𝘱𝘳𝘰𝘭𝘰𝘨𝘶𝘦

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MANCEBO
。・゚゚・ theseus scamander ・゚゚・。

MANCEBO。・゚゚・ theseus scamander ・゚゚・。

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( prólogo )

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23 de Marzo de 1897

La mansión de la familia Black estaba en completo silencio. Solamente el crispar de las llamas de la chimenea lograba producir un sonido agradable. El patriarca de la familia se encontraba fuera, trabajando, mientras que la madre simplemente leía con expresión severa el periódico mágico. No habían noticias nuevas ni mucho menos interesantes, pero era la mejor manera de hacer pasar el tiempo. Penthesilea, la única niña que habitaba la residencia, se encontraba frente a su madre haciendo exactamente lo mismo, ya que sólo se le permitía hacer aquello. Leer. 

Tenía apenas siete años, pero sus padres jamás la habían dejado divertirse con algún juguete. Según ellos eran productos diseñados por los magos más fracasados del mundo, para que las generaciones más nuevas jamás pudieran desarrollar sus habilidades mágicas. Por lo cual los libros eran la definición más cercana a la diversión que ella conocía. Al menos allí podía fingir ser alguien más, alguien con una vida diferente y padres que no procuraran apartarla del mundo. Para ellos la familia lo era todo, de hecho, Penthesilea sólo conocía a sus primos y ellos eran los únicos amigos que tenía, además de los personajes de sus historias favoritas, claro. 

La mirada de la niña de siete años iba de izquierda a derecha rápidamente, leyendo las palabras escritas en Los Cuentos de Beedle el Bardo por séptima vez en tres años. Si debía destacar alguna destreza que había adquirido debido a las locuras de sus padres, esa debía ser la velocidad con la que lograba leer y comprender un texto. 

Y si tenía suerte, eso le ayudaría muchísimo una vez que llegase su carta a Hogwarts. 

—Vecinos nuevos —oyó a su madre gruñir. 

Penthesilea simplemente levantó la vista de su regazo y observó a Devina, su progenitora, alargar el cuello para fisgonear por la ventana lo que sucedía en el exterior. 

La niña también sentía curiosidad por lo que pasaba fuera de las cuatro paredes que componían su tan extravagante sala de estar, pero no podía darse el lujo de hacerlo frente a su madre. Eso la enfurecería. 

𝐌𝐀𝐍𝐂𝐄𝐁𝐎, theseus scamanderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora