III. MI NUEVA VIDA

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Después de todo lo ocurrido, yo me encontraba inconsciente, no tenía ningún conocimiento de lo que estaba pasando en el mundo real a mí al rededor, en su lugar me encontraba soñando, tenía diferentes sueños una y otra vez, o más bien, pesadillas.
Ya que en mis sueños todo lo que veía era dolor, todo lo que veía era sufrimiento y muerte, cada sueño era distinto al anterior, pero todos coincidían en lo mismo, en los sueños yo era el protagonista y era yo el causante de todo el dolor y el sufrimiento que veía.
Una parte de mi estaba totalmente asqueada al respecto, pero otra, realmente estaba disfrutando toda la experiencia...
Además había un pensamiento recurrente, muy tenue y casi imperceptible en forma de una voz muy silenciosa...
Decía... "No te sientas especial"

Antes de que pudiera meditar más al respecto, o darle significado a la voz, desperté.

Apenas abrí los ojos me di cuenta de que ya era de día, seguido de ello, pude darme cuenta de que me encontraba en una habitación, al principio pensé que era la habitación del hospital y me sentí aliviado, pero después me percaté de que todo era muy diferente, la decoración, las ventanas, todo era diferente a mi habitación del hospital, pero aquí se sentía un ambiente más tranquilo.
El sonido del entorno, era realmente relajante.

Seguí observando a mi alrededor, tratando de averiguar donde me encontraba, pero no se parecía a ningún lugar donde yo hubiera estado, así que decidí levantarme para poder explorar más el lugar, sin embargo, en cuanto intente moverme me percate de que algo sujetaba mi brazo por debajo de las cobijas...

Era una chica, nunca fui bueno con las descripciones, su cabello era dorado con bastante brillo, sus facciones eran bastante refinadas y delicadas y parecía ser alguien joven, lo que más me conmovió fue una expresión bastante tierna e inocente en su rostro a pesar de estar dormida aún.

Por un lado, me sentía feliz, pero bastante desconcertado, ya que no conocía a esta chica ni entendía porque estaría acostada conmigo, además, a pesar de que estaba tapada por las cobijas, pude darme cuenta de que probablemente estaría desnuda o en ropa interior, lo cual me desconcertaba bastante.

Supongo que, por mi desconcierto y sorpresa al verla, inconscientemente me moví y la desperté, fue un momento extraño, divertido y bastante conmovedor, a decir verdad.

Ella lentamente abrió sus ojos, con una tranquilidad y ternura muy adorable, fue entonces que me miro lo cual hizo que me sintiera obligado a decir algo.

Yo: (Nervioso) ¡H-hola! ¿Qué tal?

Se quedo mirándome por unos instantes, hasta que se ruborizó e inmediatamente después dio un salto y cayó de la cama y fue ahí donde pude verla mejor.

Efectivamente era una chica joven, de hecho, era bastante pequeña, como de 1.45 metros.
No se encontraba totalmente desnuda, pero si estaba en ropa interior, vistiendo un conjunto de color azul cielo, su piel era realmente clara, su complexión delgada, aunque proporcionada a su tamaño y sus ojos de color azul, con un brillo muy particular, en resumen, es lo que llamaríamos una chica linda.

Lo extraño e incómodo del momento hizo que ninguno de los dos pudiera decir una palabra, como si no supiéramos hablar, simplemente permanecimos unos instantes mirándonos fijamente a los ojos.
Seguido de eso, ella se levantó rápidamente y salió corriendo de la habitación.

Sentí que debería levantarme e irme de ahí los más rápido posible, me levante de la cama y camine hacia un espejo que había en la habitación donde pude darme cuenta que ya no vestía la ropa del hospital en su lugar traía un short de color beige y una playera de manga corta color rojo, ambas prendas muy desgastadas por el tiempo.

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⏰ Última actualización: May 17, 2022 ⏰

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