⚜ ¦¦〘Alguien para amar » Vmin〙

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Los pensamientos de JiMin brincaban de una cosa a otra y, casi sin darse cuenta, ya estaba soltando pequeños gruñidos de frustración que brotaban desde lo más profundo de su garganta. Para alguien más esos sonidos serían adorables, pero tras ellos se encontraba oculta la desesperación que estaba experimentando en ese momento. Esparcía con algo de brusquedad la BB Cream por ciertas zonas de su rostro, difuminando lo más posible cuando terminó.  

Literalmente había salido corriendo en cuando abrió la puerta principal para darle acceso al Alfa menor. ¿Por qué? Bueno, recordó al último segundo que al estar solo en su casa, y en un día libre, no traía puesta más que una gran camiseta blanca, acompañada de unos shorts. Se sentía del asco, ni quiera se había cepillado el cabello al levantarse, por lo que era de esperarse que estuviera todo enredado. Para sumarle más cosas negativas, su nerviosismo insistía en permanecer allí.

Con mucha delicadeza se puso un poco de bálsamo sobre sus labios, dándoles un aspecto hidratado y de un ligero tono rosado.  Arreglarse de esa manera, por más sencillas que fuera, era impropia de él. Se maquillaba únicamente para ir a dar clases, al igual para cuando salía a lugares en donde sabía de antemano que habría gente. Nunca para un simple desayuno en su casa. Era muy extraño, pero por primera vez quería sentirse verdaderamente lindo.

Después de haberse vestido de la manera más sencilla que pudo salió del baño, bajando a pasos lentos hasta el primer piso en donde estaba esperando el menor. Al llegar le dedicó una sonrisa llena de pena, tratando de disculparse silenciosamente por su falta de respeto.

─Siento mucho todo eso, Tae, pero de verdad no estaba presentable ─murmuró─. Gracias por esperar.

Aunque a pesar de todo Taehyung no parecía estar enojado, es más, irradiaba felicidad. En sus manos todavía sostenía una bolsa plástica con algo en su interior, quizás la comida de la que había hablado por mensaje. El Alfa acortó con tres largas zancadas la distancia que mantenían, de tal manera de que ahora se encontraba a menos de un metro de él. La bolsa fue depositada sobre la mesa.

─No es ningún problema, debí de avisar un poco antes de venir en vez de llamarte cuando me faltaba tan poco trayecto ─aceptó avergonzado─. Perdón.

Sus miradas volvieron a encontrarse, como ya se les estaba haciendo costumbre. JiMin bajó su vista para clavarla finalmente en sus pies descalzos. Taehyung también la desvió, pero al contrario que el Omega, se mantuvo observando un punto inexistente en la pared de su costado izquierdo.

─N-no te disculpes, a cualquiera se le pudo olvidar ese detalle ─afirmó torpemente─. De todas maneras, es bueno tener compañía, ¿no trabajaste hoy?

─Mmmm... bueno, al mes nos dan como mínimo tres días para faltar por algún motivo. Hoy quería pasar tiempo junto a ti, así que... dije que estaba en celo ─explicó por lo bajo─. Hace unas semanas dijiste que odiabas estar solo, por lo que creí que era una buena opción.

─¿Faltaste por mi culpa? ─preguntó con sorpresa─. Espera, ¿estás en celo?

Casi enseguida JiMin fue rodeado por los brazos del chico con cabello azabache, a la vez que una de esas grandes manos acariciaba  con parsimonia su espalda. El pequeño cuerpo se tensó por completo ante tal contacto repentino por parte del Alfa, pero se tranquilizó un poco cuando esa grave voz siseó cerca de su oído, tratando de calmarlo. 

─No, falté por mi propia voluntad ─respondió sinceramente a la primera pregunta que había realizado─. Y sí, estoy en celo, pero claramente uso supresores para calmar los efectos.

─A-ah... ─exclamó débilmente.

─Claro, si te incomoda puedo irme ─se apresuró a decir al notar el silencio en el que se había sumido el más bajo.

Que no se vaya...

─N-no, estoy bien, no me incomodas. Además, no es nada malo, después de todo estás utilizando supresores.

─Ah~, tan amable ─dijo Taehyung, sonriente─. Me encanta el hecho de que sigas usando el anillo que te regalé, de verdad, significa mucho para mi.

Inconscientemente el pelirosado guió su mirada hasta encontrar el accesorio que mencionaba el pelinegro, mismo que reposaba en uno de sus pequeños dedos.

─Es muy hermoso~

─Como su portador ─susurró Taehyung, provocando que el calor subiera hasta el rostro del adorable chico.

─No soy hermoso ─replicó con algo de tristeza.

─¡Lo eres! Creeme, eres el Omega más lindo que he visto jamás.

Avergonzado negó sutilmente, haciendo que el Alfa bufara y lo tomara de la barbilla para obligarlo a hacer contacto visual. 

─Yo nunca te mentiría JiMin, desde que te conocí he sido totalmente sincero contigo, ¿por qué mentirte ahora? ─razonó─. Eres hermoso, y te lo recordaré cada que sea posible para que no lo olvides.

Sin objetar nada dejó que el Alfa acariciara sus mejillas totalmente rojas. Las manos ásperas del contrario dibujaron figuras imaginarias por toda su espalda, subiéndolas hasta su cabello rosa. Ambos terminaron abrazados con timidez y cariño, disfrutando del aroma que desprendía el otro.

Los dedos del chico levemente bronceado se posaron sobre los labios del más bajo, tanteándolos con precaución.

─Tae...

─Jiminie, ¿Sabes el significado detrás del anillo que te obsequié el mes pasado? ─cuestionó casi de repente, interrumpiéndolo.

En eso pudo recordar claramente lo que YoonGi le dijo por mensaje, ¿tendría razón o solo había sido una broma?

─Según un amigo, era... «amor eterno, puro y entrega», a-algo así...

─Tu amigo es muy listo ─halagó antes de ponerse totalmente serio.

La expresión que se formó en su rostro era indescriptiblemente bella. Lucía mucho más varonil que de costumbre.

─Jiminie, ¿me dejarías tratar de cortejarte a partir de ahora? Sé que puede ser muy repentino, pero desde el primer momento en que convivimos pude darme cuenta de que terminaría cayendo ante ti. Eres alguien maravilloso, aunque tu digas muchas veces lo contrario.

Las palabras quedaron atascadas en la garganta del Omega, impidiendo que alguna respuesta congruente o tonta saliera de su boca.

Cortejo.

Dios, ni siquiera YoonGi lo había cortejado. Habían empezado a salir porque ambos se gustaban, no después de algún cortejo.

─Por favor, ¿me podrías dar esa oportunidad, Minnie?

25/02/20