolvió la sonrisa y luego se pensativa.

Vivía es el imperio Brittia. Pertenecía a la familia Real Romanov, era la heredera al trono y su padre era el único príncipe del imperio, Aetherius.

-"aetherius?...se parece al nombre de athanasia...nah no creo, o sí?...nah".

Sin darle importancia comió los dulces que la había traído su nana.

Luego se preocuparía por su nueva vida ahora le importaba más llenar su estómago de esos deliciosos dulces.

-mi bella nieta!~.

Se quejó internamente al sentir que su abuela la abrazaba y fregaba su mejilla con la de ella.

Era una mujer hermosa y atractiva, heroica y con una gran destreza, todos la respetaban. Pero cuando estaba con su nieta era infantil.

-te traje nuevos vestidos -chillo alegré mostrando todos los vestidos de varios colores que sostenían las sirvientas.

Por lo que recordaba ella era extremadamente mimada por su abuela y su padre. Vivia en el Palacio Real junto a ellos dos, mientras que su madre vivía en el palacio se las concubinas. A su madre no la veía tan de seguido.

Su abuela le había dado un jardín enorme lleno de flores exóticas para ella sola en su segundo cumpleaños, en su tercer cumpleaños le regaló un nuevo palacio para que guarde sus regalos y lo que ella quiera. En el cuarto le regaló el segundo escuadrón más poderoso del imperio, el capitán de dicho escuadrón era su escolta personal.

Pero el regalo que más la shockeo fue el de su primer cumpleaños.

Su padre y su abuela le querían regalar algo hermoso, algo que resalte su belleza. Así que su abuela dejó que su hijo vaya a un reino vecino y...lo conquiste.

Ese reino era quien tenía las joyas más hermosas de todo el continente, pero ahora estaba en manos del imperio Brittia.

O mejor dicho, en las manos de la pequeña princesa.

Con las joyas de ese reino construyeron una tiara hermosa y eso, junto al reino, fueron los regalos de la emperatriz y el príncipe para la pequeña princesa.

Layla estaba segura que había renacido en una familia de psicópatas que se bañaban en oro.

Incluso tenía sus propias sirvientas y todas estabas a su disposición.

Aunque era lógico, ella es la futura emperatriz del imperio.

Al principio no lo entendió. Se supone que su padre debía de ser el futuro emperador no ella. Pero luego entendió que el imperio de Brittia solo era gobernado por las mujeres de la realeza, las cuales eran brujas. Tendría que ser algo muy extremo para que un hombre gobierne el imperio.

Por ejemplo, si Layla no hubiera nacido sería Aetherius quien gobernaría Brittia. Pero si él estaba en el trono y tenía una hija ella debía de ser la próxima emperatriz, no importaba si nacía un varón antes que ella.

-"...tengo lindos recuerdos de mi papá, pero...él me querrá de verdad?, yo le arrebate su derecho al trono, me odiara por eso?".

Apreto sus manos triste ante sus pensamientos. Por algún motivo, cuando recordó su vida pasada logró recordar todos los sucesos de su infancia incluso de cuando era una bebé.

Tal vez era gracias a la magia que había en ella.

-An, qué sucede? -se exaltó ante la pregunta de su abuela, que estaba sentada a su lado y la miraba preocupada.

Las dos estaban en el living, la peli rosa mayor le estaba enseñando todo lo que le iba a regalar pero de un momento a otro notó que su nieta estaba sumida en sus pensamientos y lucia triste.

La emperatriz miro de reojo a las sirvientas y ellas se movieron con rapidez abriendo las puertas, dejando entrar a otras sirvientas con miles de juguetes en brazos y algunas con pequeños animales que estaban ansiosos por jugar.

-quieres jugar un rato con la abuela? -sonrio brillante.

La princesa tenía la boca abierta ante tanta atención por solo haberse mostrado triste.

-c-claro!, an jugará con la abuela! -sonrio alegre y brillante dejando satisfechas a las mujeres.

Desde ese entonces la pequeña princesa supo que debería de tener sumo cuidado con lo que demostrará y se tendría que cuidar al máximo, ya que todas las personas de ese palacio estaban dementes y eran capaces de derrumbar un palacio y construir otro en tan solo días solo porque ella dijera que no le gustaba.

Estaba rodeada de personas dementes y desquiciadas.

Pero lo bueno era haber nacido en cuna de oro, cierto?.

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