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Hoy son 1007 domingos:

Eso son como 1007 siestas en las que te despertás con jarabe de palo sonando de fondo desde la cocina, todo despeinado y cuando ya no hay sol. Un ambiente que te invita y hasta te espera con los brazos abiertos para buscar ver fotos viejas, recordar, comparar, reírse (hace poco aprendí que no solo se ríe de lo chistoso, se ríe también de ternura y felicidad).

1007 películas de amor que, como todas las películas de amor, te dejan ardiendo un poquito el pecho; pero por alguna razón la volvés a ver. Por ahí porque el amor es lindo, porque el amor está en todo y todos necesitamos una dosis diaria de amor que no siempre se encuentra en uno (puede ser porque es domingo y el amor propio también descansa de vez en cuando. A veces es muy complicado ser una persona más sana...).

1007 juegos de mesa eternos con la tele apagada y alguien de la familia, donde sentís que están conectados por esa suerte de nostalgia de los domingos, que te das cuenta de que está porque nunca se juntan a hacer nada hasta ese momento. Usualmente la casa está vacía los domingos, cada quién tiene su forma de lidiar con el séptimo día, pero a veces vuelve un hermano o una prima y caés en que de vez en cuando, aunque no parezca, pueden estar en la misma sintonía sin tener que acordarlo.

1007 cuartos que no se ordenan solos ni a palos y ahí están, ahí te esperan. Y vos tenés las ganas de hacerlo, sabés que podés, pero dormir un poco o tomar un café y leer un libro siempre sacan podio en los torneos de formas de evadir lo correcto (y por un montón de puntos). Y sí, los ambientes ordenados alimentan a mentes ordenadas, pero por alguna razón siempre me gustó tener un poco de quilombo, por amor al deporte, por las ganas de ver qué se me pone adelante y qué puedo llegar a hacer.

Son como 1007 comidas recalentadas (¿quién va a cocinar? ¿Vos? Dale).

1007 apagones a los que se sobreviven todos juntos en el comedor con una vela o vos solo aguantándote junto a tu cabeza en un cuarto del cual no ves los límites. Ninguna de las dos suena muy cómoda, y hasta puede llegar a presentarse como una película de terror (sí, son feas las películas de terror. No entiendo cómo la gente elije sentir esas cosas).

1007 escritos y proyectos a medias porque no es suficiente; nunca es suficiente.

1007 personas con las que alguna vez tuviste contacto y ahora no podés encontrar el número. Encontrás conversaciones, fotos, cartas y hasta pulseras, pero no el número. (¿Por qué cambiaste tantas veces de celular? Si los cuidabas más, no los ibas a perder).

1007 caminatas que se quedan en tu cabeza, porque es aberrante el pensar siquiera en salir de la cama un día así. Y lo proponés, pero solo a gente que sabés que te va a decir que no porque es un día para descansar o porque hay que hacer cosas en la casa. Lo más probable es que no haga ninguna de las dos porque los domingos son en realidad el día de descanso de uno mismo y hay que dejarse estar y que se regenere todo (y eso es algo que, de forma consciente o no, sabemos todos).

1007 veces que deseaste haber podido ir a entrenar mientras merendás, sabiendo que los días que sí podés ir faltás para poder tomar el té más tranquilo y con un episodio de Friends que mida el tiempo. Sabés que te gusta lo que hacés y que todo lo que tenés que hacer para pasarla bien es llegar hasta ahí, pero la comodidad y lo calentito del café tienen una vibra dominguera que no lo suficientemente fuerte como para que sientas ese puntito de vacío, lo cual es la cantidad perfecta y te dice que en realidad no moverse es lo que tu cuerpo necesita en el momento. (Spoiler: cuando termine ese capítulo de Friends te vas a arrepentir de la decisión que tomaste).

Ya van 1007 domingos, pero no debe ser tan malo, porque son 1007 sábados, mañana van a ser 1007 lunes y seguimos acá. Por algo seguimos acá.

(¿Sabías que mi último cumpleaños cayó un domingo? No fue tan malo ese domingo)

(En realidad fue un lunes, pero no hubo clases ni cosas abiertas así que seguía siendo el último día de la semana. O al menos seguía sintiéndose como domingo)

1007Where stories live. Discover now