OBSESSION - Rubegetta

CAPITULO OCHO

                                                La vista en medio de la caída 

POV RUBEN.                                                                                                               (Día cinco)

- Tal vez suene como una locura de echo lo es, pero confía en mi - no tenia nada que perder - puedo volverte humano.

- Ruben enserio no estoy para bromas.

- Es real, observa - De su mochila saco un pequeño frasco de un color dorado brillante. - no es necesario que tomes todo el contenido, solo tómalo y ven conmigo.

En el poco tiempo que conocía a Ruben sabia que el nunca me dañaría por que ambos nos amábamos o eso quería creer, no podía volver al reino nunca mas sabiendo que mi destino seria estar con una persona la cual no amaba y siendo infeliz por el resto de mi días. Ya no me importaba nada, era hora de controlar mi propio destino.

- Esta bien, confió en ti - tome la pequeña botella entre mis manos para vever un poco de su contenido, este tenia un sabor bastante amargo, no pude evitar hacer una mueca de asco.

- Te sientes diferente...

- Sabe asqueroso pero no realmente, deberías pedir un rembolso.

Lo sabia esa bruja me había engaño, eso me pasaba por confiar en supuestos hechizos que te cambiarían la vida mágicamente.

- Bueno al menos lo intente, ahora de que querías hablar conmigo.

- Yo necesito contarte acerca de mi compro.. - antes de que Samuel pudiera terminar su frase un resplandor de color dorado empezó a envolverlo, trate de ayudarlo pero cuando intente acercarme, el resplandor se intensifico obligándome a retroceder y cubrirme con mi antebrazo para evitar aquel resplandor me cegara.

En cuanto el resplandor desapareció por completo lo primero que pude ver fue a Samuel con un rostro que expresaba confusión pero a la vez asombro, incluso yo no lo podía creer lo que estaba presenciando. No pude contener mi emoción pues me lance a los brazos del oji morado, el cual me correspondió de inmediato.

- En serio funciono, Sam

- Eso es lo que parece... - me separe de el pues tenia que ayudarlo de alguna forma si ambos queríamos estar juntos para siempre, que tan difícil era aprender a caminar.

- Muy bien Sam, no esta difícil poder caminar. El primer paso es ponerse en pie.

- Suena sencillo. - lo único que hacia era aguantarme la risa por el intento de pararse, si se le podía decir así -... oye no te burles, no creí que fuera tan difícil ademas ayúdame tu eres el experto.

- Esta bien, lo siento - me acerque hasta donde se encontraba Samuel recostado en la orilla de la playa entre unas cuantas rocas, con cuidado rodee la cintura del oji morado con mis manos para después coloque su brazo sobre mi hombro para ayudarlo, como pude logre que pudiera caminar aun que torpemente. Después de algunos cuantos tropiezos logramos salir del mar y llegar a tierra firme.

Estaba tan concentrado en que Samuel pudiera caminar que no me percate de que estaba desnudo de la cintura para abajo pues me había acostumbrado a ver su torso desnudo y su cola de tritón, lo mas vergonzoso de todo esta situación es que su hombría estaba a la vista.

- Por favor, Sam cúbrete estas desnudo... - aparte rápidamente la mirada con un claro sonrojo en mi rostro.

- ¿Con que...?

Genial no pensé realmente en todo, lo único que se me ocurría en ese instante era en compartir algo de mi ropa, como era de esperar me despoje de mi amada sudadera para poder dársela a Samuel y se pudiera cubrir lo suficiente hasta llegar a la cabaña donde guardaba el resto de mis cosas. Lo única ventaja de mi preciada sudadera que era lo suficientemente larga para cubrir su desnudez.