Un día como cualquier otro, Taylor fue a visitar a su mejor amigo Patrick. Caminó durante muchas cuadras hasta que llegó a su supuesto departamento, entró sin más y llegó hasta un antiguo pasadizo donde halló una gran puerta de hojalata que cubría la mayor parte de la zona. Dio tres pasos hacia adelante y la tocó esperando al hombre afuera.
El rubio, al escuchar la puerta la abrió, miró quien la había tocado y vio a la chica frente a sus ojos.
—Buen día —dijo con una leve sonrisa mientras la observaba.
—Hola amigo buen día —respondió ella correspondiendo a aquella sonrisa.
—¿Qué te trae por aquí?
—Me preguntaba si te gustaría ir a tomar un café por aquí. Disculpa por no haberte llamado antes pero te lo quería decir personalmente —mencionó la joven.
—Por mi está bien igual si quieres puedes pasar —dijo Jane haciéndose a un lado de la puerta.
—No, no, de hecho si tienes que prepararte puedo esperarte aquí afuera.
—De acuerdo como digas, vamos entonces —sugirió el hombre mientras salía y cerraba con llave.
Salieron del lugar sin más y el rubio le preguntó a la chica como había estado últimamente y ella solo le respondió que bien así que solo continuaron platicando sobre ellos hasta que llegaron y entraron a la cafetería sentándose en los lugares que les parecieron más cómodos. El mesero se acercó hasta ellos para tomar su pedido:
—¿Qué van a pedir para tomar?
—Un café cortado para mi por favor —pidió Patrick.
—Y yo un capuchino —agregó Taylor.
—Muy bien, ¿Algo para comer?
—No gracias, así estamos bien —aclaró el mentalista.
Luego de habernos tomado los pedidos, el mesero se retiró de nuestro lugar y Jane me miró a los ojos y, con su típica sonrisa simpática continuó con la plática que habíamos hablado en el camino:
—Cuéntame ¿Qué hay de nuevo en tu vida? Digo, es que hace mucho tiempo que no nos vemos.
—Eso es cierto, aún así, las vacaciones a Hawai me sentaron bastante bien. Ahora que lo mencionas, extraño al equipo, ¿Ellos como están? —cuestionó la muchacha.
—Todos están bien, ya sabes, lo mismo de siempre.
—Me alegra saber de eso, ¿Cómo van las cosas con Teresa?
—Nos casamos el año pasado, la verdad es que somos muy felices juntos.
—Qué bien, me pone muy feliz que puedas estar con ella.
—A mi también Taylor. Y eso es lo que me trae mucha tranquilidad -dijo el hombre con un cálido tono en su voz.
En ese momento llegaron los cafés y comenzaron a beberlos agradeciéndole al mesero por haberlos traído.
Apenas terminaron de tomar sus bebidas, la joven sacó la billetera dispuesta a pagar aunque el rubio se lo impidió ya que él los quería pagar. Hubo un pequeño desacuerdo pero ella terminó accediendo a su pedido.
Un llamado hizo sonar el teléfono de Patrick. Lo atendió apartándose de la chica caminando hacia un lado mientras hablaba. Pasaron unos 2 minutos cuando Jane cortó la llamada.
—La Agente Lisbon me acaba de llamar. Tenemos que ir al cuartel del FBI urgente -dijo con prisa.
—¿Qué pasó?
—Hubo un triple homicidio, debemos darnos prisa.
—Ahí voy —respondió la chica tratando de seguirle el paso al detective.
Se tomaron un taxi y llegaron en tan solo 5 minutos al cuartel, entraron y se dirigieron rápidamente a la jefatura de policía.
—Qué bien que llegan, bienvenida Taylor. De acuerdo entren, tengo algo que mostrarles —dijo Teresa un tanto preocupada.
Entraron al lugar indicado donde se encontraban la Agente Van Pelt y Rigsby en frente de una computadora.
—Van Pelt muéstrales lo que encontramos —exclamó Lisbon.
—Bueno jefa. Logramos recopilar algo de información sobre las víctimas —respondió Grace mientras tecleaba en la computadora y fotos con información aparecía junto a ellas.
La primera ficha decía:
Daisy Miller, 26 años, nació en 1950 en Miami, trabajadora en StarBucks, ex-estudiante de Hardvare University.
Luego la segunda y tercera decían:
Horacio Miller, 34 años, nació en 1940 en Miami, director de Onixus Systems, ex-estudiante de New York University.
Drake Stacy, 21 años, nació en 1956 en Miami, estudiante de Hardvare University.
En ese preciso instante entra Cho y nos observa seriamente:
—Traje a unas personas que pueden ayudarnos con este caso.
—Hazlas pasar —invitó la Agente Lisbon.
Ante su gran sorpresa, dos hombres, uno muy alto, con el pelo ondulado, una bufanda gris y una chaqueta de color negro con cuello alto y el otro más bajo con pelo corto y de color gris se acercaron a nosotros.
—Ellos son detectives, Sherlock Holmes y su compañero el Dr. John Watson —aclaró Cho—. Vinieron de Londres.
—¡Wow y yo creía que eran historia! —exclamó Jane mientras les estrechaba la mano. Soy Patrick Jane, es un honor conocerlos.
—¡Es un placer ayudar con este caso! —exclamó Sherlock para luego comenzar con sus deducciones mientras lo miraba—. Es casado aunque se casó debido a que asesinaron a su esposa e hija y no podía ocultar su dolor, su chaqueta es antigua y se ve algo gastada porque la usa diariamente, se nota que se abrocha y desabrocha los botones de su camisa, tal vez sea un tic nervioso...
Sherlock podía seguir con sus deducciones frente a Jane si no hubiera sido porque John lo frenó ya que lo consideraba una falta de respeto. El detective dejó de hablar aunque la expresión en la cara de Patrick lo sorprendió.
—Es asombroso y sí, nos será muy útil para esto, debe dedicarse a esto desde hace mucho tiempo. Yo simplemente puedo decirles que también puedo deducir como tu lo haces pero no de esa forma —dijo el rubio con tono divertido.
—Manos a la obra detectives y Jane, hay un asesinato por resolver —dijo finalmente Taylor.
Todos asintieron ante esa gran predisposición de la chica y comenzaron a buscar más datos e información por computadora.
Continuará...
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El Mentalista & Sherlock Holmes [EN EDICIÓN]
Fiksi PenggemarDos mentes brillantes se encuentran para resolver diversos desafíos criminalísticos. Para ello contarán con la ayuda de sus compañeros más fieles. Esta historia es un crossover entre dos de las series más conocidas: El Mentalista y Sherlock por lo...