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El cuerpo de Maemi rodó salvajemente por el suelo; llenándose de tierra, y abriéndose heridas a causa de raspones, pero no se quejó (al menos no en voz alta), escupió las piedras que se metieron sin su permiso a la boca, y de nuevo, retomó su postura inicial; mostrando un poco de "ferocidad" en sus ojos.
— La respiración, mantenla — Yumeno recordó por quinta vez a su alumna.
— Si, lo sé — masculló en repuesta Maemi.
— Pues parece que no lo sabes — escupió la señora con un tono de voz más serio y golpeado que antes. La joven observó como Ueda se colocaba en posición de ataque, y se preparó para lo peor —. ¡Aquí voy!
De esa manera, los cuerpos de amabas mujeres se movieron a rápida velocidad, con la intención de atacarse. Las simulaciones de espadas que tenían chocaron, forcejearon unos segundos, hasta que volvieron a separarse. Repitiendo la acción inicial una y otra vez. A lo único que Maemi se dedicaba en esos entrenamientos era más que nada a esquivar y tratar de seguirle el paso a su maestra.
Le costaba mucho. Más de una vez detuvo la pelea por que necesitaba vómitar, o, en el peor de los casos, se desmayaba por el sobreesfuerzo.
Pero, por fin en un largo tiempo, la chiquilla logró darle una patada a su contrincante, quien retrocedió unos metros; sin embargo, no salió ni una queja de su boca. Y antes de que la más joven pudiera reaccionar, Yumeno ya le había plantado una buena patada en todo el mentón; su cuerpo cayó hacía atrás por inercia, y ni se molesto en querer mantenerse en pie. Sus piernas y brazos ya estaban entumidos, incapaces de hacer otro movimiento.
— Terminemos por hoy.
Suspiró cuando su maestra dijo esa oración. No respondió, puesto que la mandíbula le hormigueaba a causa del dolor, y le impedía hablar. Solo asintió entre quejidos.
— ¿Te..., dolió mi..., patada? — balbuceo a como pudo. Yumeno río.
— Yuno golpea más fuerte que tu — se burló —. Pero mira el lado bueno, al fin has podido tocarme. Algo es algo.
— Si tu lo dices...— dijo vagamente. No se le hacía la gran cosa, ella quería resultados más rápidos y eficientes. Pero obvio que le había alegrado asestarle un golpe a su maestra; pero ella quería más que solo una patada. Quería hacerse fuerte más rápido.
Soltó aire, frustrada. No se levantó del suelo, se quedó ahí tirada sobre la tierra, fijando la mirada en el cielo perfectamente celeste. Ambas mujeres no aportaron más a la conversación, Yumeno se quedó en pie a unos metros de donde la chiquilla estaba acostada; teniendo sus propios pensamientos, al igual que Maemi. El viento revolotea las hojas de los árboles, moviendo la melena corta de la joven, y despeinado un poco a la adulta.
— ¿Que pasa? — la pregunta fue dirigida hacía Yumeno. Quien tenía en su rostro una facción nada común en ella, y su alumna se había dado cuenta.
— Te he notado distraída — comentó unos segundos después. Sus orbes dorados chocaron con los menta de la menor; quién desvío la mirada en segundos ante tal acusación.
Recibió un resoplido en respuesta.
— Que dices, yo siempre soy distraída.
— Tienes que tomártelo en serio entonces — «lo sé, me lo estoy tomando en serio más que nunca», quiso decirlo, pero se lo guardó —. Cuando presentes la selección final no habrá tiempo de vaguear ni de distraerse, si lo haces, te matarán.
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Cambiando destinos | Kimestu No Yaiba
FanfictionUn deseo vacío, sin sentido, sin intención de que se cumpliera; algo que solo fue parte de una fantasía pequeña, no era nada más que palabrerías al aire. Pero creer y querer crea realidades, algo que Maemi no sabía. Aún así, al llegar a ese mundo d...