Cap 28

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Regina, después de haber salido destrozada del parque por el encuentro que había tenido, ahora se encontraba entrando a Granny's, no había nadie, solo la vieja lobo en la barra, agachada buscando algo que la alcaldesa desoconocía, no notando su presencia. Al cerrar la puerta, se quedó con su espalda pegada a esta, y descendió hasta el piso, sintiéndose vulnerable y rota. Sus ojos se aguaron y comenzó a sollozar levemente.

Granny al oir eso, levantó su rostro y se encontró con la imagen más dolorosa que pudo habee visto de la que antes fue la Reina Malvada del Bosque Encantado. Se acercó a ella y se agachó. Regina, sintiendo su presencia, intentó recomponerse pero no pudo.

— No me recuerda. Mi propia hija no me recuerda. —decía con su rostro contorcionado por el dolor— Me duele. —su voz se quebró llorando con más fuerza.

— Lo siento mucho, niña. —dijo Granny con pena.

— Yo ya no puedo más. Me duele la vida. —comenzó a hiperventilar.

Granny se acercó más a ella, y abrazó, sorpendiendo así a Regina, quien cada vez le costaba más respirar.

— N-no me recuerda. —decía tomando bocanadas de aire.

En ese momento llegaron Henry los Charmings, Robin y Zelina.

— Mamá. —dijo Henry corriendo hacia su madre quien apretaba los brazos de Granny por la falta de aire, como si así pudiese calmarla.

— N-no me quiere H-Henry. —cada vez le costaba más trabajo respirar— No....puedo...res...respirar.

— Le está dando un ataque de pánico. —dijo David acercándose junto a los demás, vieron como Regina aflojaba el agarre de sus manos y caí desmayada, con Granny aún abrazándola.

— ¡Mamá! —grito el pequeño castaño.

Mientras tanto, Greta estaba caminando por el bosque a los alrededores de la cabaña, y comenzó a sentir la angustia de su madre.

— No. —susurró y desapareció en una nube de humo negra, apareciendo en Granny's donde se encontraban todos, viendo como David cargaba a su madre. Henry al verla corrió hacia ella, abrazándola con fuerza— Fue...—tragó pesado y contuvo las lágrimas, creó una ilusión de ella en su habitación leyendo libros para que sea lo que Cora viera— ¿Mi culpa?

— ¿Recuerdas? —preguntó Snow.

— Por supuesto. —dijo secándose las lágrimas y apareciendo a todos en la casa de Regina, específicamente en su habitación, con la morena tendida en la cama— Déjennos solas. —dijo con la mirada clavada en algún punto de la habitación decorada ckn detalles grises , negros y blancos, no supo si fue su determinación en su voz o el sufrimiento que transmitía, que todos abandonaron la recámara— Lo siento mamá. —sollozó— Pero tenía que saber que planeaba la maldita de Cora. —y se recostó a su lado abrazándola con fuerza, escondiendo su cara en el hueco del cuello de su madre.

No notó cuando se había quedado dormida, solo se empezó a remover cuando sintió unas manos acariciar su cabello castaño, levantó la mirada y vio a su madre, que acariciaba su cabello.

— ¿Mamá? —preguntó suavemente—

— Escuché todo lo que me dijiste. —dijo Regina y volteó a verla con una sonrisa en los labios—. Y estoy orgullosa de ti.

Cuando Greta iba a responder, aparecieron en la habitación, Los Charmings, Emma, Henry, Robin y Zelina, pero con una diferencia, todos estaban amarrados de manos y pies, y amordazados.

Regina iba a preguntar algo pero su duda se disipó en el instante en que Cora apareció, y no parecía muy contenta.

— Niña estúpida. —dijo con odio, hacia Greta—. Me lograste engañar pero no te duró mucho.

Greta se paró, su mirada destilaba rabia.

— ¿Ah no? —dijo con sorna la hija de la Alcaldesa—. Pues yo diría que para ti, lo poco que duró mi engaño, dañó mucho tu ego. —sus ojos se tornaron morados—. Vaya que debe doler que una niña como yo —dijo con sarcasmo, señalándose a si misma— haya mentido en tu cara, y se haya proclamado mucho más poderosa que tú. Porque eso querida abuela, es lo que soy. Infórmate un poco, o mejor lo hago yo. Uno —comenzó a enumerar— Soy semidiosa. —Cora abrió los ojos desmesuradamente— Dos: soy inmortal. Tres: mi magia es más poderosa que la del Oscuro. Y último, pero no menos importante: Soy hija de La Reina Malvada y sobrina de la Bruja Mala del Oeste. ¿Qué esperabas?

No hubo tiempo de que Regina alertaba a Greta de que Cora había soltado un golpe de magia, dejando estampada contr a la pared a Greta, quien cayó de espaldas al piso en un golpe seco, con una mueca y un quejido de dolor.

—Agh. —de pronto su semblante cambió, se paró como si nada y fue rodeada de una nube de hume negra, que al disiparse, dejó a la vista a Greta moviendo el cuello de un lado a otro, ahora vestuda completamente de negro, un chaleco de cuero que le llegaba a las rodillas, y sus ojos completamente de morados, los labios pintados de un color rojo vino.

Todos en la habitación se quedaron sorprendidos al ver a la castaña de esa forma, daba demasiado miedo, parecía un demonio. Cora intentaba ocultar su terror. Regina sonrió de lado.

—Haz despertado al monstruo Cora. —dijo la morena parándose de la cama— Verás, cuando mi hija llega a un límite de enojo, su magia crece hasta su límite, tanto que puede matarte de solo un chasquido de dedos. Nunca ke había pasado, pero ahora lo compruebo.

—No creo que quieras luchar conmigo abuela. —dice la hija de Regina caminando hacia la Reina de Corazones, a paso lento, con la mirada en frente, con un pequeño mobimiento de sus dedos, levantó a Cora en el aire, la encadenó, y con su magia, la mandó directo a el área de psiquiatría, no sin antes despojarla de su magia. Al acabar todo, Greta tenía la mirada perdida y respiraba entrecortadamente, de pronto comenzó a salir sangre de su nariz.

—¿Bebé? —le preguntó Regina parándose enfrente de ella y tomó su cara entre sus manos.

—E-estoy bien. —dijo poniendo sus manos en los hombros de su madre para tomar apoyo, se dejó caer en los brazos de su madre con la frente en sus hombros, sus piernas flaquearon al instante y Regina solo pudo agacharse con ella en el piso, acunándola entre sus brazos—. N-nunca me había pasado esto, me transformé en una persona completamente diferente a la que soy.

Regina con su magia, desató a todos y Henry corrió hacia su hermana, abrazándola también.

—Greta. —le dijo su hermano y solo sintió un peso caer en su cuerpo, Greta se desplomó en sus brazos.

Regina suspiró.

—No le hace bien usar tanta magia, la debilita.


Quiero aclarar que no esta terminado el cap, pero una personita preciosa ❤me pidió que actualizara. La declaro la fan número 1 de mi libro. Bsitos.

Chau🙋🏼‍♀️

Quiero ser como túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora