CUATRO [✔️]

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No se en que momento las salidas, los tragos, las peleas se volvieron parte de nuestro día a día. Claro que no te hecho la culpa de eso, yo tomé mis propias decisiones. Pero las tomé basadas en todo aquello que me hacías sentir. Tu fuiste la excepción de todo lo que dije que nunca haría.

Contigo sentía adrenalina, contigo me sentía libre, contigo no tenía miedo. Contigo mi corazón se aceleraba cuando menos lo esperaba. Así que a pesar de que no le agradaba a tus amigos o que mi mamá ya no me dirigiera la palabra, decidí mantenerme a tu lado.

Al principio lo dudaste porque sabías que yo no pertenecía a ese mundo, pero eventualmente dejaste que te acompañara a todas tus tareas. Me di cuenta que tus amigos eran más que amigos, también tus compañeros de trabajo y tu trabajo era traficar drogas.

Quise gritarte, insultarte, dejarte, pero siempre sabias lo que tenías que decir para que no me fuera.

—Es solo trabajo, lo hago por el dinero y cuando consiga lo que busco, me voy— pero todo que conoce ese mundo sabe que la salida es casi imposible —Solo las entrego, no hago nada más.

No hago nada más, no hago nada más, no hago nada más. Esas palabras aún no me las puedo sacar de la cabeza y sigo escuchando tu voz dentro de mi cerebro.

Y te creí, como siempre lo hacía. Y te seguí y me convertí en el que se quedaba en tu moto esperándote y asegurándome de que nadie viniera. No era tan malo, después de todo, solo eran drogas y mientras a nosotros no nos afectaran todo estaría bien. 

Pero ese fue el problema que más tarde me carcomió vivo. No eran solo drogas. Era hacer graffitis en las casas de abogados corruptos, era dejar en la calle a personas que no habían cumplido con su deuda, era robar locales que cobraban de más a sus clientes. Era ganar dinero de la manera más fácil y menos honrada, aunque tu excusa siempre fue —Ellos se lo merecen.

Yo estaba de acuerdo, jamás te vi ir tras una persona que no lo mereciera y por eso no dije nada, pero no significa que estabas en lo correcto.

Conforme pasó el tiempo deje de ser la burla de tus amigos y me deje de sentir fuera de lugar, por fin pertenecía, pero no sabía lo malo que terminaría siendo eso. Para eso no fui inteligente, pero para robar partes de carros en la calle.. ahh para eso si serví.

—Un brindis por Joel— Alan alzó la copa una noche que los había acompañado al bar, lo borracho se le notaba hasta en los dedos. Sentí tu mano tomar un agarre más fuerte de la mía antes de que siguiera hablando —Nunca pensé que lo diría, pero bienvenido a la pandilla.

En ese momento no tomé esa palabra tan literaria "pandilla" era solo una metáfora y supongo que aún lo es, nunca me lo confirmaste de frente.

No mucho después, las piezas de carro se convirtieron en carros de verdad y las drogas comenzaron a afectarnos, o más bien a ti y los locales comenzaron a poner cámaras. La vida ya no era fácil y fue ahí que comenzaron mis dudas.

Nunca me fui, pero si me aleje porque había entendido que para ser feliz tienes que encontrar a alguien que te acelere el corazón, pero no de ansiedad y tú comenzabas a darme un poco de los dos. Cambiaste. Ya no eras el chico dulce del que me había enamorado. Ahora eras chico malo a tiempo completo. Y aunque jamás me pusiste una mano encima, ni me hiciste sentir menos, tu actitud ahora era distanciada. Te distanciaste de mi tanto como yo lo hice de ti, pero nunca, ninguno de los dos se fue. El miedo a perdernos siempre fue más grande.

Tú me causabas justo eso. Tu fumabas, tú rompías la ley, tu manejabas muy rápido, tu eras demasiado para mi y yo no supe manejarlo. Cuando te confronté con el tema fue cuando logré entender que nunca tuviste un porque, fue cuando realmente te conocí y también fue el comienzo de un fin.

A/N: El siguiente es el epílogo 🤗

Eras Peligro - Virgato ||Historia Corta|| -TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora