Cap 22. La Flor Que No Florece

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Antes de comenzar aclararé algo.

Esta historia ya no estará cancelada..

Sino que terminada, porque la voy a terminar lo mas rápido posible y espero lo entiendan.

Una personita me pidió que dejara de cancelarla y la continuará, y como mi fuerza de voluntad es una mierda para decir que no,pues aquí está el final, lamento si no te a complacido.

Dejaré mucho cabos sueltos y esas cosas por lo que dije antes "falta de ideas y demas" y quiero aclarar que si alguien me pide continuar otra de mis historias no lo hare, lo de esta personita fue suerte ya que justo a esta historia si le tenía un final designado, no como las otras.

Lamento aburriros con tanta charla pero quería dajarlo todo claro.

¡Ahora si comencemos!.

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Pov. Narradora.

Raptor y Sparta andaban tranquilamente por el parque, el mayor sujetaba la silla de ruedas del más bajo para dirigirlo a una banca junto al lago, lago que una vez estuvo cellado pero ya no lo estaría jamás.

— ¿Porque me trajiste aquí? —cuestionó el castaño de ojos miel.

— Porque este lugar es lindo, por eso —contestó el peli-rojo de ojos verdesos.

— Eso... —se detuvo un momento para bostezar—... no es excusa para traerme a las dos de la mañana a este lugar —se quejo, porque era cierto, no había gran cosa en aquel lago para madrugar como lo estaban haciendo.

— ¿Seguro? —le cuestionó el más alto mientras desviaba su mirada al cielo.

— ¿Mmh? ¿A que te refieres con eso? —preguntó confundido mientras desviaba su mirar al cielo junto al mayor.

Y entonces las vio. Vio a todas las estrellar en el cielo nocturno birllando como nunca, miles de constelaciónes le daban un toque perfecto a ese bello momento para el menor, quien por un instante olvido que estaba en silla de ruedas y sonrió.

— Parece que te gusta —
agregó el peli-rojo al notar su clara felicidad.

— Jeje.. Idiota, no veía estrellas así en.. Años —seguía hipnotizado con tal espectáculo, que nisiquiera noto el momento en el que el mayor lo había sacado de su silla y lo sentó en la banca junto al lago.

— Si... Yo tampoco, normalmente están tapadas por las "nubes" y esas cosas, pero cuando estábamos en la mansión note que no habían de esas nubes y pensé en traerte a verlas —explicó mientras se sentaba junto a Sparta en aquella banca.

— Bien pensado, me hiciste sonreír —lo felicito de forma irónica mientras acomodaba su cabeza en el ombro del mayor.

— Ese no era mi objetivo, pero tampoco estuvo mal —soltó una leve risa al escuchar el bufido del más bajo ante lo que dijo.

— Idiota, ¿entonces cual era tu objetivo? —preguntó mientras hacía un leve mohín.

— Era besarte y decir lo tanto que me gustas, pero ya no sería sorpresa ya que nos hemos besado dos veces —

— Pff... Y ¿cual es tu objetivo ahora? —cuestionó con un notable sonrojo en sus mejillas por lo antes dicho.

— Bueno.. —habló mientras dirigia una de sus manos a la mejilla del menor, provocando que lo mirara a los ojos— pensaba en hacerte una propuesta... —terminó de una vez con un dulce beso.

Se besaron de forma dulce y lenta, no fue tan torpe como las primeras veces pero tampoco tan experto, pero aun así fue perfecto. Al separarse el mayor se levantó de la banca para luego tomar la mano del menor y arrodillarse.

— No tengo mucho para darte Sparta, pero aun así quisieras ser mi novio, y si así lo deseas ¿mi futuro esposo? —pregunto de forma más directa, parecía tranquilo, aunque dentro de sí estaba muy nervioso.

— ¿A-Ah? Pe-Pero.. Yo n-no soy como tu Raptor... —quizás nunca lo noto, pero Sparta siempre se descrimino así mismo, y entre todas las burlas que alguna vez recibió, la suyas propias siempre fueron las más profundas.

La gente te mira, porque no te conoce y aún así no te juzga, pero tu te asustas y pones a la defensiva al más mínimo susurro. Tienes amigos y te quieren por como eres y aun así te sientes solo y crees que todos te odian. Tienes una familia que te apoya y da todo de sí para estar contigo, y aun así crees que te dejan atrás, en el olvido. Tienes a esa persona, a tu merced, quien jura jamás dejarte solo y siempre estar contigo, y aun así le sientes un profundo miedo y rechazo irracional.

— Y ¡eso que importa! —contestó rápidamente — ¡Tu me gustas Sparta! ¡Y mucho!

— Tu no entiendes Raptor... So-Somos diferentes... ¡Yo soy diferente! — trataba de excusar su propio miedo, su miedo hacia sí mismo y lo que podría ocurrir si tan solo soñaba con un futuro junto a alguien que lo amaba sin miedo alguno.

El mayor se levantó del suelo y soltó la mano del castaño.

— No Sparta... Tu no lo entiendes aún.. ¡Yo te amo! Sin importar lo que seas o lo que puedas ser, te amo... —lo observó por un momento— ¿Y tu..? Sientes lo mismo que yo? —

— ... Y-Yo... No lo sé.. —soltó en un murmuró bastante audible.

— ... —y esa fue la gota, que derramó el vaso de su paciencie por un momento— Pues te dejó que te lo pienses a gusto en tu amada soledad.. —y dicho eso, se alejo del menor.

Un gran sentimiento de culpa florencia en el alma del menor, sentimiento que se desvaneció al escuchar un gran estruendo que le hizo doler los oídos. Cuando finalmente reaccionó, vio a al peli-rojo tirado en el suelo, con un líquido rojo emanando del mismo, esto lo hizo alarmarse y darse cuanta de que el ruido que había escuchado hace tan solo unos momentos, había sido una bala.

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Hasta aquí, no fue tan feo volver a escribirlo como me lo imagine, pero aúna si no me gusta del todo.

Bye.

Spartor\\Si Caigo.. Ayudame A Levantarme Porfavor~\\ |terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora