2 (parte 1)

53 7 13
                                    

• -Señor... Señor...- dijo el niño de cabellos azules mientras le extendía la mano, se podía escuchar una canción de fondo, era una canción con un ritmo tranquilo y romántico pero no se escuchaba claramente. •

La alarma sonó e interrumpió aparentemente el sueño de Murdoc.

<<¿Qué demonios acabó de ver?>>

Él se levantó a repetir la misma rutina matutina y al salir de casa el estaba atrapado en sus pensamientos mientras estaba cabizbajo y no se percató de que el Niño de pelo azul iba patinando a toda velocidad y se tropezó a unos pocos metros de él, se le había atorado la llanta en una grieta de la banqueta, Murdoc escuchó la caída y reaccionó, al mirar al niño tirado, sufriendo por el dolor, él quería reírse a carcajadas pero algo lo interrumpió y era una vez más esa sensación extraña que sintió la primera vez que lo vio, puede que él tenga una atracción con él pero teme sentirlo, estaba muy apenado ya que no sabía si ir hacia El Niño; la gente caminaba como si nada y nadie se acercaba, Murdoc se armó de valor y fue hacia él.

-¿Estas bien?- Le preguntó disimulando sus nervios, que eran un poco notorios.

-Me duele mucho...- dijo mientras que sus lágrimas corrían por su delicado rostro.

Al ver que tenía El Niño, notó que tenía moretones en sus piernas tan delgadas y frágiles acompañados de unos pequeños raspones en sus rodillas y más raspones un poco severos en ambas palmas de sus manos y al querer ver su rostro, lo levantó con timidez tomando con delicadeza su barbilla y tenía un pequeño rasguño bajo su mejilla y lo miró un poco a los ojos, pero, decidió desviar su mirada ya que sus nervios se hacían más notorios y él comenzó a frustrarse porque no sabía si ir a trabajar o cuidar del niño, él no sabía que hacer...

El llanto del niño se escuchaba un poco más fuerte, parece que le dolía aún más y tomó la decisión de cuidar al niño. Tomo al Niño entre sus brazos y se lo llevó.

-¿Por donde vives?- le preguntó Murdoc al niño.

-En la calle Cherry- dijo El Niño.

<<¡Rayos! Vivimos en la misma calle, ¿cómo no pude haberlo visto?>>

Murdoc era tan distraído que no pudo percatarse de que él vivía Justo en frente. Esa casa colorida; color amarillo adornado con murales coloridos, un hermoso jardín delantero con varias flores de distintos tamaños y colores y una linda cerca blanca, esa casa parecía que pertenecía a una chica.
Al llegar a la puerta, Murdoc no sabía cómo abrir la puerta, no sabía dónde dejar al niño.

-Oye niño, ¿tienes tus llaves?- preguntó Murdoc, tratando de ocultar sus nervios.

-Oh, claro señor, tenga.- dijo mientras se las entrega.

<<Oh... Entrare a la casa de ese niño y estaremos solos, ¡demonios! Tranquilo Murdoc, t-r-a-n-q-u-i-l-o>>

Murdoc se sorprendió que esta casa fuera tan única, por dentro y por fuera, parecía una jungla por ver tantas flores. Murdoc toma al niño y lo lleva adentro, cierra la puerta con un pie, y lo acuesta en un sillón.

-¿Dónde guardas las medicinas?-

-¿Se refiere al botiquín? Esta en el baño de arriba, en una alacena.- le respondió El Niño adolorido.

Babyboy (Stodoc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora