¿Cuánto tiempo llevo despierta? ¿Ya es de día?
Me siento fatal. ¿Qué pasó anoche? La cabeza me duele un montón. Está bien,
no volveré a beber. Nunca más.
Estoy tan mareada que no puedo ni pensar, no digamos ya…
Uf. ¿Cuánto llevo despierta?
Tengo la cabeza a punto de estallar y noto una especie de niebla. Me muero de
sed. Ésta es la resaca más monstruosa de mi vida. No volveré a beber nunca más.
¿Eso es una voz?
No, tengo que dormir…
¿Cuánto llevo despierta? ¿Cinco minutos? ¿Media hora? No es fácil saberlo.
¿Qué día es hoy, por cierto?
Permanezco tendida e inmóvil. Siento un martilleo rítmico en la cabeza, una
especie de taladradora gigantesca. Tengo la garganta seca, me duele todo. Noto como
si mi piel fuese papel de lija.
¿Dónde estuve anoche? ¿Qué pasa con mi cerebro? Es como si hubiese
descendido una niebla que lo cubre todo.
No volveré a beber. Debo de haber sufrido una intoxicación etílica o algo así.
Me esfuerzo en recordar la noche anterior, pero lo único que me viene a la cabeza son
tonterías. Recuerdos, imágenes del pasado que surgen al azar, una especie de iPod
embarullado.
Unos girasoles balanceándose sobre un cielo azul…
Amy recién nacida, con el aspecto de una salchichita rosada, encima de una
manta…
Una bandeja de patatas fritas en una mesa de madera, el calor del sol en la nuca,
mi padre sentado enfrente con un sombrero Panamá, fumándose un puro y
diciéndome: «Cómetelas, cariño»…
Aquella carrera de sacos en el colegio… Ay, Dios, ese recuerdo otra vez, no.
Intento cerrarle el paso, pero es demasiado tarde, ya se ha colado… Tengo siete años
y voy ganando con una ventaja kilométrica, pero me resulta tan incómodo estar ahí
delante yo sola que me detengo y espero a mis amigas. Ellas me dan alcance y
entonces, en medio de la melé, tropiezo y llego la última. Todavía siento la
humillación, oigo las carcajadas, noto el polvo en la garganta y el sabor a banana…
Espera. Obligo a mi cerebro a estarse quieto un instante.
Bananas.
Entre la niebla, otro recuerdo brilla tenuemente. Hago un esfuerzo desesperado
por recuperarlo, por darle alcance… Sí. Ya lo tengo. Cócteles de banana.
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Te acuerdas de mi?
RomansCuando a sus veintiocho años Lexi Smart despierta en un hospital de Londres, se lleva una gran sorpresa. Sus dientes son perfectos. Su cuerpo está tonificado. Su bolso es un Vuitton. Habiendo sobrevivido a un accidente de coche, en un Mercedes nada...