"luto"
Y ahí estaba...el sol en la sima de su cúspide, el cielo tan azul como siempre se acostumbra, sin una sola nube a la vista.
Pero abajo de ese hermoso día una familia estaba reunida viendo ese ataúd...el simple hecho de que ese ataúd fuera tan pequeño ya era razón de melancólica...pero por alguna extraña razón...la madre de la persona que descansaba en aquel ataúd no se encontraba presente...la razón?...quizá porque ninguna madre debería enterrar a sus hijos...ni mucho menos tan pronto...la castaña se encontraba en la más remota esquina del cementerio...más de uno pensaría que valla mierda de madre era para no estar presente en el entierro de su hija...pero las palabras que se pudiesen decir o tan siquiera pensar eran borradas por los lamentos desgarradores de una chica que se escondía como una niña ante aquella desgarradora parte de su vida, no lloraba por lo que sucedió...lloraba por las cosas que le prometió a su hija y por las cosas que jamás pasarán...y que tal vez...pueden realizarse...
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Ya eran las 6 de la tarde...ya había pasado demasiado desde que el último invitado al entierro se había marchado...pero solo una chica caminaba por aquel cementerio como si fuera otra alma en pena...ojos completamente apagados, lágrimas en toda su cara, vos completamente rota por tanto gritar... aspecto totalmente demacrado por las ocasiones en las que se tiraba al suelo y se revolcaba en la tierra, puños ensangrentados por tanto golpear el suelo... finalmente llegó...aquel lugar que tenía 3 nombres...Obara okogi...(padre e hijo amado y respetado)
Dimaria okogi...(amada hija querida y que se fue antes de comenzar)
En más de una ocasión la castaña simplemente quería llorar... pero...como ya era claro su vos ya no se podía oír...los gritos ya la habían desgastado lo suficiente...
La castaña solo Apollo la cabeza en la lápida y soltaba lágrimas y leves chillidos.
Era completamente imposible...pero dos siluetas una alta de un hombre rubio y otra de una niña castaña abrazaban a la castaña que solo soltaba leves chillidos...solo fueron leves segundos...pero el vigilante en turno que vio eso jamás lo olvidará...
La castaña solo observaba al aire y podría jurar que veía a un hombre rubio cargar sobre sus hombros a su pequeña hija...todo mientras estos se despedían junto con los últimos rayos del sol... finalmente el cansancio hizo efecto y la castaña se desmayó...
Una hora después una albina llegó y coloco a la mujer en un vehículo y el auto se perdió en esa gran ciudad que era iluminada por la noche estrellada...una noche cualquiera...pero no para todos
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la realidad (citrus)
De Todobasta de historias ficticias...todos sabemos que la vida no es así, desafortunadamente la vida te golpea...y jamás te levanta. es hora de ver...la cruda realidad.