《Alisha》

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Largo cabello dorado, piel tan blanca como la nieve, grandes ojos zafiro, figura delicada y sensual. Labios finos y rosas.

La princesa Alisha.

El oráculo del imperio obeliano.

El hombre de cabello dorado acarició la mejilla de la bella princesa con suavidad, sus labios se curvaron en una sonrisa y sus ojos zafiro brillaron de anhelo.

El emperador Eibom de Alger Obelia estaba completamente rendido a los pies de su hermana menor.

Ella cerró sus ojos ante su caricia y el emperador la abrazó por la cintura besando su frente.

Y a la princesa solo le quedaba aceptar su extraño amor, si ella no lo aceptaba el destino no cambiaría.

De lejos dos figuras miraban la escena con seriedad.

Dos par de ojos zafiros brillaron en la oscuridad viendo a la pareja ser bañados por la luz de la hermosa luna.

El príncipe heredero, Athanasio de Alger Obelia y el segundo príncipe, Claude de Alger Obelia.

Por inercia chasquearon la lengua ignorando la presencia del otro.

La princesa al sentir sus presencias, abrió sus ojos y los miro de reojo. El emperador solo se mantenía abrazandola y oliendo su dulce aroma. La rubia les sonrio con suavidad y los dos sintieron todo odio irse de su interior.

Quedaron cautivados por su amable y amorosa sonrisa, la miraron con suavidad y desearon con todas sus fuerzas ser ellos los que estuvieran en el lugar de su padre.

Pero ninguno de los 3 había notado que los bellos ojos de la princesa Alisha eran reinados por la soledad y la tristeza.

Su vida era tan vacía e incestuosa, solo vivía para el destino de otros, ella jamás viviría por ella y para su propio destino.

Llegaría el día en que pueda vivir por ella y por su destino?, podría dejar que su corazón se descongele?.

Llegaría el día en que pueda vivir por ella y por su destino?, podría dejar que su corazón se descongele?

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-un poco más princesa!.

Con un último esfuerzo un llanto fuerte y enérgico se escuchó en la habitación, la mujer de largo cabello plateado con puntas rosadas suspiró y abrio sus ojos demostrando unos hermosos ojos amatista.

-felicidades princesa, es una hermosa niña -la peli plateada sostuvo a su hija y sonrio alegré.

Las puertas fueron abiertas y el emperador fue directo hacia la princesa del reino de las brujas.

Aquel reino en que nació una santa, aquella bebé desde que nació demostró poder sangrado y el templo dio el aviso de que esa princesa sería una santa. Solo pasaron 3 años y el imperio obeliano conquistó el reino llevándose al Palacio Real a la princesa del reino de las brujas. La princesa sería una de las futuras esposas del emperador y así sucedió.

El rubio miró a su nueva hija con atención, su poco cabello era dorado con puntas rosas y sus ojos eran zafiros. Era la combinación de ellos dos.

Sonrio levemente y la agarro ante la atentan mirada de su esposa, ella lo odiaba con todo su ser pero solo le quedaba agachar la cabeza y servirle. Por más bruja, por más santa, por más poderes sagrados que tenga no iba a poder luchar contra el emperador del imperio más poderoso de todos.

-Alisha, la protegida por los dioses.

La nombró su madre, el emperador observó a la santa y sonrio divertido. Por más sucesos que vayan a pasar, su esposa seguía siendo una fiera que no le temía a nada ni a nadie.

-...Alisha de Alger Obelia, la princesa de obelia.

Toco la mejilla de la bebé que balbuceo y luego se sorprendió cuando sus ojos brillaron con fuerza.

En ese momento lo supo, su madre por algún motivo eligió ese nombre para ella.

Esa bebé en verdad iba a ser protegida por los dioses y no solo eso, ella iba a ser bendecida por los dioses.

Esa bebé en verdad iba a ser protegida por los dioses y no solo eso, ella iba a ser bendecida por los dioses

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El viento peinó su largo cabello y miro al cielo nocturno.

-no deberían de estar aquí.

Los dos rubios tras ella volvieron a ignorar la presencia del otro como hace años y miraron a su bella princesa.

Ella se dio la vuelta y los miro fijamente, ya no eran unos niños. Eran adultos, unos adultos problemáticos.

-una de sus concubinas está dando a luz y la otra anhela que conozcan a su hija, deberían de estar allí.

Nuevamente guardaron silencio y ella cerró sus ojos cansada, era inútil hablar con ellos.

-...cásate conmigo.

Ante eso volvió a abrir los ojos y vio las manos de los dos rubios estiradas hacia ella.

Eran el vivo reflejo de su padre, ellos estaban siguiendo los mismo pasos de su padre.

Ladeo la cabeza con una sonrisa vacía y sus ojos volvieron a brillar de tristeza.

Acaso su vida siempre iba a estar rodeada de problemas y de relaciones incestuosas?.

Cuándo iba a terminar ese ciclo de relaciones incestuosas?.

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《La princesa Oráculo》.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora