El cartel luminoso señalaba la entrada, el sitio de su encuentro había quedado concertado, entre el silencio y la penumbra de la madrugada, se encontraron ¿Dos desconocidos quizás? Nadie sabe con certeza. Ingresan al unísono, cada uno por su lado, pero un solo objetivo los une. Detrás de esa evasión de sus miradas se esconde un secreto muy jugoso, lo sé. Él pide la llave de la habitación reservada, ella sigue su camino, no hay nada más por hacer en la recepción del lugar.
Y allí están, saludándose con una pequeña reverencia, para perderse en la oscuridad de la estancia que les daba la bienvenida. El primer sonido que se escucha desde la planta baja es la puerta de la habitación 102 con su ensordecedor chirrido, puede que necesite un poco de aceite en sus bisagras, tendré ese detalle en cuenta. Es tiempo de que ambos visitantes tomen protagonismo en la escena ¿No crees?
Él: <<Tú y yo, y estas cuatro paredes que nos mantienen a solas. Una cita inminente nos trajo a este lugar, donde jugamos a merced de la lujuria, que emerge oportuna desde cada rincón>>
Ella: <<Mi corazón y el tuyo están ciegos. Negamos las reglas previamente impuestas, somos más que dos estúpidos bribones apasionados. Ambos tenemos el control, nada más importa ahora>>
Por las rendijas de la ventana se filtraba la claridad necesaria, no necesitan prender las luces. Su visión ya se ha acostumbrado a las sombras. Se encuentran en esquinas opuestas, las prendas yacen en la madera que cubre todo el piso. Se acercan lentamente, no han pronunciado palabra alguna. No conocen el sonido de sus voces, la cortesía de pronunciar sus nombres ha quedado en el olvido, porque así se ha decidido.
Ella: <<Ese brillo en tus ojos me atrae más y más. No existe cura que pueda detener esta obsesión>>
Él: <<A oscuras nuestros cuerpos se encuentran. Nuestras manos entrelazamos. Sé que ambos tenemos colgada una amplia sonrisa en nuestro rostro>>
Ella: <<Te abrazo, no quiero soltarte. Me correspondes, gentil es tu tacto. El leve quejido de nuestra respiración invoca un escalofrío en todo mi cuerpo>>
Él: <<Me es imposible escapar de tus encantos ¿Qué puedo hacer? Conozco cada sección de tu cuerpo. Esa sed insaciable me vence sin más>>
Saborean cada segundo, sin detenerse a pensar en las consecuencias de sus actos. El suspenso envuelve su estadía, el aroma de lo prohibido se apresura a desembocar por cada poro de su ser ¿A qué esperan? Se entregan, pierden la noción de sus alrededores. La almohada se esconde temerosa.
Él: <<Nunca ha sido suficiente. Quiero más, mucho más. Besé tu vientre jugué con tu ombligo, te mostré mi alma>>
Ella: <<Eternos amantes, desconocidos íntimos. Nómbrennos como les plazca. No nos importa. Porque gracias a ti vuelvo a la vida, cada noche puedo respirar, sentirme completamente libre>>
Tantos enigmas guarda esta recámara. Y entre las sábanas tropiezan cada noche. Despiden de la ecuación un dividendo no deseado, intercambiando besos por interrogantes, caricias por miradas comprensivas, gemidos por recuerdos traumáticos. Un show privado donde solo ellos participan. Finalmente el cansancio gana la contienda, acurrucados permanecen bajo la manta. Ella, con sumo cuidado deposita su mano en el pecho de él, y en un leve susurro, permite a sus palabras danzar en el aire:
—Nunca dejes de latir, por favor.
Media hora después se encuentran en la barra, compartiendo un bocadillo y reponiendo algo de alcohol: Él, un Martini; ella, una margarita. Esta vez la dama deposita la llave sobre el mostrador y es el caballero quien sigue su camino. Ninguno se atreve a decir adiós ¿Cuál será el significado? Se asemeja a un bucle de monotonía en la vida de ambos extraños, que comienza y termina de igual manera. Creo que hasta yo estoy empezando a marearme ¿Que quién soy? Nadie importante, solo un simple espectador, que les tiende la llave de su paraíso escondido y se despide deseándoles un buen día cuando el alba asoma, entrometido.
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Trazos de un suspiro
Короткий рассказVen, te invito a mi pequeño rincón, donde las palabras, la tinta y el papel nunca descansan. Sigue las líneas trazadas con libertad, descubre los suspiros escondidos para ti. Inténtalo y tal vez, solo tal vez, guardes en tu memoria algo nuevo. Esta...