Capítulo 6

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De vuelta en el exterior, Gideon se acerca al sargento Weigart.

-Aún no mande entrar a sus hombres.

-Considere la posibilidad de que sus hombres estén muertos- Gideon hace una mueca ante las palabras del sargento. - o, al menos, desarmados.

-El agente Hotchner tiene experiencia. Hará lo necesario para que Dowd confíe en él y le respete. Conseguirá que Dowd termine con esto de forma pacífica... Solo le pido que le de tiempo.

-Dowd ya ha disparado a diez personas, ha matado a un policía.

-Está muerto. Ese hombre es un paranoico violento. Para él es un juego. Va a hacer lo que haga falta. Si sus hombres entran, se convertirán en los malos de su fantasía de héroe. Le dejará controlar la situación.

-Sus hombres no le detendrán sin arma.

-No están desarmados, tienen su perfil. - Y harán lo que sea el uno por el otro, pero eso ya no lo dijo en voz alta.

Finalmente, Weigart cede y les concede tres minutos. No es mucho, pero ojalá sea suficiente.

-¿Sabes por qué le han quitado la pistola al chico? - Spencer estaba logrando dejar de llorar, pero retomó su llanto al escuchar el deje de desprecio con el que Hotch se había referido a él.

-¿Por qué? - Era obvio que Dowd se encontraba cada vez más cómodo y, por tanto, más relajado.

-No ha podido pasar la prueba. - A esas alturas Reid ya estaba completamente seguro de que a su jefe le dolía perder el tiempo con el en la galería de tiro para intentar ayudarle. -Dos veces al año le oigo lloriquear porque tiene que volver a presentarse, le doy clases y vuelve a suspender.

-¿Y eso te parece duro? - En el suelo, mientras contempla la escena, Reid deja de llorar. Se siente tan roto que ya ni siquiera le salen las lágrimas. Está totalmente vacío. - Aquí no han hecho más que infravalorarme desde que llegué.

-Ponles en la barricada. Cuando entren disparando todo se solucionará. Esas cosas arruinan la carrera de un policía. - Spencer echa el último vistazo a la cara del hombre que acaba de asesinarle por dentro. Está casi feliz. No puede creerlo, nunca pensó que Hotch fuese un hombre malvado o siniestro, pero está sacando a la luz su verdadero ser... y asusta.

-Eres un tío sádico. -Sí, yo también lo pienso. 

-¿Cómo crees que te he encontrado? - La sala de urgencias está en completo silencio y la voz de Hotchner resuena como un eco terrible y lleno de malicia. Dowd sonríe complacido y Spencer no es capaz de levantar la mirada perdida del suelo.

La situación es cada vez más grave, los SWAT se preparan para realizar una entrada y los rehenes, apostados en las puertas a modo de cierre o en las camillas en caso de estar heridos, comienzan a inquietarse al ver que uno de los agentes parece más bien un peligro que una ayuda.

-¿Me harías un favor? - La voz de Hotch suena segura.

-Adelante. - Dowd le mira curioso.

-Mis posibilidades de salir vivo de aquí son mínimas. - A Spencer se le encoge el poco corazón que aún le queda en pie. Aunque Hotchner acabe de destrozarle, sigue deseando protegerle. Cueste lo que cueste. - Quiero desquitarme con ese mocoso. - Reid levanta la cabeza asustado y le mira. Las aletas de su nariz están ensanchadas y su cara muestra auténtica ira. - No ha hecho más que amargarme la vida durante tres malditos años.

Spencer no sabe que hacer. Tiene miedo y no puede dejar de alternar su mirada entre su amado y su agresor, aunque ya no sabe cual de los dos encaja mejor en ser esto último.

Presión en el gatillo. (Hotchner/Reid) Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora