Capítulo 2

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–¡¿Qué tu qué?!–Winter les aulló a los cuatro vientos

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–¡¿Qué tu qué?!–Winter les aulló a los cuatro vientos.

–¡Por Dios, cállate, Winter!–mascullé, al estar claramente anuente de que no quería que nadie supiese sobre mi "extremadamente casual" encuentro de hace unas horas con el chico de los ojos humeantes.

–¿Como quieres que me calle, Aura?¡Le viste el pi...

–¡WINTER!

–¡Y en el primer día de clases!–esta vez dice susurrando. Si seguía gritando, probablemente Miss Hazel nos echaría a patadas de su clase. Desde hace diez minutos había estado susurrándonos sus "Shhhhh's" y lanzando su mirada asesina específicamente a nosotras. De igual forma, eso era innecesario, ya que ha estado más de diez minutos en su asiento sin producir ni una sola palabra de más de dos consonantes.

Winter puede ser muy madura, pero cuando se trata de chicos, su adolescente interior sale a retumbar de sus adentros. Y no la culpo. Si tan solo ella supiera...

–No fue la gran cosa. Solo fue una GRAN metida de pata.-comenté.

–¡Una metida de pata que te llevó a ver a un chico desnudo!–manifestó Winter emocionada.–Si así fue el primer día, ¡imagínate el resto del año!

~No quiero ni saber.~ respondo en mi cabeza.

–Tal vez ni si quiera...-mi voz cae en picada, al ver al "rey de Roma" cruzando la puerta del salón. ¡De mi salón! ¡No, el universo no pudo haberle asignado otra materia! Tuvo que ser exactamente este día, a esta exacta hora que él tuvo que estar aquí, ¡conmigo! ¡Después de toda la odisea que pasé con él!

¡TIERRA TRÁGAME, te lo suplico!

–Señor Evan, decide unirse a la clase.–expresa Miss Hazel con cierto sarcasmo en su tono.–¿A qué se debe su tardanza del día de hoy? ¿Otra vez estaba de paseo por la enfermería?

~Esto debe ser una broma...~exhala mi personita interior al notar que se detiene junto al escritorio de la profesora, ¡que esta justo en frente de mí!

–Lo siento, Miss.–se disculpa retorciendo el interior de sus bolsillos.–Tuve unos...contratiempos en el baño.–agrega para luego su mirada caer rotundamente en mí, con sus pupilas gritándome que yo había sido ese contratiempo. Maldita sea, ya había notado mi presencia.

Hice todo lo posible para convertirme en fantasma en ese momento: me agache, me volteé, coloque mi pelo sobre mi cara, así pareciéndome a Tío Cosa. Hasta puse una de mis mochilas frente a mi rostro. Sin embargo, todo fue un intento fallido, pues mi pequeño, para no decir diminuto, cerebro no había aceptado el hecho de que ese tal Evan ya me había puesto en mira. Para que mi mayor talento sea ser invisible, hoy mi presencia estaba siendo muy evidente para el resto de los mortales.

~Dios, si no hay otro día que sea mejor para morir...¡Por favor que sea este!~le supliqué a mis adentros, con la pequeña esperanza de que Dios y todos los ángeles me escucharan y vinieran a socorrerme.

Nexterday| Looking for our tomorrow (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora