⚜ ¦¦〘Alguien para amar » Vmin〙

P R Ó L O G O

Ahora JiMin tenía esa gran recámara para él solo. Las paredes estaban pintadas de un tono azul oscuro, tirando al negro. Por la ventana no se filtraba luz alguna, esto debido a que eran cubiertas por unas cortinas gruesas que lo impedían. El Omega se había encargado por sí mismo de decorar la espaciosa habitación, prestándole sumo detalle a las pequeñas estrellas que había terminado por dibujar en el techo con el fin de que al dormir pudiera ver una ''constelación''. Si alguien tuviera curiosidad por ver a través de la ventana que yacía allí, no tendría mucha gracia. Lo único que terminaría viendo sería el jardín trasero que se había creado fuera del lindo departamento.

Pero aún estando en ese lugar tan lleno de vida había algo que hacía a JiMin seguir triste, más que triste, deprimido e inconforme consigo mismo.

El padre del pelirosa siempre le había dicho que no debía de depender en su totalidad de una persona, pero ¿qué debía de hacer ahora que ya había caído totalmente por una?

Min YoonGi, su pareja desde hace más de seis años.

A pesar de que ambos seguían saliendo, YoonGi se había comenzado a distanciar cada vez más de él, hasta el punto de que hablaban cuando mucho una vez al mes, y eso sí tenía suerte. No contestaba sus mensajes la mayoría de las veces, no le llamaba para saber como estaba, no lo visitaba, no lo dejaba ir a verlo. Desde un principio supo que las cosas no serían sencillas una vez que su pareja entrara al mundo del espectáculo, pero... ¿llegar a ese extremo?

JiMin siempre estuvo a su lado, tanto en los buenos tiempos como en los malos. Lo apoyó con las críticas iniciales, lo cuidaba cuando sufría de sus ataques de ansiedad, ¿y qué obtuvo a cambio? Oh si, un mal trato de su parte.

Ni siquiera era capaz de revelar la relación que tenían, incluso si ésta ya existía desde antes de que debutara.

¿Era miedo al rechazo de sus fans?

¿Temor a que su popularidad disminuyera?

¿O acaso la idea de presentarlo le resultaba desagradable?

Obviamente estaba consciente de que no era precisamente el chico más lindo de toda Corea, pero tampoco se consideraba alguien feo.

Por lo menos no tanto.

El departamento en donde estaba era originalmente un lugar en donde ambos vivían. Decidieron comenzar su vida allí tan solo dos años después de haber iniciado su relación. Como era de esperarse, todo fue sumamente hermoso; tenía lindos recuerdos de ese lugar, a los cuales les tenía mucho aprecio.

Una nueva duda se hizo presente en su mente.

¿La fama habría cambiado a YoonGi?

Sabía que el Alfa en su pasado había sido testigo de la separación de sus padres. Creció en un entorno triste y solitario. A pesar de todo, cuando se dio el tiempo de conocerlo pudo darse cuenta de que la frialdad inicial que demostraba era tan solo una clase de barrera que utilizaba para no volver a salir herido. Quizá era por ello que se enamoró perdidamente de él, de sus sentimientos honestos.

Pero ahora todas las promesas que se hicieron el uno al otro en su adolescencia habían quedado en el olvido.

Era doloroso.

El hecho de no poder oler su aroma como antes. Ya no podía besarlo, ni abrazarlo; la única manera de verlo era a través de una pantalla.

Uh

Que gracioso, así debían de sentirse aquellas fans que no podían asistir a sus eventos. Por que sí, YoonGi también le había prohibido ir a cualquier lugar en dónde fuera a hacer promoción.

No le encontraba el sentido, ¿qué clase de decisión era esa? ¿Y por qué era tan estúpido como para acatarla sin reclamarle?

Cierto.

Era porque ya no tenía nada a que más aferrarse, y tenía un terrible miedo de perder lo único importante en su vida.

No tenía muchos amigos, menos familiares que todavía vivieran. Su madre era alguien a quien solía amar con todo su corazón, podría decirse que incluso más que al Alfa de rostro pálido. Pero la cruda realidad era otra. La vida siempre se llevaba a las personas más bellas que llegaban a existir en ese mundo. Un cáncer de intestino fue lo que le arrebató a esa persona que lo crió con tanto amor y cariño, a pesar de todos los errores que pudo cometer en su momento.

Dios, no debía de recordarlo si quería dormir sin pesadillas. Por eso a veces odiaba que su cerebro creara ese innecesario hilos de pensamientos, tal como si estuviera contándole sus historia a alguien más.

Já, como si alguien quisiera oírla.

El sonido de su celular despertó por completo todos sus sentidos, llevándolo a tomar el aparato de inmediato entre sus pequeñas manos para averiguar quién le había enviado un mensaje. Casi quiso llorar de sólo leerlo, a pesar de ni siquiera haberlo abierto todavía. No era necesario hacerlo.

.

--- Yoonie ❤️ ---

Se alargó más de lo previsto todo esto, me quedaré en el estudio para seguir escribiendo un par de letras.

11:35 P.M.

¿Eso significa que no vendrás de nuevo, como las últimas veinte veces que lo prometiste?

11:35 P.M.

No te pongas dramático, sabes que necesito hacerlo. Tampoco es fácil para mí, deberías de simplemente decirme que me cuide en vez de reclamarme.

11:43 P.M.

Bien, cuídate y come algo. Asegúrate de dormir correctamente, te ves muy agotado en las entrevistas...

11:44 P.M.

Entendido, me despido.

11:52 P.M.

Buenas noches, descansa.

11:52 P.M.

Visto

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Se notaba que apreciaba más su carrera que a su propia pareja. Palabras vacías y sin sentido, era un idiota por seguirse ilusionando con cada una de ellas, lo sabía, pero no quería aceptarlo.

─Eres lo único de él que queda aquí, Holly ─susurró con pesadez el Omega, dirigiéndose al canino que le miraba con curiosidad desde el otro lado de la sala.

Hablando con un animal de nuevo, Park.

Por lo menos tenía quién le hiciera compañía, aunque no creía que durara por mucho tiempo. En cualquier momento YoonGi terminaría por mandar a alguien para que también se llevara a ese adorable perrito. Cuando eso sucediera, sabía que estaría totalmente solo.

22/02/20